Hipertiroidismo, rabia por ser dejado de lado.
Problemas en la piel, sentimientos de miedo, angustia, sensación de amenaza,
problemas nerviosos. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, es una
gran superficie de proyección donde se muestran procesos psico-somáticos.
Erupción cutánea, problemas de contacto, roce y relación. Stress
nervioso, miedo.
Acné juvenil, es la atracción y el miedo al instinto recién
despertado de la sexualidad. No aceptación de uno mismo.
Psoriasis, la piel se vuelve como una coraza, uno se defiende
protegiéndose. Detrás de toda defensa hay miedo a ser heridos. Cuanto más
robusta la coraza, más sensibilidad y más miedo escondidos.
Prurito, irritación, ardor por temas de sexualidad y
agresividad.
La conjuntivitis está muy relacionada con actitudes de enfado y
frustración con lo que se ve en la vida.
El orzuelo, los niños y las personas con esta inflamación del
párpado suelen ver la vida con ojos airados. Hay algo que les produce enfado.
Cataratas, lo que se ve, no produce alegría y no gusta, por tanto
se cubre con una tenue cortina para mitigarlo.
Migrañas, las pueden producir muchos factores, desde un
estreñimiento, tensión nerviosa, stress, ayuno, intolerancias y alergias ante
un alimento, insatisfacción sexual (falta orgasmos), resistencia ante el fluir
de la vida, auto-critica, invalidación de uno mismo, miedo.
Problemas en la garganta, laringitis, afonía, furia que impide hablar, impulso
tremendo a hablar e incapacidad y miedo de hacerlo.
Nudo en la garganta, miedo, desconfianza.
Amigdalitis, miedo, rabia, emociones y creatividad reprimidas, la
persona no puede ser ella misma.
Vegetaciones, conflictos familiares. Niño que se siente un estorbo.
Enfermedades pulmonares. Mediante la respiración todos estamos en contacto,
respirando el mismo aire. Por muy deseosos que estemos de encerrarnos en
nosotros mismos, la respiración nos obliga a mantener la unión con los demás.
Los pulmones representan la capacidad de comprender e inspirar la vida. Son el
contacto, la relación y la comunicación con el entorno. Aflicción, depresión,
miedo de inspirar la vida. Sensación de no ser digno de vivir plenamente,
problemas de contacto y libertad.
Asma,
problemas de contacto, roce y relación. Miedo.
Pulmonía, Neumonía, heridas emocionales sin cicatrizar, no se permite su
curación. Cansancio de la vida. Enfado.
Bronquitis, ambiente familiar
conflictivo, peleas, gritos. Falta de comunicación, silencio.
Dolores, en general. Sentimiento escondido de culpa. La culpa
busca castigo y el dolor es el castigo. Resistencia a lo que es. La resistencia
crea más dolor. Algo necesita un cambio.
Meteorismo, dolor por acumulación de gases. Aferramiento de ideas y
posturas. Temor. Ideas no digeridas.
Aerofagia, angustia, indigestión, esforzarse en aspirar la vida.
Enfermedades sanguíneas, las personas con
este tipo de problema suelen padecer o haber padecido de problemas y conflictos
familiares graves.
Las
personas con sobrepeso suelen tener sentimientos de miedo y se suelen sentir
desprotegidas, en muchos casos suelen ser personas con carencias afectivas e
insatisfacción sexual. La comida se convierte en un paliativo de su
insatisfacción, del tipo que sea. El sobrepeso también lo favorece la soledad,
el aburrimiento, la tristeza, el rechazo, un sentimiento de fracaso, la
sensación de impotencia, y las ideas negativas. La única dieta efectiva, es la
abstención de pensamientos negativos. Muchas veces engordan más los
remordimientos por el alimento que te estás comiendo, que el alimento en sí.
Porque si tu crees que te engorda, ten seguro que lo hará. Creer es crear.
Periodontitis (piorrea). Cólera ante la incapacidad de tomar decisiones.
Anorexia nerviosa, mujeres que no quieren ser mujer, repudio a la
feminidad y a la sexualidad. Miedo al sexo, a la proximidad y al calor.
Egocentrismo encubierto, ansían atención y la consiguen por medio de la
enfermedad. Tienen que hacer consciente su deseo de amor, sexo y egocentrismo.
Depresión, sentimiento de desesperanza. La agresividad no
expresada o canalizada, se re-dirige hacia dentro, temor tanto a la vida como a
la muerte. La agresividad hacia uno mismo, alcanza su máximo en el suicidio.
Sentimiento de culpabilidad, baja auto-estima, ideas y pensamientos negativos
recurrentes.
Ansiedad, la otra cara de la depresión. Depresión y ansiedad,
distintas manifestaciones de la misma enfermedad. Pensamientos y creencias negativas.
Se tiende a proyectar la mente en el futuro, lo que no nos permite vivir el
presente. La preocupación y el sufrimiento psicológico, es un camino directo a
la enfermedad. La fiebre de la prisa, aumenta la ansiedad.
