| | Diego Lagomarsino se comunicó con Página/12 a través de una jueza para dar a conocer su versión. Asegura que Nisman lo llamó el sábado y le dijo que necesitaba el arma “por seguridad, que Stiuso le había dicho que se cuide”. Es la primera mención directa a la presencia del ex jefe de Inteligencia en las horas previas a la muerte del fiscal
EL PAIS › DIEGO LAGOMARSINO, EL HOMBRE QUE LE PRESTO SU ARMA A NISMAN, EXPLICA LOS MOTIVOS QUE LE DIO EL FISCAL PARA PEDIRSELA
“Me contó que Stiuso le dijo que se cuidara”
A través de una jueza, hizo llegar su versión a Página/12. Asegura que Nisman le dijo que “el día anterior lo había llamado Stiuso”, cuyo nombre aparece así por primera vez señalado por un protagonista directo.
Por Raúl Kollmann
El último hombre que vio con vida a Alberto Nisman, Diego Lagomarsino, se conectó a través de otra persona –una magistrada– con Página/12. “No soy un agente de Inteligencia, no tengo nada que ver ni jamás conocí a Jaime Stiuso”, mandó a decir. El técnico informático relató que el sábado lo llamó Nisman y le pidió la pistola prestada: “Me dijo que era por seguridad. Que el día anterior lo había llamado Stiuso y le dijo que se cuidara de la custodia y que, además, tuviera precaución con la seguridad de sus hijas”. Lagomarsino llegó a la torre Le Parc de Puerto Madero, lugar al que iba habitualmente; la guardia consultó al fiscal, éste lo hizo pasar y no hubo revisación de ningún tipo. Hoy en día, recapitulando lo sucedido, asegura que siente culpa porque en ese momento no se le ocurrió pensar que no debió prestarle una pistola a alguien en esa situación de presión.
La versión de Lagomarsino fue transmitida a este diario a través de una jueza amiga desde hace años de la familia del técnico informático. “Es un pibe joven, casado y con hijas chicas. Tiene mucho trabajo: le decimos ‘Cerebrito’, porque arregla todos los problemas en las computadoras. Yo le creo”, sostiene la jueza. Como es obvio, este diario no tiene elementos para creer o descreer de la versión del técnico informático.
Si fuese cierta la versión que transmite Lagomarsino a Página/12, por primera vez aparece nombrado directamente Antonio Stiuso en relación con los hechos de la última semana. El ex director de Contrainteligencia de la Secretaría de Inteligencia, despedido en diciembre pasado cuando la Presidenta decidió cambiar la cúpula del organismo, mantuvo en los últimos años una estrecha relación con el fiscal Nisman, que el juez Rodolfo Canicoba Corral definió la semana pasada como de subordinación del funcionario judicial al de los servicios de inteligencia. Desde la presentación de la insólita denuncia del fiscal, en la Justicia todos vieron la mano del espía en la iniciativa, como una forma de venganza por su despido, y señalaron a Stiuso como posible responsable del abrupto regreso de Nisman de sus vacaciones para presentar al día siguiente su escrito. Pero la versión de Lagomarsino lo coloca en estrecha relación con el fiscal hasta el último momento.
Página/12 se asentó en hechos objetivos que convierten a Lagomarsino en un personaje extraño pero protagonista esencial en la historia de la muerte del fiscal:
- Es el último que lo vio con vida.
- Le facilitó la pistola de la que salió el disparo que le produjo la muerte. En eso no hay dudas: el plomo encontrado en el cráneo del fiscal se corresponde con la vaina encontrada en el baño y esa vaina salió de la pistola Bersa, calibre 22.
- Tenía un contrato altísimo en la fiscalía, de 40 mil pesos por mes. Los fiscales consultados por este diario se sorprendieron con semejante cifra: “Por esa plata, ese contrato no es lo que parece ser”, afirmaron.
- Iba pocas veces a la fiscalía.
- En la mayor parte de las ocasiones, se veía con el fiscal en su vivienda, últimamente en el edificio Le Parc.
La versión de Lagomarsino, según lo manifestó la jueza que habló con este periodista, es que en la Unidad Especial AMIA había otros contratos altos, del mismo valor. Lagomarsino asegura que se dedicaba a copiar y desbloquear archivos y que realizaba backups de archivos que le pedía Nisman.
–¿No es una cifra desmesurada para ese trabajo?
–Diego dice que a veces el fiscal lo citaba a la una de la mañana de un sábado. Que debía estar listo todo el tiempo. Es cierto que iba poco a la fiscalía. El afirma que la mayor parte del trabajo lo hacía de forma remota: le mandaban los archivos y él los desbloqueaba o copiaba o hacía los backups. Diego dice que nunca conoció el contenido de esos archivos.
–¿Y cómo consiguió ese trabajo tan bien remunerado?
–Un juez de San Isidro tenía problemas en la computadora de su casa y recurrió a Diego. Como siempre suele suceder, Diego arregló los problemas. Le aseguro que es un tipo genial. Nisman también tuvo problemas en la computadora y este juez se lo recomendó. Así empezó la relación. Después Nisman le preguntó si no quería un contrato en la fiscalía. El no era monotributista sino responsable inscripto. Diego dice que en la Unidad AMIA había otros contratos de ese nivel.
Consultados por Página/12, en la procuración insisten con que semejante contrato es de lejos el más alto en la Unidad AMIA, que manejaba el fiscal Nisman, y en todas las fiscalías en general. Destacan que, en el momento de su inicio, Lagomarsino sólo tenía el secundario completo.
–¿Cómo fué que le prestó el arma?
–Diego cuenta que Nisman lo llamó por teléfono y, como declaró ante la fiscal, le pidió prestada el arma. Le dijo en esa conversación que Stiuso lo había llamado el viernes y le había dicho que debía tener cuidado. Que desconfiara de su custodia y que les pusiera seguridad a sus hijas. Eso es lo que le contó Nisman a Diego para justificar que le pedía el arma. Hoy en día, Diego llora todo el día. Está destruido y se siente culpable.
–¿Por qué?
