BANCO PARA CONSERVAR BOSQUES
Ya
está en marcha BanCO2, una iniciativa de Cornare, que busca compensar a los
campesinos del Oriente antioqueño por la preservación de los bosques, mediante
aportes de empresas y ciudadanos.
Frente
al tema del medio ambiente hay mucha sensibilidad, tanto de los gobiernos como
de los ciudadanos, pero pocas acciones concretas para buscar soluciones
ecológicas o por lo menos para atenuar los efectos del hombre sobre la
naturaleza.
En
muchas ocasiones, además, tendemos a pensar que el problema es de otros y
solemos exigir soluciones a las entidades estatales, sin compromisos de nuestra
parte y sin mirar cómo podemos contribuir a preservar los recursos naturales y
lograr un desarrollo sostenible.
Con
la creación de BanCO2, "un banco de servicios ambientales
comunitarios", se puso en marcha una iniciativa que busca unir a los
habitantes de las ciudades con el sector rural para compensar la polución que
se genera en los centros urbanos, mediante una contribución a los campesinos
dueños de los bosques.
El programa arranca con 35 campesinos del Oriente antioqueño, con la meta de
llegar a cien en el primer año, y con un capital de 90 millones de toneladas de
carbono que acumulan los bosques de la región.
Es
bien sabido que aunque algunos propietarios rurales tienen una gran riqueza en
términos ambientales, viven en medio de la pobreza, pues no pueden hacer uso
comercial de los bosques nativos y les es decomisada la madera de los árboles
que talan.
La
Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los ríos Negro y Nare
(Cornare), les planteó esta inquietud a varias empresas, alcaldías y
organizaciones de la región para unir esfuerzos en torno a un banco que busca
acopiar recursos a partir de la medición de la huella de carbono, de manera que
puedan compensar sus emisiones contaminantes mediante aportes económicos.
Ya
un grupo de empresas se sometió a la medición ambiental y se espera que muchas
más se sumen a este proyecto para beneficiar a los campesinos protectores de
los bosques, o sea de las reservas de carbono.
Cada
campesino inscrito en el programa puede participar con un máximo de tres
hectáreas de bosques. Por cada una recibirá una compensación de 200 mil pesos
mensuales. El 60 por ciento de los recursos que se depositen en BanCO2, como
resultado de la medición de la huella de carbono de las empresas, será
utilizado para su subsistencia y el 40 por ciento será un ahorro destinado a la
ejecución de un proyecto productivo autosostenible.
No se trata de un programa de asistencialismo, pero sí procura la equidad
buscando el compromiso de las empresas para que les reconozcan a los
propietarios rurales por el beneficio que representa para ellas tener los
bosques protectores de cuencas hidrográficas de las que toman el agua, y para
reducir el efecto de la emisión de gases.
Si
bien en un principio la iniciativa ha sido promovida por Cornare a nivel
institucional entre las empresas y alcaldías, la idea es que también los
ciudadanos se inscriban en este programa para hacer medir su huella de carbono
por el uso de vehículos automotores y el consumo de energía y que una vez
conozcan su impacto ambiental elijan el campesino o la comunidad donde quieran
hacer su compensación.
La
participación en el programa es enteramente libre y voluntaria, mediante una
toma de conciencia ambiental, pero para garantizar el éxito y continuidad del
proyecto los campesinos que se inscriban sí se someten a procesos de
verificación sobre la protección del bosque.
Iniciativas
como esta hacen realidad en nuestro medio, planteamientos hechos a nivel
mundial desde la cumbre de Kioto, sobre la necesidad de compensar la protección
de los recursos naturales y pagar por la contaminación generada, como un
principio de justicia económica y social.
En
nuestro medio se trata de una iniciativa pionera, que ojalá fuera replicada en
otras zonas del Departamento y del país y que convierte a los campesinos en
guardianes de los bosques y les compensa, en parte, la contribución que ellos
hacen a la biodiversidad y riqueza ambiental del planeta.
BanCO2
es un banco verde, sus dueños son los campesinos, pero sus dividendos
ambientales serán para todos los habitantes del Oriente antioqueño y del
Departamento.
(Tomado de El Colombiano)