TIRITAR TE PUEDE SALVAR LA
VIDA
Cuando
no somos precavidos y olvidamos protegernos correctamente del frío es cuando
llega este molesto, pero curioso, síntoma: el tiritar.
Sin
duda, todos hemos tiritado más de una vez en la vida, ¿pero sabes bien a qué se
debe esta reacción del cuerpo? Sigue leyendo y descubrirás que se trata mucho
más que una simple respuesta al frío.
Nuestro
cuerpo ha evolucionado genéticamente para ser una máquina endotérmica y
homeotérmica, es decir que somos nuestra propia fuente de calor y siempre
buscamos mantener una temperatura constante sin importar el clima externo.
Es
por esto que cuando nuestro cuerpo detecta que la temperatura externa afecta a
la temperatura interna, toma cartas en el asunto: bien sea enfriando el cuerpo,
como el sudor, o calentándolo, como el tiriteo.
Así
que cuando el cerebro siente que el frío es demasiado como para que el cuerpo
lo resista, le envía la orden a los músculos para que éstos se contraigan y
expandan en lapsos de tiempo muy cortos y así poder contrarrestar las bajas
temperaturas. Estos espasmos musculares le cuestan a nuestro organismo una gran
cantidad de energía: gastamos muchísimas calorías sólo para mantenernos
calientes (consejo saludable: no sustituir el gimnasio con sesiones de
tiriteo).
Es
decir, cuando sientes frio, tu cerebro le envía la orden a tus músculos de que
eviten una hipotermia a toda costa. Claro: en estos tiempos una hipotermia es
relativamente fácil de llevar, ¡pero imagínate una hipotermia hace 10.000 años!
Nosotros hemos evolucionado mucho, pero nuestro cerebro sigue respondiendo de
igual manera a los estímulos que representaban peligros letales para nuestros
antepasados.