–Básicamente porque no pensó en ese momento. Se pregunta cómo no se dio cuenta de que Nisman debía tener facilidad para conseguir un arma y no evaluó por qué se la pedía a él. También piensa ahora que era raro que le pidiera algo por seguridad cuando tenía semejante custodia. Pero, claro, Stiuso supuestamente le había recomendado que desconfiara de los custodios. Aun así, se pasa el día llorando. Hoy en día, cree que Nisman tenía tomada la decisión (de suicidarse) el sábado a la noche cuando Diego le llevó la pistola.
–¿Tiene miedo?
–Diría, más que todo, angustia. Se pasa el día llorando. Cuando se enteró a la mañana temprano del lunes, pidió consejo a otro juez, porque no me encontró a mí. Ese juez le aconsejó presentarse de inmediato. Fue solo a declarar el lunes a las 9 de la mañana. Estaban la fiscal Fein y el juez Manuel de Campos. Diego lloró durante toda la declaración.
–¿Usted sabe cuál era la relación de Lagomarsino con el fiscal?
–No en detalle. Diego siempre dijo que tenía una relación de confianza, pero que siempre el fiscal le hacía sentir que él era el jefe. Quizás dé una pauta que, en los últimos meses, Nisman contó que había dejado terapia y que había optado por respaldarse en El Arte de Vivir (nombre del grupo de autoconocimiento, yoga y meditación fundado por el gurú Sri Sri Ravi Shankar, nacido en India).
–¿Cómo fue el último encuentro, cuando le entregó el arma?
–Diego contó que no fue muy largo. Como era habitual, lo hizo entrar por la puerta de servicio. Nisman estaba solo en el departamento y lo invitó a tomar un café. Le llamó la atención que se lo tuvo que preparar él mismo. Estuvieron sentados en la mesa y Diego dice que lo vio tranquilo. Al ratito se fue, pero esta vez por la puerta principal, algo que no era usual. También recuerda que la despedida fue sin darse la mano porque justo se abrió el ascensor, donde había unas mujeres, y no le dio tiempo.
–¿Relató algún encuentro anterior?
–Creo que dijo que el anterior fue justo el día en que el fiscal iba a hacer la denuncia, el 13. Y ese día le llamó la atención una frase de Nisman: “Yo esto lo tengo que hacer, no tengo alternativa”.
Los investigadores consideran que Lagomarsino no tuvo relación directa con la muerte de Nisman en el sentido de que no estaba en el edificio cuando la autopsia fija el horario de la muerte, entre las 14 y las 15 del domingo. El técnico informático fue a entregarle el arma a las 20 del sábado y se retiró del edificio un rato más tarde. Su ingreso y egreso quedaron registrados en la guardia. Su participación, por lo menos en lo que hasta ahora hay en la causa, consistió en prestarle la pistola. Esa es la razón por la que la fiscal Fein no lo acusa de ningún delito.
Tras su declaración del lunes, Lagomarsino le prometió a la fiscal que no hablaría con los medios, razón por la cual no fue posible dialogar con él en forma directa. Sin embargo, recurrió a una magistrada conocida de su familia, para salir al cruce de la versión del martes que le adjudicaba un posible vínculo con algún servicio de inteligencia. En la procuración ayer le entregaron a la fiscal los detalles de los contratos sucesivos que firmó, pero más allá de eso, no tienen datos, porque Lagomarsino dependía directamente de Nisman.
Quién es el colaborador que le prestó el arma a Nisman
La muerte del fiscal Nisman
Diego Lagomarsino es un especialista en informática que trabaja para su fiscalía. Declaró que el fiscal le pidió la Bersa calibre 22 para defenderse por si le pasaba algo.
Una de las tantas dudas que rodean a la muerte de Alberto Nismantiene que ver conla Bersa calibre 22 que fue encontrada junto a su cuerpo, y que no pertenecía al fiscal. Según confirmó la fiscal Viviana Fein, se la entregó Diego Lagomarsino, un empleado de la fiscalía, a quien Nisman llamó el sábado para que le prestara su arma. Lagomarsino se presentó a declarar espontáneamente ante Fein y la jueza, y contó que Nisman se la pidió para defenderse por si le pasaba algo, aunque tenía dos armas registradas a su nombre.
Después de declarar, Lagomarsino dejó su domicilio y está con custodia. Según publicó el sitio La Política Online, tiene 15 custodios de la Policía Federal y la Justicia analiza sus vínculos con Nisman y con agentes de la SIDE.
Lagomarsino tiene 35 años y es especialista en informática. El diario Página 12 asegura que figura como contratado por la fiscalía de Nisman en 2007. Desde entonces su relación es como monotributista, facturando $ 40.000 por mes por su contrato de servicios, una cifra inusualmente alta e incluso mayor a lo que gana un secretario letrado.
Lagomarsino fue la última persona que lo vio con vida, el sábado a las 20 en Le Parc. "El empleado que le lleva el arma es de la parte técnica informática de la UFI y trabajaba sólo a requerimiento de Nisman. Era una persona muy allegada a Nisman que trabajó con él desde 2007. Llevó el arma el día sábado", comunicaron desde la Procuración General, cita La Política Online.
Enla carta que publicó en Facebook, Cristina Kirchner también se refirió sin nombrarlo a Lagomarsino. "Interrogantes que el Poder Judicial DEBE investigar, como también el hecho que sea un empleado de la fiscalía el que le suministra el día sábado el arma calibre 22 que le provoca la muerte. ¿Para defensa? ¿Un arma calibre 22? Cuando el fiscal vivía en la Torre Le Parc de Puerto Madero, con sistemas de vigilancia inteligentes, con códigos de ingreso, monitoreo de cámaras y custodia constante de Prefectura, y contaba además con custodia propia de 10 agentes de la Policía Federal", escribió la presidenta.
Ayer el juez Ariel Lijo hizo difundir el texto completo que el fiscal, después de que la ex SIDE levantara el secreto. Mirala aquí.
Las siete inconsistencias de la denuncia de Nisman
Con la denuncia completa del fiscal Alberto Nisman publicada, surgen las debilidades del informe que involucró a la Presidenta en un supuesto caso de encubrimiento del atentado a la AMIA.
