La epidemia que afecta a las
abejas lleva mucho tiempo preocupando a científicos e investigadores. Sin causa
aparente ni consenso sobre el fenómeno, se baraja que podría deberse al cambio
climático, a la pérdida de su hábitat o al uso excesivo de pesticidas. Sea cual
sea el origen, su descenso es alarmante: en algunos países ha caído hasta el
53%, según Greenpeace.
Según la Organización de Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación (FAO) está constatado que
de las 100 especies de vegetales que suministran el 90% de la alimentación de
146 países, 71 de ellas son polinizadas por estos insectos.
Las abejas y otros insectos
polinizadores juegan un papel esencial en los ecosistemas. Un tercio de todos
nuestros alimentos depende de su polinización: hortalizas como calabacín,
frutas como el albaricoque, los frutos secos como las almendras, especias como
el cilantro, los aceites comestibles como el aceite de canola, y muchos más. Un
mundo sin polinizadores sería devastador para la producción de alimentos.
UN JARDÍN POLINIZADOR
Según Tom Kucharz,
responsable de agricultura ecológica en Ecologistas
en Acción Madrid, es posible construir un jardín polinizador y
ayudar con ello a recuperar el equilibrio de los ecosistemas.
Por ejemplo, según los expertos,
las abejas se sienten atraídas especialmente por los colores blanco brillante,
amarillo y azul. “La situación que viven las abejas es extrapolable a muchos
otros insectos, que también son necesarios y que muchos, al considerarlos
molestos, los están aniquilando. Crear un jardín, efectivamente, puede ayudar a
que vuelvan”, explica el ecólogo.
¿QUÉ NECESITA PARA CREAR SU
PROPIO JARDÍN?
Acomodar un macetero con buena
tierra
Así de sencillo. “Es importante
que cuando alguien se decida a montar un huerto ecológico tenga en cuenta la
calidad del mantillo”, comienza Kucharz. ¿Lo mejor? Un ‘compost’ ecológico,
libre de químicos en su composición.