Nuestra roca, nuestro refugio
Léase el Salmo 62
Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
-Salmo 73.26 (RVR)
Recientemente experimenté un día en el cual todo lo que intentaba hacer parecía salir mal. Era mucha mi frustración y muy poca mi confianza en mí mismo, hasta que recordé en oración que Dios conoce mis luchas y es mi refugio.
Al principio del Salmo 62, el salmista, aparentemente sintiéndose débil y sin confianza propia, describe las dificultades que enfrenta y clama a Dios por fortaleza. A medida que hace una lista de los atributos de Dios, expresa paz en el conocimiento de que Dios es su refugio.
Nos podemos identificar con el salmista cuando vacilamos entre nuestros intentos de autosuficiencia y nuestra dependencia de Dios en medio de dificultades. ¡Cuantas veces he fallado, tratando de hacer todo por mí mismo y olvidándome de incluir al Señor, hasta que las circunstancias están fuera de mi control! El salmo dice: «Pueblos, ¡esperad en él en todo tiempo! ¡Derramad delante de él vuestro corazón! ¡Dios es nuestro refugio!»(Salmo 62.8). Al clamar a Dios en toda circunstancia, recordamos su poder, y sentimos paz al reconocer su cuidado y amor por cada uno de nosotros.