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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: LuchoG  (Mensaje original) Enviado: 15/10/2014 15:17
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El pánico sembrado en el año 2014 en torno al virus del Ébola recuerda a la gripe aviar del año 2005 y a la gripe porcina (AH1N1) de 2009.

Se aprovecharon estas dos supuestas “pandemias inminentes” para manipular burdamente a la opinión pública mediante los comprados grandes medios de comunicación y así justificar una vacunación masiva de poblaciones enteras que resultó acarrear terribles efectos secundarios, entre ellos la narcolepsia, un grave trastorno del sueño.

En 2009, la OMS predijo que un tercio de la población mundial podría estar afectada por la gripe AH1N1, con efectos impredecibles. En julio de 2009, la entonces ministra de Sanidad española anunciaba orgullosa que el Gobierno español había acordado con dos de las más importantes empresas farmacéuticas del mundo la compra de la friolera de 37 millones de dosis de vacunas contra la gripe A al “módico” precio de 266 millones de euros. Doce meses después, sólo se habían vacunado tres millones de personas. Millones de dosis se guardaron como “reserva estratégica” (después se donaron a la Organización Panamericana de Salud) y el resto tuvieron que ser destruidas con lo que millones de euros se volatilizaron.

En cuanto al famoso medicamento antiviral “milagroso”, el Tamiflu, su efecto real no era más que reducir la duración de los síntomas a menos de un día, sin poner freno alguno al número de hospitalizaciones. Un estudio británico concluyó que la distribución del Tamiflu contra la gripe AH1N1 tuvo como único efecto… malgastar 500 millones de libras esterlinas.
En efecto, la temporada de gripe de 2009 resultó ser finalmente menos grave de lo habitual, a pesar de la presencia de la cepa AH1N1. Además, resultó que numerosos supuestos casos de gripe AH1N1 ni siquiera fueron casos de gripe, sino simples resfriados, lo cual recuerda al famoso caso del virus del Ébola en Berlín el mes pasado que finalmente acabó siendo… una gastroenteritis.

El Ébola llega a Europa, primer contagio fuera de África – Entrevista a Josep Pàmies (pulsa PLAY):

Aunque los telediarios y la prensa hablan todos los días de “estragos” y de “catástrofe”, la realidad es que la epidemia del virus del Ébola sigue manteniendo una magnitud bastante modesta.
La prensa habla de 2.400 muertos en toda África mientras escribo estas líneas, pero incluso esta cifra no acaba de ser exacta.
Si accede a la página de la web de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que trata este tema, se dará cuenta de que de hecho hay 1.044 fallecimientos cuya causa oficial declarada es el virus del Ébola, según la última actualización que ha hecho pública la OMS. El resto son por el momento “probables” o “posibles” casos de muerte por ébola.

Por supuesto, se trata de 1.044 muertes innecesarias y lamentables, pero debería compararse esta magnitud con la cifra de 1,4 millones de muertes anuales por tuberculosis o con la de 855.000 muertes al año por paludismo (y eso que éstas últimas están bajando tras el pico de 1,2 millones de muertes al año que alcanzó en 2004). O con los más de 3.000 fallecimientos que provoca todos los años la gripe estacional en España, teniendo en cuenta muertes directas y las producidas al potenciar otras enfermedades en pacientes cardio-respiratorios (de 3 a 5 millones en todo el mundo según la OMS).

Muy poco contagio. Las imágenes de sanitarios con las mascarillas puestas y monos integrales para acercarse a los enfermos sospechosos son delirantes y dignas de una película mala de ciencia ficción.

Y es que el virus del Ébola no se transmite en absoluto con tanta facilidad.

Se necesita un contacto directo con un líquido biológico como la sangre, las heces o los vómitos u otros líquidos corporales de animales o personas infectadas, tal como reconoce la OMS. No hay forma de que se transmita por vía aérea. Es decir, aunque alguien hable o tosa, no expandirá el virus del Ébola por el aire.

Dicho de otro modo, el virus del Ébola es comparable al sida por su medio de propagación. Hay que estar realmente en contacto con la sangre o un líquido biológico del enfermo para exponerse al riesgo de contaminación.

Eso significa, explica el profesor Bruno Marchou, jefe de servicio de enfermedades infecciosas y tropicales del Hospital de Purpan, en Toulouse, que el virus del Ébola: “no alcanzará el estadio de pandemia. En Conakry (capital de la República de Guinea), hubo en un inicio varias decenas de casos entre el personal hospitalario. Pudieron superarlo aplicando medidas de higiene estándar sencillas que frenaron la propagación del virus entre el personal”.

