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Por Roger Aguilera
Cuando divisé al joven menudo, bajito y de rostro alegre, pensé: debe ser este; pero de todas formas pregunté, ¿se encuentra Ariel?
Ipso facto me señalaron con el dedo índice: “ese que está ahí, sentado”. Eres igualito a tu mamá cuando ella tenía tu edad: delgado, trigueño y sobre todo muy risueño, le dije.
“Eso dicen -contestó- aunque no tan conocido como ella, porque, ¡mira que salía en la prensa! Desde el momento en que nacieron ella y mi tía, el 18 de diciembre de 1973, en el mundo entero hablaba del caso.
“Pero qué suerte para mi mamá Mayelín y la tía Maylín. Los médicos que las asistieron, en Las Tunas, con mucho acierto solicitaron la ayuda del hospital Lenin, de Holguín “Un eminente doctor, Rafael Vázquez, llegó hasta aquí para valorarlas y determinó que era posible separarlas. Las ingresó en el Lenin y después vino la gran noticia en la noche del 24 de diciembre, cuando se reconoció el hecho como el primer caso de siamesas que, en América Latina, sobrevivían al acto quirúrgico de separación”.
Muchas familias en el mundo se reunían en esa fecha de 1973 para celebrar el tradicional día navideño, mientras los galenos que ocupaban el quirófano de ese hospital oriental, disfrutaban de la más trascendental nochebuena de sus vidas.
“Me alegraría encontrarme ahora -amplía Ariel- con el doctor Vázquez, porque gracias a él mi mamá y tía gozan de salud y ya somos una familia”, amplía.
Ariel explica que él (20 años de edad), es técnico en contabilidad y labora en la empresa de industrias locales Vascal y su hermanita, Elisa Marlén, está en quinto grado.
“Aylín (19 años), la hija mayor de mi tía -comenta- también es técnica en contabilidad y su hermano Sergio, está en el politécnico. La más pequeña de ellos es Leidi Mariam, de un año”.
Tras la operación, el doctor Vázquez, graduado en la Escuela de Medicina de la antigua provincia de Oriente en 1963, comentaba a la prensa que el éxito consistió en dividir en dos partes iguales el hígado común que compartían, pero por suerte tenían sistemas independientes. De no ser así, una de las dos hubiera fallecido.
El pasado día 18 se cumplieron 40 años del nacimiento de Maylín y Mayelín. Fue un día para recordar al doctor Jeremías Hernández Ojito, encargado de efectuar el parto en el hospital de la entonces ciudad de Victoria de Las Tunas.
La familia lamenta que en esa fecha no pudo estar, como siempre, Adelina, la progenitora de Maylín y Mayelín, quien falleció en 2012.
Ahora se acerca el 24 de diciembre, la fecha más importante para Maylín y Mayelín. Ese día de 1973 había dos opciones: que vivieran unidas por el abdomen a través del hígado o se procedía a efectuar la operación.
La ciencia cubana se inclinó por la segunda variante e impidió así que las hermanas no corrieran la suerte de los gemelos Chang y Eng, en la aldea de Siam (actual Tailandia), que luego de su nacimiento en 1881, vivieron 63 años unidos por el abdomen, mediante un puente hepático.
(Tomado del Periódico 26)