¡Qué rico hueles mi vida!
¡Qué perfumada mi amor!
Cuando era recién casada fueron frases de rigor;
Después del baño él olía a yardley, o que se yo,
Mientras yo me perfumaba con frascos de Christian Dior.
Mas ahora, ¡que diferencia! El huele a unturas…
Y yo, huelo a pomada del tigre que me pongo al por mayor.
Él me ayuda a friccionarme: más abajo, por favor,
Y luego entro yo a sobarle corvas, codos y esternón.
Que distintos camisones… y las pijamas,
¡Que horror! Ahora ya son de franela porque estas si dan calor…
A él sus zapatos de estambre que su nieta le tejió
porque sus pies se le enfrían y le duele el corazón.
¡Cómo han cambiado los tiempos de cuando él me conoció…!
Antiguamente lucían encima de mi buró,
una rosa, un retrato, un perfume y un reloj,
Ahora… un frasco de aspirinas, el ungüento de rigor,
unas vendas, mis anteojos, la jeringa, la ampolleta, el algodón y el alcohol.
Y en su buró amontonados, para que quepan mejor,
el vaso para sus “puentes”, el frasco con la fricción, un libro abierto,
sus lentes, jarabe para la tos y agua para la aspirina por si nos viene un dolor.
¡Cómo han cambiado los tiempos de cuando él me conoció!
Sin embargo recordamos “lo que el viento se llevó”
Saboreamos lo que fuimos y viviendo nuestro hoy.
En las mañanas sin prisa, siempre la misma canción.
¿Cómo dormiste mi cielo?…Un dolor me despertó.
¿Y que te duele mi vida? Hoy tengo un nuevo dolor.
Y por la noche, acaso recordando algo mejor,
Oliendo a vaporub, a pomadas y a fricción,
Repetimos lo de siempre. Lo mismo de ayer y hoy:
Ojalá duermas mi vida.
Ojalá duermas mi amor.
Oramos un Padre Nuestro y damos
GRACIAS A DIOS...
Traido de mi correo...Lo comparto porque me pareció PRECIOSO.
Alipia