Frédéric Chopin (1810-1849) sufrió alucinaciones terroríficas en el último tramo de su vida debido probablemente a que padecía epilepsia del lóbulo temporal, aseguran Manuel Vázquez y Francisco Brañas, radiólogo y neurólogo, respectivamente, del Complejo Hospitalario General-Calde de Lugo,
en la revista Medical Humanities. Las visiones acompañaron desde 1837 a un músico de salud frágil que murió a los 39 años a consecuencia de una enfermedad pulmonar crónica. Vázquez y Brañas destacan que George Sand, su amante, y su discípula Friedericke Müller-Streicher interpretaban los episodios alucinatorios del artista “como una expresión de un alma sensible y exquisita: eran la manifetación de un genio lleno de sentimiento y expresividad”. “Creemos que saber que sufría esta enfermedad puede ayudar a separar la leyenda romántica de la realidad y arrojar nueva luz para entender mejor al hombre y su vida”, dicen los investigadores españoles.
Los autores recuerdan, entre otros episodios, cómo, el 9 de septiembre de 1848, el músico tuvo una alucinación que le hizo interrumpir momentáneamente un recital en un salón de Londres. “Viví una extraña aventura mientras interpretaba la Sonata en si bemol menor para unos amigos ingleses. Había tocado el Allegro y el Scherzo más o menos correctamente e iba a empezar laMarcha cuando, de repente, vi salir de la caja del piano a las malditas criaturas que se me habían aparecido en una noche lúgubre en el monasterio cartujo (Mallorca). Tuve que parar un momento para recuperarme y después continué tocando sin decir nada”, cuenta Chopin en un fragmento de una carta a Solange Clésinger reproducido por Vázquez y Brañas. En sus memorias, Sand recuerda que la estancia en ese monasterio en 1838 estuvo “repleta para él de terrores y fantasmas”. “A la vuelta de una de mis exploraciones nocturnas de las ruinas con mis hijos, le encontré, a las diez de la noche, pálido frente al piano, con los ojos en blanco y el pelo en punta. Tardó un rato en reconocernos”, escribió la mujer en Histoire de ma vie.
Experimentar alucinaciones, explican los médicos españoles en Medical Humanities, es un síntoma “de varios desórdenes psiquiátricos, como la esquizofrenia, el desorden bipolar, la depresión y los estados disociativos, pero la mayoría son auditivas”. Descartan las migrañas porque las alucinaciones causadas por éstas duran hasta media hora y las de Chopin oscilaban entre unos segundos y pocos minutos; el síndrome de Charles Bonnet, porque el músico no sufría desórdenes visuales; que las provocara el láudano porque las primeras se manifestaron antes de que comenzara a tomarlo… Y se inclinan, al final, por la epilepsia del lóbulo temporal porque produce complejas alucinaciones visuales que se corresponden con las del músico. Vázquez y Brañas admiten, no obstante, que es difícil llegar a un diagnóstico definitivo sin poder explorar al paciente con los medios al alcance de la medicina moderna.