Al cerrarse hace cinco meses el mercado mexicano a la importación de cotorras, en varias regiones de Uruguay ya se están sintiendo las consecuencias a nivel productivo y laboral.
Se ha quedado sin trabajo una docena de cazadores y cayó el volumen de trabajo en una exportadora de Melilla.
Chacras y quintas sufren pérdidas de cultivos. Y en los casos en que se envenena a la plaga, los ecosistemas se alteran porque los tóxicos afectan a otras especies de aves y a diversos mamíferos.
El exportador Carlos Hernández Gómez dijo a El País que el gobierno de México tomó la resolución "aduciendo que habían encontrado el virus de la influenza aviar; nuestro Ministerio de Ganadería les mandó un informe con los resultados negativos que dio una prueba epidemiológica, pero no tuvimos novedades. La pérdida es absolutamente importante e injustificada. Porque allá encontraron el virus que acá no existe; lo habrán adquirido en México, si es cierto el informe, pero no acá".
El exportador sostuvo que tenían tres visitas sanitarias semanales del Ministerio en sus instalaciones de Camino de la Redención 6448, entre Camino Melilla y los accesos. "Cuarentenamos y dosificamos las cotorras. Salen perfectamente, por eso trabajamos más de cinco años y cada vez más".
Los controles que deben sortear los animales se realizan en la División de Laboratorios Veterinarios (Dilave) del Ministerio de Ganadería, ubicada en la Ruta 8.
El exportador informó a El País que ha contactado otros interesados en países como Turquía, Tailandia y Malasia, "pero lleva un tiempo acceder a un nuevo mercado, establecerse, no solo hacer un primer envío sino sostenerse después; lo de México nos mató, suponía el 95% de las exportaciones. Nos absorbía de tal manera que no nos dejaba pensar en abrir otros mercados. Semanalmente nos estaban pidiendo siempre".
Japón es uno de los países que hace un año ya se manifestó como cliente interesado.
"Estamos luchando en el Ministerio de Ganadería a los efectos de agilitar los trámites, porque tienen que ponerse de acuerdo las direcciones de sanidad de los dos países en cuanto a los certificados que exige el importador, y eso lleva un tiempo, a veces la burocracia lo proplonga por meses", afirmó Hernández Gómez.
Un cazador.
Jorge Moreno contó a El País que desde hace treinta años está dedicado a la captura de cotorras. Tiene 67 de edad, y trabaja con su mujer y una sobrina.
"Vivimos muchas familias de la caza, estamos en casi todo el país combatiendo los bichos, controlándolos. Somos doce que andamos en esto; me llaman y no podemos hacer nada al no tener salida la cotorra. Ayer me llamaron de una estación experimental de la ruta 8, como las que tienen los japoneses. Tienen trigo, soja, y les están comiendo todo".
Moreno tiene todos los permisos para luchar contra la plaga, y se ha recorrido buena parte de Uruguay.
-¿Cuándo hay más caza?
-Nosotros agarramos las cotorras cuando ya vuelan, viven hasta treinta años. Las que nacen en diciembre empiezan a volar en enero; la segunda ´saca´ es en febrero o principios de marzo. Este año no pudimos hacer nada porque ya estabamos parados. Ahora los productores están desesperados, han hecho reuniones en todos lados, hasta en las escuelas. He visto gente llorar; el año pasado fui a San Bautista... ¡me dio una lástima una señora! Tenía siete hectáreas de maíz y no le quedó ni un choclo. Te come eso, manzana, pera, avena, todo. Los que tiran veneno terminan matando a la fauna
-¿Cuántas crías tiene un casal de cotorras?
-Al no cazar a las adultas, que por casal tienen siete o más pichones cada vez, se ha llenado de una manera impresionante; en un nido grande hay hasta diez bocas.
-Hay quienes cazan con redes. ¿Cómo lo hacen ustedes?
-Con la pega-pega en los alambres, y cuando nos retiramos de cazar sacamos todo y queda el alambrado limpito, para que no se peguen otros animales. Si se queda un pajarito, se le limpian las patitas y se lo larga.
Plaga nacional desde 1948
La caza de cotorras se da durante todo el año. El mejor momento para la captura con pegamento es la tarde. De mañana, por el rocío, tienen las patas húmedas.
Las cotorras myiosiptta monachus fueron declaradas plaga de la agricultura en Uruguay el 8 de mayo de 1947.
Las cotorras e distribuyen principalmente en la zona centro-este del país. en donde causan gaves daños principalmente en cultivos de maíz, trigo, girasol y frutales.
Un informe del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) señala que el control letal es el método más efectivo para reducir las poblaciones a niveles que no causen daños a la agricultura
La mayoría de los métodos letales varían desde la quema de nidos, hasta cebos tóxicos, pulverización y, más recientemente, el denominado "método de la grasa".
En noviembre comienza la etapa reproductiva propiamente dicha, con la postura de los huevos y su incubación. Cada pareja se reproduce una sola vez al año.
Es una de las pocas especies en el mundo que construye grandes nidos comunales con pequeñas ramas.