Ayer, finalmente se pudo conocer la totalidad del contenido de la denuncia que el fiscal Alberto Nisman había presentado contra la Presidenta, el canciller y otros dirigentes a los que había acusado de encubrir el atentado a la Amia en virtud de la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán. Sin embargo, de la lectura de la totalidad del documento se desprenden inconsistencias graves.
PRIMERA INCONSISTENCIA: IMPUNIDAD POR PETRÓLEO En primer lugar, el corazón de la denuncia apuntaba a que el Memorándum de Entendimiento se había hecho con la intencionalidad oculta de intercambiar impunidad para los funcionarios iraníes que habían sido acusados por el atentado, por un aumento del intercambio comercial con el país asiático. Dicho más llanamente, la acusación era que se había cambiado impunidad por petróleo.
Ahora bien, si eso hubiera sido así, debería notarse un incremento del intercambio comercial entre ambos países una vez firmado el Memorándum, pero el problema de esta hipótesis es que esto no fue así. El año de mayor intercambio comercial de Argentina con Irán fue 2008. Recordemos que dos años antes, el 25 de octubre de 2006, la Justicia argentina había acusado formalmente al gobierno iraní de planificar el atentado y a Hezbollah de ejecutarlo. Es decir, el mayor intercambio se dio en los años de mayor frialdad en la relación bilateral. De ahí en adelante, el comercio con Irán no fue significativo y no se observa cambio alguno tras la firma del entendimiento. Por otra parte, la poco significativa exportación de granos a Irán en estos años estuvo a cargo -como no puede ser de otra manera ya que el Estado argentino no puede exportar granos- en manos de empresas privadas como Bunge, Nidera, Cargill, Aceitera General Deheza, Molinos Río de la Plata y Copra SA, entre otras. En ese sentido, no se comprende por qué la imputación no cayó también sobre estas empresas, las cuales deberían haber formado necesariamente parte del supuesto plan que incluía el intercambio de impunidad por aumento en la actividad comercial.
Además, la supuesta necesidad de petróleo tampoco aparece como algo que imponga el acuerdo. En los últimos años se multiplicaron las opciones de compra de petróleo no sólo de productores tradicionales como los países árabes o Venezuela, sino también de proveedores como Nigeria o Trinidad y Tobago. En resumen, la vía comercial como justificación del acuerdo es insostenible y no hay un solo dato que la avale.
A esta situación habría que agregar una dimensión más, determinante. Tanto Argentina como Irán tienen la misma estructura de producción petrolífera: producen crudo y tiene relativamente poca capacidad para refinarlo. De modo que los dos son exportadores de crudo y compradores de productos refinados como, por ejemplo, combustibles. Esta situación similar entre los dos países vuelve imposible la idea de un intento de negocio energético con Irán en la medida en que Irán vende lo mismo que Argentina exporta. Es decir, lo que Argentina necesita importar en el mercado mundial Irán no lo produce.
SEGUNDA INCONSISTENCIA: SACAR LOS ALERTAS ROJOS Una segunda acusación era que en el acuerdo Argentina se había comprometido a trabajar para que Interpol levantara los alertas rojos que impedían que funcionarios iraníes acusados como autores del atentado pudieran salir de Irán. Sin embargo, hay una carta del canciller Timerman, que se hizo pública en estos días, en la que, dos semanas después de firmado el acuerdo, le dice dos veces al secretario general de Interpol que la firma del acuerdo no cambiaba las alertas rojas sobre los funcionarios iraníes y que el juez de la causa, Canicoba Corral, era el único que estaba habilitado a formular algún cambio al respecto. Esta carta fue contestada, dos meses después por Interpol, confirmando que las alertas no se iban a modificar.
Pero por si faltaran elementos para derribar esta afirmación hecha por Nisman, cuando se conoció la denuncia, el ex secretario de Interpol entre 2000 y 2014, Ronald Noble, envió un mail al canciller argentino en que le manifestaba su respaldo absoluto y decía taxativamente que lo que Nisman había dicho era falso y que la posición de gobierno argentino había sido que los alertas rojos no se tocaban bajo ninguna circunstancia.
TERCERA INCONSISTENCIA: LA PISTA LOCAL Otra de las acusaciones era que en 2012, un ex juez, al que Nisman sindicó como miembro del Servicio de Inteligencia, se había reunido con un miembro de la dirigencia comunitaria iraní en Argentina para acordar la confección de una pista falsa sobre grupos de ultraderecha locales como autores del atentado y así desviar la investigación sobre Irán. Sobre este punto las inconsistencias son varias. La primera y más inmediata es que esta denuncia para supuestamente desviar la investigación nunca se hizo en ningún juzgado, de modo que no hay delito de encubrimiento ni siquiera en grado de tentativa. Incluso, en el caso de que se pudiera probar que tal reunión existió y que allí se acordó lo de la pista local, se estaría solamente ante la preparación de un delito que no es una conducta punible, toda vez que solo quedó en eso.
El otro problema que tiene esta acusación es que, recordemos, es contra nada menos que la Presidenta de la Nación, de modo se vuelve muy difícil de explicar cómo se conectan la preparación de un delito de encubrimiento en una supuesta reunión entre un ex juez y un dirigente comunitario, con la Presidenta y sus funcionarios de más alto rango.
Además, si el fiscal sabía de esta reunión desde 2012, la pregunta es por qué no lo había denunciado en ese momento o, al menos, por qué no había informado al juez de la causa de la aparición de esa otra pista.
Y hay más. Desde 2004, cuando fue nombrado por el entonces procurador Esteban Righi al frente de la Unidad Amia, Nisman era el máximo responsable de la investigación. En ese contexto, resulta inverosímil plantear que la Presidenta y su canciller hubieran tramado la confección de una pista falsa en la medida en que ineludiblemente eso debía pasar por las manos del fiscal.
La Unidad Especial Amia, es la unidad fiscal con mayor cantidad de recursos materiales y humanos de todo el ministerio público fiscal y en el año 2014 contó con un presupuesto de 24 millones de pesos, lo que significó un aumento sustancial respecto del ya importante presupuesto que se le había otorgado en todos los años anteriores. En este contexto, resulta inverosímil que el mismo gobierno que fortalece de esta manera la unidad de investigación de la causa Amia, al mismo tiempo conspire contra esa investigación.
