AMISTAD.
He dado mi amistad como un pájaro ciego,
En un vuelo constante y sin desmayo.
A veces rudos vientos destrozaron mis alas
Y lograron tal vez quebrantar mi esperanza.
Otros, en cambio, fueron
Glorias de hermosos sones, cascabeles de risas
Que alegraron mis días y mis noches de fiestas,
Entre ellos estabas tú, presente como un ángel,
Para ayudarme siempre a transitar el cieno.
Quisiera que en mis noches y en las tuyas , amiga,
Estemos siempre juntos alentando esperanzas.
La fiesta de la vida quizás pronto se apague
Y queden solamente algunos vagos sones
Y el perfume gastado flotando en el ambiente
Que la amistad nos una entonces para siempre
Para el retorno a casa…
Esta ya amaneciendo…
Juan Manuel Olveira
Buenos Aires, 20 de julio de 2014