Insomnio, Miedo, culpa, pensamientos negativos. Desconfianza en
el proceso y fluir de la vida. Angustia, miedo de la vida, falta de confianza
en el proceso de la vida. Resistencias, falta de fluidez. Pensamientos
negativos. Apatía, negativa y resistencia a sentir, porque no agrada lo que se
ve y se siente. Miedo.
Esclerosis múltiple, rigidez mental, dureza de corazón contra sí mismos y
contra el mundo, miedo, inflexibilidad. No aceptar otra forma de ver las cosas.
Su mismo nombre ya lo indica, múltiples endurecimientos. Al ser incapaces de
imponerse, su frustración la interiorizan re-dirigiéndola contra sí mismos.
Problemas de espalda, se suele sentir una falta de apoyo en la vida. Suelen
ser personas que se sobrecargan de trabajo y presión, más de la que pueden
aguantar. Y sienten este exceso de tensión en forma de dolor de espalda. Cargar
demasiada responsabilidad sobre nuestras espaldas revela un afán oculto de
grandeza o quizás un complejo de inferioridad.
En la
parte superior es un sentimiento de falta de apoyo emocional. Sensación de no
ser amado.
En la
parte media, sensación de llevar una pesada carga, atascamiento en el pasado.
Las
personas con dolores en la parte baja de la espalda suelen padecer constantes
problemas económicos en su vida, o al menos esa es la percepción que ellos tienen.
Sienten una falta de apoyo económico.
Ciática, temor al futuro y a carecer de bienes materiales,
inseguridad ante el porvenir. Rencor, agresividad reprimida, rechazo a algo o a
alguna persona.
Tortículis, falta de flexibilidad en nuestras opiniones y forma de
ver la vida, rigidez de pensamiento. Terquedad.
Problemas de estómago, Incapacidad de digerir, asimilar lo nuevo en nuestra
vida. Temor a lo nuevo. Falta aceptación.
Indigestión, miedo visceral, terror, angustia. Quejarse por todo.
Estreñimiento. Temor a soltar. Sentimiento de falta y carencia.
Negativa a abandonar viejas ideas. Tacañería. Mezquindad.
Hemorroides, rabia por el pasado, temor a soltarse, sensación de
carga.
Fibromas, quistes. Resentimiento, rencor contra la pareja afectiva.
Sentimiento de "me han lastimado y herido injustamente".
Fibrosis quística, convicción de que la vida no va a ir bien, sentimiento
de víctima.
Problemas en las articulaciones, representan cambios en la orientación de la vida, y la
dificultad con que se llevan a cabo. Resistencia al cambio. Los cambios
producen miedo.
Los riñones son la sede de la convivencia y de la comunicación con el
prójimo. Los dolores y afecciones de los riñones se presentan cuando hay
problemas de convivencia, problemas de relación con nuestros semejantes.
Vejiga de la orina, ante determinadas situaciones que nos producen tensión
psicológica, experimentamos una necesidad de vaciar la vejiga. La tensión que
se experimenta a nivel mental, acaba manifestándose en el plano físico, a
través de la vejiga.
Hepatitis y problemas de hígado, es la sede de la rabia, ira,
indignación y agresividad reprimida. Miedo y resistencia al cambio.
Cálculos biliares, amargura, juicios condenatorios, agresividad reprimida
y petrificada.
Ictericia, prejuicios internos y externos, la forma de pensar y la
razón están desequilibradas.
Herpes labial, enfado, disgusto y temor de expresarlo.
Herpes genital, culpa sexual, remordimientos.
Problemas menstruación, rechazo de
la feminidad, culpa, temor. Relacionar genitales con sucio y pecaminoso.
Menstruaciones abundantes, se deben a que la mujer está sometida a un estrés emocional
excesivo, combinado con la creencia de que no tiene ningún poder de elección en
su vida y de que sus opciones están controladas por otros.
Problemas de la menopausia, miedo a envejecer, miedo a dejar de ser deseable,
sensación de cualquier tiempo pasado fue mejor. Amargura por las oportunidades
perdidas. Rechazo de una misma.
Rechinar de dientes al dormir, agresividad no manifestada, muchas veces
inconsciente. Agresividad impotente, en estado latente.
Hipertensión. Personas que tienen un conflicto, pero que no lo
afrontan. Viejo problema emocional no resuelto. Indicio de agresividad
reprimida. Rehúyen los conflictos.
Hipotensión, ante un conflicto se evaden. Les falta ánimo y valor.
Rehúyen los conflictos. Derrotismo.
Cuando
padecemos algún tipo de gripe,
catarro, resfriado, suele ocurrir que alguna
situación de nuestra vida, nos ha hinchado las narices (metafóricamente) y nos
está produciendo enfado (conflicto mental) y esa rabia se acaba manifestando en
nuestro cuerpo. El conflicto mental al igual que un disgusto provoca el
debilitamiento del sistema inmunológico y por tanto mayores posibilidades de
enfermar.
Infección, enfado, irritación, rabia, fastidio.