CUARTA INCONSISTENCIA: EL PACTO DE TIMERMAN CON EL CANCILLER IRANÍ En su escrito acusatorio, el fiscal dijo que en una reunión en la ciudad de Alepo, Siria, el canciller argentino y el de Irán había sellado el acuerdo. La prueba de esto eran los dichos de un periodista argentino, recientemente fallecido, que le había dicho al fiscal que había visto un documento donde el canciller iraní le confirmaba a su presidente tal pacto. Sin embargo, no existe documento alguno que avale ni siquiera parcialmente tal afirmación.
QUINTA INCONSISTENCIA: LA ESCUCHAS SOBRE EL DIRIGENTE IRANÍ En su denuncia, Nisman había transcripto una escucha de un agente de inteligencia que hablaba con el dirigente argentino-iraní, Alejandro Khalil, en la que le aseguraba que le habían dicho que en la Secretaría de Inteligencia iban a levantar los alertas rojos sobre los iraníes acusados. En su escrito, el fiscal dice que este agente es en realidad alguien que trabajaba para Irán. Si esto es así, es grave que el fiscal no hubiera informado esto al juez Canicoba Corral. Incluso resulta complejo entender por qué Nisman no informó al entonces Jefe de Operaciones de la SI, Jaime Stiusso -con quién según el propio Nisman llegó a reunirse hasta dos veces por semana- sobre la acción de este agente presuntamente vinculado a los principales acusados en la causa.
Aunque el fiscal aseguraba que solo había accedido a escuchas hechas sobre Khalil, y no tenía escuchas ni de la presidenta, ni del diputado Larroque, nada de esto pareció suficiente a la hora de conectar a este agente que hablaba con el sospechoso como alguien que trabajaba bajo las órdenes de Cristina Fernández de Kirchner. Según había afirmado Nisman, en las escuchas a las que accedió aparecían los dirigentes Luis D´Elía y Fernando Esteche. Ni Khalil, ni Esteche, ni D´Elía son funcionarios del gobierno nacional, de modo que también ahí había un problema grave para justificar la imputación que hacía a la Presidenta.
SEXTA INCONSISTENCIA: LOS AGENTES DE SI A pedido del juez Lijo, la Secretaría de Inteligencia por intermedio de su Secretario, Oscar Parrilli, informó que Ramón Allan Héctor Bogado (mencionado como quien estaba en contacto con Khalil) y el ex juez Héctor Yrimia (mencionado como quien participó en el supuesto armado de una pista local), sindicados ambos por Nisman como miembros de SI "no pertenecen ni han pertenecido como personal de la planta permanente, contratado, de gabinete ni personal transitorio".
SÉPTIMA INCONSISTENCIA: LAS ESCUCHAS "¿Qué garantías tenemos con éstas cintas que produce la Secretaría sabiendo cómo es la actividad de la Secretaría?", se preguntó el juez Canicoba Corral en una entrevista que brindó a apropósito de la repercusión de la denuncia, de modo que sin garantía de autenticidad, el carácter probatorio de este material está puesto severamente en entredicho por el propio juez de la causa.
Por todo lo que se sabe de los hechos .... y si se corrobora que fue un asesinato ...que es lo más posible .... casi con seguridad que se empleó un silenciador para la pistola ya que nadie dice haber oído el disparo ....Además ... se dice que el disparo se hizo desde una distancia cercana a los quince centímetros ( no sé cuanto mida un silenciador ) pero por lo regular quien se dispara lo hace pegando la trompetilla a su piel .-
Muy mal llevada la investigación por Juez y Fiscal .... cuando no se le ha dado la importancia que tiene al primer sospechoso del presunto asesinato de Nisman ...Y es tan grave su situación al no mantenerlo por lo menos protegido y vigilado para que de pronto no termine también eliminado o si tiene que ver con la muerte de Nisman para que no vaya a evadir la acción de la justicia o borre o elimine pruebas ( Sobretodo en computadores y teléfonos ) .... que veo en todo ello o impericia de los funcionarios o negligencia en el tratamiento que se debe dar a las más importantes pruebas que se deben practicar de inmediato .... .- Recordemos que Lagomarsino había dichó que Nisman le había pedido el arma por teléfono y que él se la había llevado el Sábado en la mañana ....pues ya se está hablando de que ese personaje no estuvo con Nisman no solo por la mañana sino también por la tarde ....ese día ....tampoco se ha pensado en que pudo haber ocurrido que la herida siendo mortal en Nisman pudo haber ocasionado muerte cerebral pero sin paro del corazón ...lo que pudo ocurrir horas más tarde y por ello ...los hechos pudieron haber ocurrido cuando estaba Lagomarsino con Nisman .-
Comunicado de la fiscal Viviana Fein
La fiscal a cargo de la investigación por la muerte de Alberto Nisman detalla los avances de la causa.
A través del Ministerio Público Fiscal, la fiscal a cargo de la investigación por la muerte de Alberto Nisman, Viviana Fein, detalló los avances de la investigación, a la vez que detalló la situación de Diego Lagomarsino, pieza clave del caso.
Testimonios:
La titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal N°45, Viviana Fein, informa que en el día de ayer atestiguaron en la sede de la dependencia del Ministerio Público los secretarios de la UFI-AMIA; la madre de Alberto Nisman, Sara Garfunkel; la tía del fiscal, Lidia Garfunkel, y el doctor Héctor Di Salvo, perito del Cuerpo Médico Forense que participó en la autopsia.
En tanto, la jueza y ex esposa de Alberto Nisman, Sandra Arroyo Salgado, continúa prestando declaración testimonial ante la representante del MPF.
Medidas de prueba:
La fiscal dispuso una serie de medidas que se concretarán antes de finalizar la jornada a fin de recolectar nuevas pruebas. Para garantizar el éxito del procedimiento, se mantendrán en reserva los detalles hasta que lo ordene la magistrada.
Además, Fein está a la espera de la finalización de un peritaje balístico donde se dispuso la toma de muestras a los efectos del cotejo de ADN, así como también si el proyectil extraído del cuerpo se corresponde con el arma calibre .22 hallada en el lugar.
En relación con lo publicado en distintos medios de comunicación que indicaban que Diego Lagomarsino se encontraba en un hotel protegido por fuerzas de seguridad, la fiscal aclara: Ni ella ni la jueza dispusieron protección a Diego Lagomarsino.
