Si a usted una mujer nunca se le ha quitado la ropa bailando, se está perdiendo de uno de los placeres mundanos más hermosos que tiene la humanidad.
Un strip-tease es mucho más que un cortejo o un ritual sexual: es una fuente de poder que uno no tiene. Es una transferencia de poder. Ella lo tiene; usted, no. Ahí comienza la emoción de todo.
Termine o no en un encuentro sexual, no existe un placer más grande que el voyeurismo. Esa plácida y al tiempo reprimida transacción de miradas, esos movimientos que en ese momento son sólo para uno, esa saturación de la música contrastada con el silencio de la piel de una mujer. Verla moverse como una sombra por el cuarto, serpentear a su alrededor, la calma pulcra de su silueta corrompida y exorcizada por el gusto de su propio cuerpo y por el sonido de un beat que no para.
Hay bailes de bailes. Unos se pagan – con mucho gusto – y otros suceden. Unos terminan en la cama, otros…bueno.
Ha pasado la época en la que este placer era concedido a los caballeros de la alta alcurnia francesa con prudencia. El Strip-Tease se ha convertido en un arma letal de seducción en nuestros tiempos y también, en una fuente de energía y desarrollo para canciones y éxitos nacidos en los clubes de los años setenta en Nueva York.
Y hay canciones que parecen hechas exactamente para eso: para encontrar en el placer del baile a solas un motivo para encontrarnos, para amarnos, para desearnos y para compartir un secreto: el bello y revelador gusto de una mujer desnuda y en lo oscuro.
Este playlist está basado en experiencias personales. No es una generalización y no pretende dictar clase; pero nace de lo visto, lo observado, lo escuchado y lo sentido en los últimos 7 años de carrera profesional, paseando por burdeles y clubes, discotecas y antros del mundo. Se recomienda la compañía de una adulta.
20 – NEED YOU TONIGHT – INXS
Kylie Minogue dice en su autobiografía que ella era una artista antes y una después de conocer a Michael Hutchence. La razón es que su sexualidad – cuenta la australiana -no fue descubierta sino hasta cuando su cuerpo fue a dar a manos del joven líder de INXS, cuya fascinación por el sexo – dicen los reportes – lo llevó a su propia muerte en 1997. El número 1 de Inxs es una oda a la intimidad; su coro está lleno de esa tensión corporal fruto del insomnio constante y de una inquietud, de una especie de impaciencia física. La percusión inicial -hecha a punta de rimshots de batería- estalla con platillos que suenan como una ducha fría. El ronroneo de Hutchence hace el resto de la canción y una letra explícita y cruda para su tiempo la hacen una oda al cuerpo de una mujer y a al sosiego que produce, así como también a los deseos que en un baile a media luz puede reprimir:
I Need You Tonight/cos I’m Not Sleepin’/There’s Something About You, Girl/That Makes Me Sweat/So Slide Over Here/And Give Me a Moment/Your Moves Are So Raw/I’ve Got To Let You Know…You’re One of My Kind…”
La cadencia del saxofón en la segunda parte de la canción (Mediate) viene acompañada de una de las cosas que asediaban la inspiración de Hutchence: la unión de la humanidad a través de la sensualidad. Constantemente incomprendido por su naturaleza hipersexual, Hutchence fue un gran humanista de la música. Su sensibilidad ante la belleza física lo llevó a explorar al final de Need You Tonight la comunión de lo sexual y lo humano, en una crítica que no se siente si nunca te la han bailado.
Preferencia: en la casa.