Inflamación, ira, rabia pensamientos inflamados. Miedo.
Mononucleosis, enfado y rabia por no recibir amor y aprecio.
Adicciones, esconden
algo.
Toda adicción evita el contacto con la emoción. Puede ser un
sentimiento de vacío existencial, falta de amor, sentirse solo, desconexión con
nuestro ser superior. Nuestra realidad nos hace sufrir y la adicción enmascara
nuestro sufrimiento, de forma temporal para luego recrudecerlo.
Heridas, enfado con uno mismo, conflicto mental. Culpabilidad.
Sida. Amor y sexo deben ir juntos,
tienen que estar en equilibrio, sino no es posible alcanzar la unidad.
Disociación entre amor y sexualidad. El amor no vivido, pasa al subconsciente,
y a la larga se manifiesta en el cuerpo en forma de destrucción de las defensas
del organismo. Amor es apertura, vulnerabilidad, entrega, unión. Amor no vivido
en el plano espiritual, se vive en el plano físico, con una aniquilación de las
defensas físicas.
Alzheimer, Negarse
a enfrentar la vida. Desesperanza, desamparo.
Accidentes, incapacidad de hacerse valer, rebelión contra la
autoridad. Problemas no resueltos. Son aprendizajes forzosos. Los accidentes a
pesar de venir de fuera, están íntimamente ligados con nuestro interior. Por la
ley de resonancia no podemos entrar en contacto con algo con lo que no tengamos
nada que ver. La propensión al accidente existe para un determinado tipo de
personas. Es una parada en nuestra vida, que debemos investigar. De esta nueva
situación deberá surgir algo nuevo, una nueva orientación.
Nosotros somos responsables en un porcentaje muy alto de
nuestra salud y de nuestra enfermedad. Pero esto no se tiene que percibir de
forma negativa, sino todo lo contrario, hay oculto un mensaje positivo. De la
misma forma que tenemos el poder de crearnos una enfermedad, tenemos el poder
de curarnos esa enfermedad. Nuestra mente es tremendamente poderosa, nos puede
hundir y enfermar pero al mismo tiempo nos puede salvar y curar. Sólo de
nosotros depende.
Dentro nuestro, en nuestro interior más profundo, existe un
lugar desde el cual todas las cosas son posibles. Los terapeutas estamos para
ayudar pero quien realmente se cura es el paciente, el propio enfermo, y se
cura cuando decide curarse. Cuando decide ir hacia su interior y preguntarse
que está haciendo mal, o quizás deberíamos decir que está pensando mal y por
tanto sintiendo mal. Es responsabilidad de cada uno de nosotros, el buscar,
indagar, cuestionar, perseverar hasta poder encontrar el mensaje, la enseñanza
valiosa que se oculta en cada situación, suceso, vivencia, circunstancia,
síntoma y enfermedad.
Cada vez que veamos un defecto en otra persona, deberíamos
hacernos un exámen de conciencia, y cuando seamos capaces de ver nuestros
propios defectos, sentiremos más comprensión ante los defectos de los demás.
Otra pràctica de crecimiento interior es centrarnos en encontrar virtudes en el
prójimo, en lugar de enfocarnos en sus defectos. Si verdaderamente lo
intentamos de corazón, las descubriremos. Ya que todos absolutamente todos,
somos un compendio de defectos y virtudes. Es sólo cuestión de cambiar nuestro
enfoque, en vez de mirar lo negativo, mirar lo positivo. La cara siempre
mirando a la luz, y de espaldas a la oscuridad. En la vida no todo es blanco o
negro, hay una gama infinita de grises.
Necesitamos cuidar bien nuestro pensar y sentir. Hay que
tener una actitud mental positiva ante nosotros mismos, hacia los demás y hacia
la vida en general. Y sentirnos conectados espiritualmente. Si realmente
queremos una vida dichosa, deberemos tener pensamientos dichosos, lo cuales
crearán emociones dichosas. Tenemos que aprender a observar a las personas y a
los hechos sin que nuestro ego automáticamente cree un juicio de aprobación y
conformidad o bien de condena o repulsa. A todos nos resulta tremendamente
doloroso asumir nuestra responsabilidad total en nuestra vida, nuestras
circunstancias y situación de vida. Y siempre tendemos a evadirnos de esa
responsabilidad y buscar la culpa en el exterior.
Sentirnos conectados espiritualmente, es saber que algo muy
superior a nosotros guía nuestros pasos. Que nada es casual, que todo tiene un
por qué. El azar y la casualidad no existen. Todo lo que nos pasa, todo lo que
acontece en nuestra vida es por algo, tiene una razón de ser. Lo único
permanente, que perdura más allá de la tumba, es la conciencia. Porque nuestro
cuerpo desaparecerá, al igual que nuestros pensamientos, emociones,
sentimientos, nuestra mente, nuestra personalidad, nuestro ego. Sin embargo
dentro nuestro, en nuestro interior más profundo, está nuestra esencia real, la
que es eterna, inmutable, permanente, la que no puede ser destruída jamás.