donde está esperando, sombra leve,
como un olor de lluvia que no llueve,
como una niña ciega ante el espejo.
Pero eres tú, tan mía y tan ajena,
de un modo tan confuso y tan sencillo,
como el brillo redondo de un anillo
que no se sabe quién perdió en la arena.
Y yo soy la ternura de aquel hombre
que tú quisiste, ya no importa cuando,
y el tiempo se detiene, y sigo andando,
pero no logro recordar tu nombre...