EL CAFÉ MÁS CARO DEL MUNDO ESTÁ HECHO CON HECES
Al parecer el fino paladar de las personas que toman estas bebidas gourmet, siempre responde a sabores relacionados con los desperdicios producidos por los cuerpos de ciertos animales y lo decimos porque el té más caro del mundo también es hecho con excremento de un animal particular: el panda.
Resulta que el origen de la producción del “kopi luwak” (café de civeta, en indonesio) es todavía un misterio pero el proceso, llevado a cabo, principalmente, en las islas de Sumatra, Java y Bali, se basa en alimentar a estos mamíferos con los frutos de las plantas del cafeto y recogerlos después de entre las heces del animal.
El resto de la faena, incluida la limpieza concienzuda del grano de café del tipo arábiga o robusta y a continuación tostarlo y molerlo, la realizan los operarios de las empresas productoras.
La civeta no llega a digerir del todo el grano de café maduro, mientras que las enzimas de su estómago lo modifican y le aportan las características que lo hacen único.
El metabolismo del mamífero es capaz de aprovechar la pulpa de la baya pero la semilla no la digiere y la devuelve, más rica, a la tierra.
La civeta tiene esa capacidad especial, por eso este proceso no puede realizarse con otros animales.
No obstante, el ritmo de producción es lento, cada civeta es capaz de digerir al día una media de 25 granos y esa es la razón principal de que el “kopi luwak” cueste 493 dólares por kilogramo en Indonesia y el precio aumente fuera del país.
En el pasado, los productores de “kopi luwak” recogían las heces de las civetas en el bosque, sin embargo, desde hace unos cuantos años la mayoría cuentan con granjas donde tienen a estos animales enjaulados, un paso que ha propiciado el auge de este café.
El café, de fuerte aroma e intenso sabor con notas de caramelo y vainilla, se ha hecho un hueco entre los paladares más exquisitos de países europeos, Japón o Estados Unidos, no obstante, en Indonesia no tiene mucho éxito entre la mayoría de los consumidores.
Aunque el principal mercado continúa siendo el local, casi todas las pequeñas empresas que se dedican a producir este café procuran incrementar su exportación puesto que en el país asiático una taza de esta “delicatessen” se puede degustar por unos seis dólares, mientras que en las capitales de medio mundo su precio oscila entre los 74 y 123 dólares.