LAS PLANTAS NO SON SORDAS
No están locos ni se la
fumaron verde. Científicos reportaron que las plantas pueden oír, algo que ha
sido enunciado en algunos medios cuando se refiere a los sistemas de defensa de
ellas.
Se sabía que pequeñas
plantas de mostaza reaccionan a los sonidos de orugas que comen las hojas y
establecen defensas químicas para impedir que la fiesta continúe. El nuevo
estudio publicado en Oecologia muestra que ante el sonido otra planta también
reacciona para evadir el ataque.
Heidi Appel, bióloga de
la Universidad de Missouri y su colega Rex Cocroft diseñaron un experimento
para ver si de verdad escuchaban a su depredador. Colocaron un pedazo de cinta
reflectiva en una hoja, luego pusieron en una hoja vecina gusanos hambrientos.
Y pusieron un láser que daba sobre la cinta. Si se movía aún
imperceptiblemente, la luz reflejada lo haría. Y la rapidez en la variación
daría una medida del movimiento de la hoja.
El trabajo se hizo con Arabidopsis,
la planta que se ha convertido en conejillo de indias para infinidad de
investigaciones. A medida que los gusanos se daban un festín, registraron las vibraciones.
Luego las hicieron sonar en otra planta. Un pequeñísimo parlante movía las
hojas 10/1.000 de una pulgada. Se movían pero no había gusano.
En la etapa final
colocaron gusanos en las plantas que habían ‘escuchado’ los sonidos, mientras
otras servían de control. A los dos días removieron los insectos y analizaron
varias hojas de cada planta. Comparadas con las que permanecieron en silencio,
aquellas que habían escuchado los sonidos tenían un 30% de más químicos
defensivos.
Fue sorprendente, pero
querían saber si había una respuesta similar al viento y otros movimientos no
relacionados con los gusanos.
Diseñaron el experimento
colocando distintos sonidos, como el del viento o los chillidos de un insecto.
Solo aquellas a las que se les puso el del gusano masticando generaron más
químicos defensivos.
La idea de Appel y su
grupo es hacer el trabajo con otras plantas y distintas clases de insectos.