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General: la claustrofobia
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: IKH@NN@  (Mensaje original) Enviado: 06/10/2014 13:49
 

Vivir con claustrofobia


Se sabe que entre el 2 y el 5% de la población mundial sufre o sufrió de claustrofobia en algún momento de su vida. En la mayoría de los casos, aparece tras una experiencia traumática en un espacio cerrado, como puede ser un castigo al ser niños o que se haya parado el elevador.

En otras personas, la fobia a los lugares cerrados surge por “imitación” es decir, cuando alguien cuenta un hecho, se ve una película o una noticia que impresiona. Un caso puede ser el de un grupo de mineros que se queda encerrado bajo tierra o una historia donde un mago no puede salir al hacer su truco.

Los sitios donde con más frecuencia la gente sufre de claustrofobia son: el ascensor, los túneles, el metro, las habitaciones pequeñas o con poca ventilación (también las cerradas con llave), los sótanos y las técnicas de diagnóstico como la tomografía computada (TAC). En casos más aislados puede ocurrir en la cama solar, en las cabinas de teléfono, en las cuevas, en las minas, en el sauna, en los aviones, en las bañeras cerradas, en el cine o hasta en discotecas o teatros.

Generalmente la persona que sufre de esta fobia no se da cuenta por sus propios medios de la situación cuando el miedo comienza a aparecer. No puede igualmente pensar en otra cosa que no sea el encierro, por más de que escuche música, trate de hablar con alguien, lea una revista o respire profundamente. Lo que pasa por la cabeza de una persona con claustrofobia son las consecuencias del encierro en si, sobre todo relacionados con morir asfixiado o a que nadie lo rescate a tiempo.

Por ejemplo, al detenerse un ascensor (principalmente los que tienen puertas automáticas), no podemos movernos mucho, estamos atrapados y si hay otras personas al lado, la situación se complicará aún más.

¿Cuáles son los síntomas de la claustrofobia?


Entre los más frecuentes (además de lo indicado anteriormente), podemos citar estos signos de que se está sufriendo un episodio de claustrofobia: palpitaciones, sudoración excesiva, problemas para respirar (sensación de asfixia o falta de aire), ataque de pánico, desmayos, ansiedad anticipatoria a un desenlace negativo, latidos acelerados, mareos, temblores, aturdimientos, náuseas, sensación de terror o pavor, problemas para concentrarse en una conversación.

¿Cómo se puede tratar la claustrofobia?


Este miedo intenso que aparece cuando nos encontramos en un espacio cerrado puede ocasionar perjuicios para la salud, tanto física como mental, ya que los niveles de estrés en esos momentos aumenta sobremanera. Además, un claustrofóbico limita sus actividades y su vida social, al no poder subir por un elevador o reunirse en un bar muy pequeño con amigos, por ejemplo.

Para poder tratar la claustrofobia se pueden aprovechar las ventajas de la terapia cognitivo-conductual cuyo objetivo es modificar esta conducta. Ayuda mucho en el proceso de superar la fobia y a disminuir la ansiedad y los síntomas que se sufren en una experiencia traumática.

También se pueden llevar a cabo diferentes técnicas de respiración y relajación, como ser el yoga o la meditación. Es bueno recordar que la claustrofobia tiene mucho que ver con la sensación de morir asfixiado. Si podemos respirar de manera consciente y más calma, los latidos del corazón volverán a la normalidad y la respiración también.

Siempre que la claustrofobia sea invalidadnte o afecte a tu vida cotidiana debes buscar la ayuda de un profesional. Él, como esxperto, utilizará las técnicas adecuadas para ayudarte a superar el problema. Puedes apoyarte en tu familia o en algún amigo o amiga si no queires ir solo/a a la consulta.

La terapia facilitará que puedas hacer vida normal en poco tiempo y que seas capaz de controlar esa ansiedad que hacía que, por ejemplo, tuvieras que subir andando con la compra y no pudieras usar el ascensor. Además, es bueno que sepas que, como en casi todas las terapias, la persona afectada va a tener que colaborar con el terapeuta y depositar su confianza en él. Finalmente, tienes que tener presente que es un problema del que se sale y del que puedes sacar partido, ya que las herramientas que adquieras en la terapia para controlar la ansiedad podrás utilizarlas frente a otros estímulos que te la provocan y que no afecten tanto a tu vida cotidiana. 

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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 06/10/2014 15:06
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Consejos para superar la claustrofobia. Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a permanecer en un espacio cerrado. Esta fobia puede ser consecuencia de una mala experiencia (como por ejemplo, haberse quedado encerrado en un espacio cerrado) o también indirectamente (por escuchar relatos de personas a las que les haya sucedido algo parecido).

