Hace 83 años que una tenebrosa leyenda corre por las calles del estado de Chihuahua en México. La Pascualita, o más conocida como "La novia más bonita de Chihuahua", observa a todos los transeúntes desde su altar, y enciende las sospechas. Es que en una de las vidrieras de "La Popular", un pintoresco local de vestidos de novia, el maniquí de una joven parece tan real que genera escalofríos.
Todos aquellos que la observan a diario aseguran que no puede ser otra cosa que el cuerpo embalsamado de una joven mujer. Aunque la realidad explica que se trata de un simple maniquí de cera extremadamente bien confeccionado que fue traído desde Francia por la primer dueña de la tienda.
El tinte de la cera que recubre su piel, el pelo naturalcuidadosamente insertado en su cuero cabelludo, losllamativos ojos de cristal y su mirada aguda ysugestiva, provoca que vecinos y curiosos frenen en seco y se detengan atónitos ante lo que parece un ser con vida.
Sus manos son tan naturales, que causan espanto. El color de la piel, el interior de las uñas, los pliegues de los nudillos, las típicas grietas, y hasta las huellas dactilares fueron realizadas con tal perfección, que nunca se vio algo igual.
En un principio la llamaron "Chonita", pero luego de varios años recibió el nombre de su dueña, por tener un parecido físico muy similar. Llegó a la vidriera el 25 de marzo de 1930 de la mano de la señora Pascualita Esparza Perales de Pérez, encargada del establecimiento, y desde entonces nunca se movió. Salvo por las especulaciones de los que aseguran que de noche la novia recobra vida, baja de su pedestal y recorre los pasillos del local en búsqueda de un nuevo vestido para lucir. Otros afirman que huyeron despavoridos al sentir que, entre un vistazo y otro, la novia cambiaba la posición de sus labios, elevaba el mentón, o hasta les sonreía. ¿Escalofriante verdad?
La leyenda dice que Esparza tenía una hija y que justo el día de su boda, tras ser picada por un alacrán que se había escondido en su coronita, la joven fue víctima de una muerte fulminante. Por lo que su madre decidió embalsamarla y colocarla como el maniquí principal en la vidriera de la tienda, para que siempre estuviera a su lado. El rumor se hizo cada vez más fuerte, ya que la señora nunca la desmintió, y tras su muerte en 1967, la verdad se fue con ella. En ese entonces "La Popular" pasó a manos de otros dueños, pero a La Pascualita nunca la cambiaron de su lugar, quién sabe por qué.
Sea como sea, "La novia más bonita de Chihuahua" es casi un amuleto para las futuras esposas.Cuentan los vendedores que es muy habitual que para sus fiestas las chicas insistan en comprar el vestido que lleva la muñca. El argumento es firme: sus madres y sus abuelas hicieron lo mismo, y la buena suerte las acompañó en sus respectivos matrimonios. Nunca se animarián a romper la tradición. Un mito urbano que trasciende fronteras y siempre seguirá vigente.
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