Algunas personas sufren de un virus contagioso al que llaman "victimitis". Quizá ya lo conozcas.
La gente infectada con victimitis piensa que los demás están en contra de ella y que el mundo les debe algo, lo cual no es cierto.
Me gusta como lo establece el escritor Mark Twain:
"No andes diciendo que el mundo te debe la vida. El mundo nada te debe. Él llegó primero".
“La 'victimitis' es una enfermedad mental muy extendida actualmente en
nuestra sociedad. Esta enfermedad es tan corriente que la mayor parte de
la gente no se da cuenta de que está afectada; es contagiosa y para ser
curada necesita ser tratada ininterrumpidamente y con cuidado durante
cierto tiempo, a menudo bastante largo. Nadie puede curar una victimitis
desde el exterior; la cura realmente sólo puede ser realizada por la
misma persona infectada, cuando ésta se ha dado cuenta de su estado, y
de lo que éste le cuesta, y además sea ella quien decida desembarazarse
de la enfermedad.
¿Tienes victimitis?
Sintomatología:
-Es culpa de los demás
-No se puede confiar en nadie
-Tengo razón, los otros no la tienen
-La gente es mala
-Si me quieres, deberías…
-Yo me sacrifico, la gente es muy ingrata
-¿Por qué yo?
-No te rías, la vida no tiene ninguna gracia
Los que la padecen sienten que tienen estas ventajas:
-Podemos quejarnos
-Poseemos una excelente justificación para nuestros fracasos
-Podemos censurar a otros y encontrar así una vía de escape inconsciente
a la insatisfacción de la vida y a todo nuestro paquete de emociones
negativas
-Podemos declararnos en guerra y vengarnos porque creemos que tenemos
derecho a ello
-Podemos sentirnos superiores
(Annie Marquier, “El Poder de Elegir”)