Las fobias se caracterizan por un miedo irracional ante una circunstancia o situación determinada. Cuando ese miedo se presenta como consecuencia de sentirse atrapado en un espacio pequeño, o que se percibe como tal, se denomina claustrofobia. Un problema que afecta aproximadamente al 5% de la población y que se clasifica dentro de las denominadas fobias específicas, es decir, aquellas que describen el miedo a algo concreto.

Las personas que padecen de este miedo a los espacios cerrados (se estima que entre un 2 y un 5% de la población) suelen evitar en consecuencia los ascensores, el metro, los túneles, las habitaciones pequeñas, hasta las puertas giratorias les pueden presentar dificultades, así como también el uso de equipos para técnicas de diagnóstico médico como el TAC. No temen al espacio cerrado en sí mismo, sino a las posibles consecuencias negativas por encontrarse en este lugar. Por ejemplo, temen quedarse encerrados para siempre o a morir asfixiados, debido a que creen que no hay suficiente aire en espacios cerrados. Asimismo, muchos espacios pequeños y cerrados implican poca libertad de movimientos, lo que hace que las personas claustrofóbicas se sientan muy vulnerables.

El psicoanálisis, que ha estudiado la etiología y génesis de esta fobia, considera que va unida a sentimientos de culpabilidad producidos por un desarrollo anómalo de la sexualidad. También aparece con frecuencia ligada a sentimientos de angustia que se remontan a la infancia y que pueden tener o no una causa específica. Las relaciones con la madre, en las que se dan sentimientos ambivalentes (amor-odio), se han descrito también como causa de este tipo de fobias. El mecanismo por el que se forma es el genérico de toda fobia: el miedo interior impulsivo se desplaza hacia un objeto externo.

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Consejos para superar la claustrofobia

  • Consejo Clínico Ortodoxo para la claustrofobia: El médico prepara una historia clínica detallada del paciente, y quizá le efectúe pruebas para saber si el trastorno es producto de la ansiedad o genético. El tratamiento de la ansiedad grave puede requerir la intervención de consejeros y la administración de medicación para aliviar los síntomas y ayudar al paciente a afrontar mejor las situaciones que lo atemorizan. Los médicos prescriben a veces una terapia conductista, en la cual se expone gradualmente al paciente a las situaciones que lo angustian. Este tratamiento puede combinarse con una psicoterapia en la que participen el paciente y sus familiares.
  • Consejos de Hipnoterapia para la claustrofobia: Después de conversar con el paciente, el terapeuta lo hace entrar en un trance hipnótico durante el cual le propone realizar cambios en su comportamiento y en su manera de reaccionar ante los estímulos del mundo exterior; el objetivo es que el inconsciente recuerde después los cambios sugeridos. Al cabo de varias sesiones en que el especialista expone gradualmente al paciente a las situaciones que le provocan miedo, termina por desensibilizarlo a ellas. Se afirma que la hipnoterapia cura las fobias con mayor rapidez que la psicoterapia tradicional.
  • Consejos de Naturopatía para la claustrofobia: El terapeuta prescribirá un régimen basado en el consumo de alimentos crudos, y quizá aplique las pruebas musculares de la kinesiología para determinar si existe una alergia alimentaria a la que pueda atribuirse el trastorno. Para el estrés se prescriben dosis altas de vitaminas del complejo B (hasta 50 mg dos o tres veces al día, reduciendo gradualmente las tomas a una sola al día). Se dice que la vitamina C también ayuda a prevenir los efectos del estrés; hay que tomar 200 mg con cada comida. Los complementos de cinc y manganeso pueden ser eficaces en combinaciones de 100 mg. La naturopatía a veces colabora con un psicoterapeuta para enseñar ejercicios específicos de relajación.
  • Consejos de Digitopuntura para la claustrofobia: El paciente puede relajarse dándose un suave masaje en la zona de la palma situada entre el pulgar y el índice de cualquiera de las manos.
  • Consejos de Entrenamiento Autógeno para la claustrofobia: Este sencillo método terapéutico favorece la relajación del cuerpo y de la mente, liberándolos del estrés y del comportamiento anormal que éste ha causado. Sólo un terapeuta competente puede impartir el entrenamiento, pero el paciente puede luego aplicarlo en casa sin dificultad.
  • Consejos de Homeopatía para la claustrofobia: El remedio de uso general es Argentum nitricum; del Aconitum se dice que beneficia a las personas que se angustian antes de someterse a una prueba severa y que temen a los espacios cerrados y a las multitudes; hay que tomar tabletas con potencia decimal de 30 cada 10 minutos hasta sentir alivio.
  • Consejos de Reflexología para la claustrofobia: El efecto de relajación general de esta terapia puede dar resultado en algunas personas pero es preferible buscar tratamiento profesional.
  • Remedios de Bach para la claustrofobia: Se emplea mímulo si el temor es específico; álamo temblón para una aprensión vaga; heliantemo si el padecimiento llega al pánico, y Remedio de urgencia para los ataques agudos.


 
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