Las alondras cantan desafiantes pese a todo;
vuelan oyendo apenas el fragor de los cañones.
Somos los muertos.
Hace pocos días vivíamos,
sentíamos el amanecer,
veíamos el brillo del crepúsculo,
amábamos y éramos amados...
Ahora yacemos en los campos de Flandes.
Resume nuestra lucha con el enemigo.
De nuestras manos inertes
te lanzamos la antorcha;
es tu tarea mantenerla bien alta.
Si faltas a la palabra
que nos diste a los muertos,
nunca descansaremos,
aunque florezcan las amapolas
en los campos de Flandes.
JOHN McCRAE (primavera de 1915)