La ministra de Seguridad de la Nación notificó que ninguna de las fuerzas federales tiene a su cargo medidas de protección de alguna índole.
El jefe de la Policía Metropolitana confirmó que esa fuerza tampoco ordenó custodiar a Lagomarsino.
A los efectos de tenerlo a derecho, cualquiera sea su situación procesal, la fiscal solicitó y la jueza dispuso la restricción de salida del país de Lagomarsino, luego de reiterados intentos por ubicarlo.
Según la fiscal Viviana Fein, luego de reiterados intentos por ubicarlo, la justicia prohibió salir del país a Diego Lagomarsino, el colaborador que le entregó al fiscal el arma hallada junto al cadáver y que fue, al parecer, la última persona que lo vio con vida. (Amplíe: Los cinco misterios que rondan la muerte de Nisman)
El episodio se suma a la lista de cabos sueltos que arrastra la investigación, desde declaraciones contradictorias hasta pistas aún no verificadas.
Este viernes, el Gobierno quiso defender la hipótesis lanzada el jueves por la presidenta Fernández: “Hay alrededor alguien con intereses de otras características”, dijo por la mañana el secretario de presidencia, Aníbal Fernández. (Lea: El tumultuoso fin de la era kirchnerista tras muerte de Nisman)
El Gobierno insistió también en desacreditar la denuncia por encubrimiento que presentó Nisman y que, según el secretario, no elaboró el fiscal porque un hombre “formado” y con experiencia en el derecho no pudo haber escrito “esa burrada (disparate)”, que según él es “endeble” y se apoya en informaciones difíciles de demostrar.
Por su parte, el jefe de Gabinete del Gobierno, Jorge Capitanich, pidió que la justicia determine “la responsabilidad y culpabilidad de quienes fueron los autores del hecho, durante su rueda de prensa diaria. (Lea también: 'Puedo salir muerto de esto': fiscal que denunció a Cristina Fernández).
Pese a las críticas, Capitanich aseguró que desde el Ejecutivo “ha primado la prudencia” a la hora de evaluar las extrañas circunstancias del caso.
Horas después, la exmujer de Nisman, la jueza Susana Arroyo Salgado, prestó de nuevo declaración y pidió ser aceptada como querellante particular en nombre de sus hijas. Su testimonio es clave para aclarar por qué el fiscal interrumpió sus vacaciones y regresó a Buenos Aires.
En Argentina se hacen cada vez más preguntas sobre la muerte que sacudió al país: la del fiscal especial de la causa AMIA, Alberto Nisman, que investigaba el peor atentado en la historia argentina ocurrido hace ya más de 20 años.
Pero por ahora, las respuestas escasean, dando lugar a todo tipo de especulaciones y rumores.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner catalogó la muerte de Alberto Nisman como "el suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio".
"Hoy no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas", continuó Fernández en su más reciente comunicado, este jueves.
BBC Mundo le presenta algunas de las principales interrogantes y lo que la investigación y las autoridades han dicho hasta el momento sobre ellos.
¿Por qué Nisman había pedido un arma?
El fiscal tenía asignados 10 guardaespaldas que lo protegerían en caso de amenaza. Además, vivía en un edificio con cámaras de seguridad y custodia. ¿Por qué pidió entonces un arma, cuando además ya tenía dos registradas a su nombre?
Según el diario Página 12, el responsable de informática del equipo a cargo de la investigación de la causa AMIA que Nisman lideraba, Diego Lagomarsino, aseguró que el fiscal le había solicitado personalmente la pistola Bersa calibre 22.
"Me dijo que era por seguridad", explicó a través de un contacto del diario argentino, ya que Lagomarsino no ha hecho declaraciones directas a la prensa desde que se presentó a declarar ante la fiscal que investiga la muerte de Nisman, el lunes.
"Que el día anterior lo había llamado Stiuso (ex director de Operaciones de los Servicios de Inteligencia) y le dijo que se cuidara de la custodia y que, además, tuviera precaución con la seguridad de sus hijas".
Diego Lagomarsino está considerado como la última persona que vio con vida al fiscal y permanece en un hotel protegido por la Policía Federal.
Medios de prensa informaron además que la custodia del fiscal era "ambulatoria" y aguardaban en el exterior del apartamento, o incluso, del edificio.
¿Entró alguien al apartamento antes de la muerte de Nisman?
Una de las principales claves para saber si alguien pudo haber instigado la muerte es descubrir si una o más personas entraron al apartamento del fiscal - y cómo lo hicieron.
Según la declaración del cerrajero que abrió la puerta para que entraran la madre de Nisman y los guardaespaldas, la puerta de servicio tenía puesta la llave por dentro.
Y estaba cerrada pero no bloqueada con vuelta de llave, por lo que el cerrajero pudo abrirla de par en par en apenas "dos o tres minutos".
"No es un dato menor, porque eso significa que alguien pudo haber salido por esa puerta", dijo el secretario de Seguridad, Sergio Berni.
Este miércoles se conoció la existencia de un ducto de aire acondicionado que comunicaba el apartamento de Nisman con el de un vecino extranjero, cuya identidad no se ha revelado.
En el pasadizo se encontró una huella digital y una pisada que se están analizando.
¿Por qué el secretario de Seguridad llegó antes que el juez y la fiscal al apartamento?
El secretario de Seguridad del gobierno argentino, Sergio Berni, llegó al departamento de Nisman antes que el juez y la fiscal a cargo de la investigación.
Berni es famoso por sus espectaculares llegadas a operativos de seguridad -en alguna ocasión descendió en helicóptero- y es uno de los funcionarios más mediáticos del gobierno. Ahora se enfrenta a numerosos cuestionamientos.
La ONG Paso a Paso Argentina lo denunció por "encubrimiento" e "incumplimiento de los deberes de funcionario público", argumentando que violó los protocolos que debe seguir un funcionario en casos como éste.
Berni sostiene que fue "extremadamente prudente" y que se aseguró de que nadie accediera a la documentación que Nisman tenía dentro del apartamento.
