QUE SEA FÁCIL VIVIR CONMIGO
Alguna vez le escuche a una persona esta expresión: “que sea fácil vivir conmigo”. Me golpeó de tal manera que decidí escribir estas líneas para darle contenido y explicaciones a aquella maravillosa expresión.
En ocasiones somos tan difíciles y le hacemos tan difícil la vida a los demás. Hay momentos que somos insoportables aún con nosotros mismos. No soportamos ninguna sugerencia, ninguna explicación, ningún consejo. Pero, de lo que es ocasional no podemos hacer la norma de nuestra vida.
Lo que si debería de convertirse en una regla de oro para nuestra existencia es el deseo firme, constante y decidido de
“que sea fácil vivir conmigo”.
Que yo actúe y deje que los demás actúen.
Que yo piense y deje que los demás piensen.
Que igual que yo quiero opinar y me siento en mi derecho, sea capaz de darle el derecho y la oportunidad a los otros para que opinen y estén en desacuerdo conmigo.
Que yo sepa perdonar a los demás así como busco siempre el perdón para mí y la mayoría de las veces justifico mis deficiencias y caídas.
Que yo no exija a los demás lo que no soy capaz de brindar con mi ejemplo y mi esfuerzo.
Que yo sepa disculpar. Que siempre camine con la verdad y no con subterfugios y escondrijos que no llevan a nada y perjudican a todo el mundo.
Que yo llegue puntual a las citas y no haga esperar a los demás por sistema y por costumbre.
Que yo sepa reconocer mis errores y no esté buscando siempre disculpas y justificaciones.
Que yo sepa esperar con paciencia y comprensión. Que no esté vigilando al otro.
Que no le corte las alas a nadie y que así como quiero que me respeten la libertad y los derechos pueda yo respetar la libertad y los derechos de los demás.
Que yo comprenda que no se vive sólo con derechos, exigiendo siempre, sino que en la vida de todos los seres humanos, todos tenemos deberes para cumplir y que en cuanto los cumpla permito que los demás puedan vivir conmigo,Si comprendiéramos que nuestra vida no es tan larga como en ocasiones pensamos y que puede terminarse en cualquier instante, si nos diéramos cuenta que quienes conviven con nosotros pueden desaparecer en cualquier momento. Si fuésemos conscientes de lo pesados que en ocasiones somos y del malestar que causamos, entonces nos daríamos a la tarea firme y decidida de permitir “que sea fácil vivir conmigo”.