Fracking: EE. UU. Y la fiebre de esquisto en América Latina
01/11/13 Por Thomas
Sparrow
América Latina es una de
las regiones del mundo mejor posicionadas para convertirse en escenario de una
"fiebre del esquisto", o shale gas. Y Estados Unidos está
interesado en echarle leña al fuego.
En 2010, el Departamento de Estado lanzó una
Iniciativa Global de Gas de Esquisto (GSGI, por sus siglas en inglés,
ahora conocido como Programa de Compromiso Técnico de Gas no Convencional,
Ugtep) enfocada en una de las técnicas más prometedoras y controversiales de
los últimos tiempos: la fracturación hidráulica ofracking.
Se trata de una apuesta a través de la cual Washington
invita a varios países del mundo -entre ellos algunos de la región como Brasil,
Chile, México y Colombia- a discutir los beneficios y los riesgos de esta
técnica que, según sus proponentes, está cambiando el mercado energético y,
según sus detractores, está dejando una estela de daños ambientales.
La fracturación hidráulica ha sido prohibida en el
propio suelo estadounidense, en el estado de Nueva York, y es objeto de debate
dentro y fuera de la nación norteamericana.
Fuentes del gobierno estadounidense aseguraron que el
objetivo es compartir, con países donde hay un alto potencial de exploración,
la información que ha permitido a Estados Unidos convertirse en el país líder
en el uso de esta técnica.
Pero otras voces afirman que Washington tiene un
interés nacional claro al promover el fracking en la región, por ejemplo para reducir la
dependencia energética que algunos países latinoamericanos tienen con
Venezuela.
Robert F. Cekuta tiene profundo conocimiento sobre la
iniciativa que busca vincular a Estados Unidos con América Latina en el marco
del nuevo panorama energético creado por el fracking.
En su oficina en Washington, Cekuta, subsecretario
adjunto de la Oficina de Recursos Energéticos del Departamento de Estado,
insistió en que el proyecto no busca promover la tecnología sino fomentar una
conversación global sobre esta. Para él, dijo, esa es una diferencia
fundamental.
Según el funcionario, la idea fue establecer un
sistema para que un país interesado en recurrir al gas no convencional
encuentre una plataforma en la que Estados Unidos comparte su información y su
experiencia. A su vez, Washington busca entender cómo se está desarrollando el
tema en otros lugares.
Según pronósticos de la Administración de Información
Energética (EIA) de Estados Unidos, la producción de gas natural del país se
incrementará en 44% entre 2011 y 2040.
Casi todo ese incremento se debe al crecimiento
proyectado de la producción de gas de esquisto, que se duplicará entre
2011 y 2040.
Aunque estos datos son prometedores, la EIA dice que
hay incertidumbres considerables por el tamaño y la productividad a largo plazo
de este recurso.
También asegura que hay potenciales preocupaciones
ambientales por la cantidad de agua que se necesita para el fracking, por la
posible contaminación de las áreas de producción y por las aguas residuales.
Fuente: Administración de
Información Energética de EE.UU.
En repetidas ocasiones y por diferentes medios, BBC
Mundo le inquirió al Departamento de Estado qué países latinoamericanos han
participado en la iniciativa global y cuáles han sido los resultados concretos,
pero no obtuvo más que una respuesta general.
También le preguntó cómo se justifica la promoción de
información de una técnica que es tan polémica, vetada en países como Francia.
Cekuta argumentó que, en últimas, cada país toma sus
propias decisiones y Estados Unidos tiene que respetarlas. En su opinión, lo
clave es tener una discusión educada sobre lo que involucra el fracking: desde los riesgos
ambientales hasta las condiciones geológicas propias de cada país, pasando por
el papel del sector privado o la atención a los grupos civiles locales.
"A través de la aplicación sensata de esta
tecnología hemos visto un gran cambio en Estados Unidos, hemos visto un gran
incremento en nuestra disponibilidad energética", concluyó.
"Es algo que hemos visto que puede ser
desarrollado y usado de manera segura".
"Reduce la dependencia de Venezuela".
Antes de la llegada de Robert Cekuta, la persona que
estaba encargada del proyecto GSGI, como se llamaba entonces, era David
Goldwyn, quien fue coordinador para asuntos energéticos internacionales del
Departamento de Estado.