"La madre y el jefe de custodia fueron los primeros que entraron, a las 22 (horas). Cuando yo llegué había mucha gente ahí adentro", dijo en una entrevista.
"Ni siquiera ingresé al baño donde estaba el doctor Nisman. Apenas me asomé para mirar. Mi función es que se pongan en marcha los protocolos", afirmó Berni.
¿Regresó el fiscal de imprevisto a Argentina?
Se ha especulado mucho con los motivos por los cuales el fiscal regresó a Buenos Aires de sus vacaciones en Europa, cuando estaba previsto que regresara después del 20 de enero.
Y sobre por qué presentó su controvertido informe –donde involucra directamente a la Presidencia del país en una trama criminal- durante las vacaciones judiciales, haciéndolo llegar al magistrado Ariel Lijo en lugar de al juez encargado de la causa AMIA (o en vez de haberlo mandado a sorteo de juzgado, un mecanismo establecido por la Justicia argentina para decidir quién queda a cargo de una causa).
La propia presidenta, Cristina Fernández, cuestionó los tiempos de la vuelta del fiscal al país.
"¿Tal vez lo hicieron venir por lo ocurrido en Francia? ¿O estaba pensada (su acusación y su informe) para la campaña presidencial? ¿O tal vez se adelantó por los cambios efectuados en la Secretaría de Inteligencia?", escribió la mandataria.
Según la diputada de la oposición Laura Alonso, Nisman había acordado el 6 de enero una cita con ella en Buenos Aires para la semana siguiente.
"Yo (tengo) news. Te llamo y te cuento. Martes puede ser", le escribió por Whatsapp a la legisladora. El martes 13 se encontraron en Buenos Aires.
¿Se retrasó la llegada de ambulancias?
A las 22:49, el Servicio de Emergencias de Buenos Aires recibió una llamada desde un número celular con un pedido de auxilio catalogado con "código rojo".
Al llegar al edificio Le Parc, donde residía Nisman, el personal de seguridad aseguró a los trabajadores médicos que no se había pedido su servicio.
La Policía Federal hizo, más tarde, otro llamado de ayuda para la esquina donde se ubica la torre de apartamentos, en el barrio porteño de Puerto Madero.
Pero según el Ministerio de Salud de la ciudad, los servicios de emergencias tampoco llegaron a atender a Nisman en esa ocasión.
"Lo que sabemos es que cuando ingresaron y vieron el cuerpo (la madre de Nisman y los custodios), la madre llamó a Swiss Medical (un reconocido proveedor médico privado de Argentina al que el fiscal estaba suscrito)", explicó Berni.
"Fue una ambulancia y lo que pudimos saber es que desde lejos miraron y estaba muerto".
"La segunda ambulancia era de SAME (servicio de emergencias de la ciudad), llegó una vez que entró la médica legista, que fue la primera que entró a pedido de la fiscal y constató la muerte… La gente del SAME preguntó si se tenía que quedar. Le preguntaron a la fiscal y le dijeron que se vaya", agregó.
Las primeras investigaciones sugieren que Nisman llevaba horas muerto cuando el médico de la clínica privada llegó al apartamento.
¿Por qué no había pólvora en las manos de Nisman?
El examen de rastros de pólvora en las manos del fiscal -una de las pruebas más básicas en casos donde se supone un suicidio- dio negativo.
Aunque eso no descarta del todo la hipótesis del suicidio.
"Eran muy pocas las partículas de residuos que se levantaron en el lugar. Además al ser un calibre 22 y no un arma de guerra, usualmente eso provoca que el barrido electrónico no arroje resultados positivos", dijo la fiscal a cargo, Viviana Fein.
Incluso se especuló con la posibilidad de que el médico que acudió al apartamento pudiera haber borrado accidentalmente el rastro de pólvora al tocar la mano del difunto.
El miércoles se ordenaron pruebas balísticas con el arma aparecida junto al cadáver del fiscal que puedan ayudar a determinar la causa de la muerte.
Mientras, el gobierno argentino reconoce que "la teoría del suicidio cada vez queda un poco más lejos".
El caso Nisman se complica. La extraña muerte del fiscal que se atrevió a denunciar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner va camino de transformarse de drama nacional en tragicomedia policial. El martes aparecieron nuevas y sorprendentes pistas que arrojan más dudas sobre la muerte de Alberto Nisman, a quien la policía halló el domingo en su piso de Buenos Aires con un balazo en la cabeza.
Pese a que la fiscal encargada del caso, Viviana Fein, había descartado hace unos días la participación de terceras personas en la muerte de Nisman, los investigadores han descubierto una pisada reciente y huellas dactilares en la entrada del pasadizo del aire acondicionado que comunica el apartamento de Nisman con el de un vecino.
Al principio todo apuntaba al suicidio, una tesis a la que se acogió el gobierno desde el primer día. Pero las pruebas de los peritos no detectaron restos de pólvora o metales en las manos del fiscal. Eso no quiere decir que Nisman no se matara. Según los peritos, en un porcentaje mínimo de casos, un arma de bajo calibre como el que se encontró junto al cadáver de Nisman no deja rastros. En cualquier caso, la hipótesis del suicidio (inducido o no) no se ha podido confirmar.
Pero no acaban ahí las contradicciones. El martes prestó declaración ante Fein el cerrajero que acudió a la vivienda para abrir la puerta del apartamento. En un principio las autoridades afirmaron que se había requerido la presencia del cerrajero porque la puerta principal tenía un código de seguridad y la puerta de servicio estaba cerrada con llave por dentro. Alertada por la policía, la madre de Nisman había acudido al piso de su hijo, pero no recordaba la clave digital de la puerta principal. Fue entonces cuando se decidió llamar al cerrajero que trabaja en el lujoso edificio Le Parc del barrio de Puerto Madero. El cerrajero, de nombre Walter, aseguró tras declarar ante la fiscalía que la puerta de servicio no tenía ningún cerrojo accionado por dentro. "Esa puerta la pudo haber abierto cualquiera. Yo corrí el pestillo y se abrió". La hipótesis de un posible homicidio volvía así a cobrar fuerza.