Estas medidas de higiene no tienen nada de magia: “Quien se ocupa de un paciente tiene que cubrirse las manos con guantes. Si el paciente vomita, también hay que taparse la cara. Es el abecé de la profesión, lo hacemos todos los días”, prosigue.
«Una mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos»
Sandrine Cabu, de Médicos sin Fronteras, en una entrevista publicada en el diario francés Le Monde, cuenta que el virus del Ébola tiene “una tasa de mortalidad de entre el 20 y el 90% de los casos”.

¿A qué se debe una horquilla tan absurdamente amplia?

A que el virus del Ébola es sobre todo peligroso cuando se trata mal. Las personas mueren por deshidratación o hemorragias, pero el tratamiento consiste entonces sencillamente en hidratar o en someter al paciente a transfusiones, no en darle una vacuna ni un hipotético medicamento. No hay que creer lo que pretende la industria farmacéutica, a la que le encantaría poder vender a los gobiernos unos polvitos mágicos como hicieron con el Tamiflu cuando se produjo la alarma por gripe AH1N1.

«Los nuevos medicamentos no son la solución contra el ébola»
La solución contra la epidemia consiste en respetar medidas sencillas y de sentido común: higiene, nutrición adecuada, vitamina C y vitamina D.

Según Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, la herramienta más eficaz contra el ébola es aplicar los cuidados básicos a los enfermos.

“La verdadera prioridad debería ser crear infraestructuras médicas en los países afectados para suministrar a los enfermos el apoyo médico básico como la hidratación y la transfusión sanguínea. Esto surtiría mucho mayor efecto sobre la salud que la distribución aleatoria de medicamentos experimentales”.

Según Thomas E. Levy, autor de un artículo reciente sobre los remedios potenciales contra el virus del Ébola.

“Hasta el día de hoy, no hay un solo virus sometido a prueba que no haya sido inactivado por una cierta dosis de vitamina C. Uno de los medios prioritarios para destruir el virus, o programar su destrucción por parte del sistema inmunitario, es activar la ´reacción de Fenton´. En pocas palabras: dicha reacción puede producirse en el interior del virus, en las células donde los virus se replican y en la superficie de los propios virus”.

Por lo tanto, no hay razones para sospechar que el virus del Ébola se transforme brutalmente en una pandemia en el continente africano, y menos aún en el resto del mundo.

Pero no cabe duda de que esta psicosis pueda servir a los intereses económicos de algunos.

Curar el ébola con una vacuna es como tratar la diabetes con píldoras
Las promesas de las píldoras que lo curan todo son a menudo un obstáculo que impide llegar a soluciones reales, naturales y… mucho más eficaces. Mire este vídeo. Está repleto de ejemplos y consejos sencillos y demostrados contra la diabetes, la artrosis, la hipertensión, la depresión…

LA IMPACTANTE RELACIÓN ENTRE EL ÉBOLA Y EL VUELO MH-17 DERRIBADO SOBRE UCRANIA.

Cada vez parecen encajar más piezas en este diabólico rompecabezas. Mueren varios científicos, investigadores y doctores relacionados con el Ébola muy poco antes de sembrarse el pánico mundialmente.

Glenn Thomas, consultor de la OMS en Ginebra, experto en SIDA y, sobre todo, experto en el virus del Ébola, fue uno de los fallecidos que volaba a bordo del Boeing 777 de Malaysia Airlines (el vuelo MH-17), abatido sobre Ucrania este julio de 2014.
Glenn Thomas era uno de los portavoces de la OMS y participó en una serie de investigaciones acerca de las operaciones de prueba con el virus del Ébola en el laboratorio de armas biológicas en el hospital de Kenema, Sierra Leona.

Este laboratorio estaba asociado con la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans y colaboraba también con el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de EEUU (US Army Medical Research Institute of Infectious Disease).

Recordemos también que en dicho laboratorio trabajaba el doctor Shiekh Humar Khan, el máximo experto en Ébola de Sierra Leona y considerado un héroe nacional por su lucha contra la enfermedad y que murió el pasado 29 de julio tras ser infectado por el virus.


 




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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: luchy2014 Enviado: 15/10/2014 15:53
Yo estoy de acuerdo con quienes manifiestan que necesitan transportar el virus a varias sitios para poder vender (léase negociar) la vacuna que acabará con el virus.
Es un negociazo completo y redondo...como lo expresa Lucho.

Luci@



 
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