Dejé de hacer promesas,
que solo el tiempo sabe si cumpliría.
Dejé de decir tener nuevos propósitos,
para que nunca se convirtieran en mentiras.
Dejé de pedir siempre algo a cambio,
para que quien me sorprenda sea la vida.
Lo dejé todo en manos del universo,
y así es como me vacié de expectativas.
Que el Ni~o Jesus desde su cuna los colme de bendiciones
Muy Feliz Nochebuena y una Navidad plena de amor y paz