El Gobierno califica de 'endeble' su denuncia
Para el Gobierno argentino, la denuncia presentada por el fiscal Alberto Nisman contra el Ejecutivo es "absolutamente endeble". Nisman murió el domingo en su piso de Buenos Aires, cuatro días después de haber acusado a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de encubrir a Irán en la causa que investiga el atentado perpetrado en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994.
"He leído la denuncia y no hay absolutamente nada, la denuncia es algo absolutamente endeble, sin concepto", ha declarado Aníbal Fernández, secretario general de la Presidencia y uno de los hombres fuertes del entorno de Kirchner.
Para Aníbal Fernández, una de las razones de la inconsistencia de la denuncia de Nisman, cuyos 290 folios fueron divulgados anoche, estriba en el hecho de que según la Secretaría de Inteligencia (SI), los supuestos espías que Nisman cita en su denuncia como nexos entre el gobierno argentino e Irán "no son agentes ni lo han sido, ni siquiera de forma temporal"
El jefe de los servicios secretos argentinos, Óscar Parrilli, ex secretario general de la Presidencia y muy próximo también a Kirchner, informó anoche a la Justicia que los agentes señalados por Nisman nunca trabajaron en la Secretaría de Inteligencia. Sin embargo, Parrilli reconoció en su escrito que uno de ellos, Ramón Allan Bogado, "se presentaba ante funcionarios de la Administración Nacional de Aduana como agente de esta Secretaría". Según Parrilli, su departamento presentó en noviembre pasado una denuncia contra Bogado por la "posible comisión del delito de tráfico de influencia".
En su denuncia, Nisman sostiene sobre el supuesto agente "Allan": "Se trata de una persona con acceso al entorno presidencial, que cuenta con información privilegiada y que ha declarado su simpatía con el régimen iraní".
Desde que Nisman lanzó su bomba judicial contra el Gobierno, hace una semana, el oficialismo ligó sus acusaciones con informaciones suministradas por un poderoso ex agente de los servicios secretos, Antonio Stiusso, cesado fulminantemente en diciembre.
Aníbal Fernández ha vuelto hoy miércoles a relacionar al ex espía con la denuncia de Nisman. "Lo que Stiusso le dijo a Nisman sobre la conexión de la pista iraní con Bogado era falso (...) A Bogado se le ha denunciado por tráfico de influencia y quien estaba detrás de esa denuncia era el propio Stiusso, es decir, el mismo que le habló a Nisman de esa conexión con Irán".
Cuando un periodista le preguntó a Fernández si pensaba entonces que Nisman había pecado de ingenuidad a la hora de elaborar su escrito de denuncia contra el Gobierno, el funcionario kirchnerista respondió: "Usted lo dijo mejor que yo".
En la denuncia que entregó Nisman al juez Ariel Lijo el fiscal expone una supuesta trama gubernamental para otorgar "inmunidad" a los ex funcionarios iraníes acusados en el atentado a cambio de favores comerciales: "Los ciudadanos iraníes iban a ser desvinculados de la causa (...) y eso estaba cerrado muy arriba, es decir, tenía sello presidencial. Todo había sido acordado, se iba a utilizar el caso AMIA como una pieza para saciar intereses geopolíticos en el nuevo tablero internacional", escribió Nisman en su denuncia.
Los políticos a los que señala
El fiscal acusa directamente en su escrito al canciller, Héctor Timerman, al diputado nacional kirchnerista Andrés Larroque, al líder piquetero Luis D'Elía y al dirigente de la agrupación de extrema izquierda, Fernando Esteche. D'Elía y Esteche serían, según el fiscal, los hombres que pasaban las órdenes presidenciales al supuesto enlace con el régimen iraní, el ciudadano argentino Jorge "Yussuf" Khalil, dirigente islámico.
Esteche ha negado su relación en el caso pero ha reconocido su amistad con Khalil. "[Mi relación con Khalil] es de amistad. Es una relación de conocimiento desde 2006, 2007, organizábamos actos juntos porque Khalil es el secretario político de la comunidad islámica argentina", ha declarado Esteche a una emisora de radio argentina.
También ha reconocido conocer a Bogado. "Me lo presentaron en mis discusiones con el oficialismo cuando estaba discutiendo la condena que se me planteaba. Me sentaron con distintas personas, él estaba a cargo de la cuestión judicial mía por parte del ejecutivo", ha dicho Esteche, que fue condenado por escrachar un local del ex gobernador de Neuquén Jorge Sobisch.
El gobierno argentino sostuvo este sábado que detrás de la muerte del fiscal del caso AMIA, Alberto Nisman, quien fue hallado hace seis días en su vivienda con un disparo en la cabeza, se encuentra un mensaje "típico de las mafias".
Además, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, culpó a servicios de inteligencia y a sectores de la prensa crítica con la gestión kirchnerista por promover en contra del gobierno "estrategias de desestabilización sistemática", al otorgarle al Estado algún tipo de responsabilidad en el fallecimiento del fiscal.
"Hemos enfrentado la adversidad de las estrategias de desestabilización sistemática, pero nunca habíamos enfrentado el tenor de este mensaje, que es el típico de aquellas mafias que veíamos en series de televisión, que están dispuestas a todo con tal de cumplir sus objetivos", afirmó Capitanich en un acto político realizado en Chaco, su provincia natal, situada a más de 1.000 kilómetros al noreste de Buenos Aires.
Capitanich dijo que los argentinos no merecen "ni grupos mediáticos concentrados ni servicios de inteligencia que representan oscuros intereses".
Los investigadores, por su parte, siguen intentando aclarar un caso cada vez más enmarañado. Ahora estudian las manchas de sangre halladas en el espejo del baño donde se halló muerto al fiscal, anormales para un caso de suicidio ya que la bala en la cabeza que mató al procurador no tenía orificio de salida, informaron este sábado medios locales.
Los peritos buscarán determinar la dirección, velocidad y la trayectoria del disparo y también si la víctima estaba quieta o se movía cuando se produjo, lo cual se puede establecer según las gotas de sangre halladas en la escena.
"El arma que se utilizó -una pistola Bersa calibre 22 largo- es de gran letalidad porque tiene fuerza de entrada pero no de salida. Además, tiene un trayecto errático", explicaron peritos expertos al diario Perfil.
