Por Néstor Parrondo
Desde hace años proliferan estudios científicos que advierten de los males que provoca ese indeseable hábito que es usar el móvil o la tableta en la cama. La luz que emiten estos aparatos (denominada ‘luz azul’) hace que nuestro cerebro se active, aunque nosotros no lo notemos, y hace que el sueño no sea tan reparador como debiera.
Ahora, una nueva investigación va un paso más allá y asegura que el cansancio y la fatiga producida por una mala noche causada por el uso de gadgets en la cama podría llegar ser incluso mortal. Esa es la conclusión de un trabajo realizado por investigadores del hospitalBrigham y Women’s de Boston (Estados Unidos).
En el estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences el pasado lunes, se afirma que esta luctuosa realidad afecta a cualquiera que use un libro electrónico, un ordenador portátil, un smartphone, o incluso algunos modelos de televisión.
Cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasciulares...
La doctora Anne-Marie Chang, una de las autoras del estudio, asegura que ya es una evidencia absoluta que el uso de estos dispositivos provoca insomnio y a la vez hace que nuestros niveles de atención decaigan por la fatiga. Esto es debido a que la luz que emiten influye sobre los niveles de melatonina, la hormona del sueño.
En el trabajo, sus autores traen a colación otros estudios que relacionan la falta de sueño con gran cantidad de problemas de salud, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer de mama o de próstata (estos dos últimos relacionados con la falta de melatonina), de ahí su advertencia: si no dejamos de utilizar esos aparatos a esas horas estaremos haciendo un tremendo daño a nuestro cuerpo.
Mejor leer un libro
Como alternativa, el equipo de Chang recomienda el libro de toda la vida. Por eso, en la investigación se utilizó para analizar mejor el daño de los gadgets: en el estudio participaron 12 personas que leyeron en un iPad durante cuatro horas y cinco días consecutivos. Cuando finalizó ese periodo, hicieron lo mismo, pero utilizando un libro.
Los que usaron el iPad tardaron bastante más en quedarse dormidos y tuvieron una fase REM bastante más corta que los que leyeron en negro sobre blanco. Además, al día siguiente se notaban bastante cansados, y eso que habían dormido 8 horas. Además, como los que usaron tabletas estaban en un estado de mayor alerta, se quedaron despiertos mucho más tiempo, lo que condicionó aún más su descanso.
La recomendación que hace Anne-Marie Chang es que nadie utilice ningún aparato con pantalla en las dos horas antriores a meterse en la cama. Y si tiene que hacerlo obligatoriamente, por trabajo, que utilice algún tipo de filtro que elimine la luz que causa esta indeseable activación.
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