En ese puesto no sólo estuvo a cargo de la creación de
la iniciativa sobre el gas de esquisto, sino que llevó a cabo diálogos
energéticos estratégicos con países como México y Brasil.
A diferencia de Robert Cekuta, Goldwyn está convencido
de que no se trata únicamente de fomentar las conversaciones.
"Cuando uno está en el gobierno de Estados Unidos,
en el Departamento de Estado, si algo no sirve a los intereses de Estados
Unidos, entonces no debería estarse haciendo", le dijo a BBC Mundo.
"Nosotros veíamos el desarrollo de la producción
de gas local en esos países, y hasta cierto punto de petróleo de esquisto,
como algo que servía mucho a nuestros intereses".
¿Cuáles eran esos intereses particulares en América
Latina?
En esto Goldwyn no se fue por las ramas. "Reduce
la dependencia potencial de algunos de esos países hacia Venezuela, que tiene
las reservas más amplias de gas aunque no pueda realmente desarrollarlas",
dijo.
"Venezuela tiene enormes reservas pero no tiene
capacidad de exportación de gas licuado natural, LNG. Fue muy exigente en
cuanto a tener su propia tecnología y ahuyentó a Shell y a otros. Provee crudo
subsidiado a sus vecinos (Petrosur y Petrocaribe) por razones políticas",
agregó.
Otro elemento de peso para Washington, según Goldwyn,
es que la variedad de suministros en América Latina incrementa la prosperidad
económica en el hemisferio y puede mejorar la seguridad energética.
Estrategia a largo plazo.
Sin embargo, otros analistas creen que hay más razones
detrás del interés estadounidense en "facilitar información" sobre el fracking a América Latina.
Recursos técnicamente recuperables de petróleo de
esquisto, en mil millones de barriles.
Rusia................75
EEUU...............48
China................32
Argentina...........27
Libia..................26
Australia............18
Venezuela..........13
México..............13
Fuente: EIA, informe junio 2013.
Rodolfo Guzmán, experto en asuntos energéticos de la
firma consultora Arthur D Little, dijo a BBC Mundo que a Estados Unidos quiere
diversificar la oferta energética en el mundo, que actualmente está concentrada
en el Medio Oriente, una región inestable.
Con su vasta experiencia en fracturación hidráulica, las
empresas estadounidenses tienen un liderazgo en esta tecnología.
"Aparte de que las empresas estadounidenses se
van a beneficiar, que es cierto, también hay un interés estratégico de largo
plazo de ayudar a que se desarrollen nuevas regiones exportadoras de
energía", opinó Guzmán.
Estos argumentos no los desarrolló Cekuta cuando BBC
Mundo le preguntó qué ganaba Estados Unidos con este proyecto.
Más allá de si se trata de fomentar un diálogo, como
aseguró este funcionario, o si la iniciativa también responde a otros intereses
de Washington, como sugirió Goldwyn, una cosa resulta incuestionable: Estados
Unidos, el país que más ha desarrollado el fracking en el mundo, tiene sus ojos puestos en América
Latina.
Este trabajo forma parte de
la serie "clic Fracking: mito y realidad", de BBC Mundo, publicado a
lo largo de la semana.
GAS DE ESQUISTO.
EL GAS DE ESQUISTO, DIFERENTE DEL ACEITE DE ESQUISTO, Y
TAMBIÉN CONOCIDO EN INGLÉS COMO SHALE GAS (LUTITAS GASÍFERAS), ES UNA FORMA DE
GAS NATURAL QUE SE EXTRAE DE TERRENOS DONDE ABUNDA EL ESQUISTO (LUTITAS). EL
GAS DE ESQUISTO SE ENCUENTRA EN LOS ESQUISTOS ARCILLOSOS SEDIMENTARIOS, AUNQUE
EL INTERIOR ROCOSO DEL ESQUISTO PRESENTA BAJA PERMEABILIDAD. POR ENDE, PARA LA
EXTRACCIÓN COMERCIAL DE DICHO GAS, ES NECESARIO FRACTURAR LA ROCA HIDRÁULICAMENTE,
ACCIÓN QUE GENERA UN FUERTE DEBATE MEDIOAMBIENTAL.