Según las fuentes la salpicadura en el espejo "es improbable que suceda", salvo en el caso de que no muriese en el acto o que la bala tocase una arteria al entrar en la cabeza. "Pero esta pericia puede determinar si se trata de una escena plantada (fabricada) o no", agregaron las mismas.
Tras seis días de investigación, aún no se han aclarado las circunstancias de la muerte del fiscal encargado de la causa del atentado contra la mutual judía AMIA, cuyo cadáver fue encontrado en su domicilio de Buenos Aires horas antes de tener que comparecer en el Congreso para explicar una denuncia presentada contra Cristina Fernández por presunto encubrimiento a terroristas iraníes.
Aunque las primeras pruebas periciales descartaron la intervención de terceras personas, el suicidio no ha sido confirmado y las contradicciones y cabos sueltos aumentan la confusión respecto a la eficacia de la investigación.
Tras no haber encontrado restos de pólvora en la mano de Nisman, la fiscal del caso, Viviana Fein, se encuentra a la espera de la comparación del ADN y del examen balístico para determinar definitivamente si la bala que mató a Nisman salió del arma encontrada junto al cuerpo.
La pistola había sido facilitada por un colaborador, Diego Lagomarsino, quien visitó el domicilio del fiscal un día antes de la muerte y no fue registrado por los policías encargados de la custodia de Nisman.
A petición de la jueza de la causa, Fabiana Palmaghini, una custodia del cuerpo de Gendarmería nacional protege desde anoche a Lagomarsino, a quien ayer se le prohibió la salida del país.
También se cuestiona la distancia a la que se efectuó el disparo, ya que si bien inicialmente se había apuntado que se realizó apoyando el arma sobre la cabeza o a pocos centímetros, nuevas pericias podrían indicar que la bala salió a unos 15 centímetros del cráneo, según informaron fuentes judiciales al diario Clarín.
Además, se revisan las cámaras de seguridad del exclusivo edificio donde vivía Nisman y las llamadas telefónicas realizadas y recibidas en los días previos al deceso.
Por su parte, la exmujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, que ayer declaró durante más de ocho horas y pidió presentarse como acusación particular en nombre de sus dos hijas, menores de edad, se plantea pedir una segunda autopsia, según informaron allegados a medios locales.
Su testimonio es clave para aclarar los motivos por los que el fiscal interrumpió precipitadamente sus vacaciones en Europa el día 12 y regresó a Buenos Aires, donde dos días después presentó una denuncia contra Cristina Fernández, el canciller, Héctor Timerman, y otros dirigentes oficialistas.
En su demanda, Nisman acusa a la presidenta de orquestar un plan de encubrimiento a los supuestos terroristas iraníes responsables del atentado contra la mutual judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, a cambio de presuntamente intensificar las relaciones comerciales con Irán
Durante su discurso, la Presidenta se refirió a Diego Angel Lagomarsino, el empleado de la fiscalía que le entregó el arma al fiscal Alberto Nisman y ayer quedó imputado por ese hecho. CFK dijo que “no solamente es opositor y tiene todo su derecho de serlo, sino que además es el hermano de un importante ejecutivo del estudio Sáenz Valiente, socio del Grupo Clarín. Todos recordarán aquellos cuadros que presentara Martín Sabbatella donde figuran las sociedades compartidas entre Clarín y los Sáenz Valiente, es el gerente de informática del Grupo Clarín”. Ayer, el Grupo Clarín señaló en un comunicado que el hermano de Lagomarsino “jamás trabajó ni tiene vinculación con el Grupo Clarín”.
“La pregunta que me hago es la siguiente –dijo CFK–: si en lugar de que el arma perteneciera al señor Lagomarsino, íntimo amigo del fiscal y miembro de la fiscalía que investiga AMIA, un opositor a este gobierno, y hermano de un importante ejecutivo de las empresas vinculadas con el Grupo Clarín, hubiera sido un fervoroso militante del Frente para la Victoria y además de eso hubiera tenido un hermano con un importantísimo cargo en el Poder Ejecutivo Nacional, ¿qué se estaría diciendo? Por eso realmente todos estos días de un verdadero aquelarre informativo, confusiones que conllevan a desconcertar a la gente y a hacerla indignarse frente a las cosas. Tienen un propósito muy definitorio diría yo, la desinformación, la confusión y fundamentalmente que haya un gran pesimismo frente a la labor que puede cumplir la Justicia.”
El delito tiene una pena de uno a seis años de prisión. Pero la fiscal señaló en un comunicado que “se están evaluando las pruebas recolectadas y los testimonios para saber hasta dónde podría extenderse la imputación”.
EL PAIS › FUERA DE SERVICIO > EL TECNICO INFORMATICO DIEGO LAGOMARSINO FUE ACUSADO POR HABERLE FACILITADO LA PISTOLA A ALBERTO NISMAN
Imputado por prestarle el arma al fiscal
El delito tiene una pena de uno a seis años de prisión. Pero la fiscal señaló en un comunicado que “se están evaluando las pruebas recolectadas y los testimonios para saber hasta dónde podría extenderse la imputación”.
Por Raúl Kollmann
El técnico informático Diego Lagomarsino fue imputado ayer por la fiscal Viviana Fein por el delito de facilitar un arma a una persona sin la credencial de legítimo usuario. Se trata de un delito que tiene una pena de uno a seis años de prisión. Sin embargo, Fein señaló en un comunicado emitido al mediodía que “se están evaluando las pruebas recolectadas y los testimonios para saber hasta dónde podría extenderse la imputación”. Esta frase parece orientarse a la instigación de un suicidio, pero, como es obvio, la fiscal esperará a definir si Alberto Nisman se suicidó o si fue asesinado. Por ahora, afirma que “no hubo terceras personas en la muerte del fiscal”, pero está esperando dos estudios clave de la autopsia y el análisis de celulares, computadoras y cámaras de seguridad.
Lagomarsino declaró menos de 24 horas después de que se encontrara a Nisman en el baño de su departamento. En esa oportunidad relató que el fiscal le pidió el arma prestada aduciendo preocupación por su seguridad. A esta altura está probado que esa pistola calibre 22 fue la que le produjo la muerte.
El primer paso de Fein es la imputación por ese préstamo ilícito, porque no se le puede dar un arma a una persona que no tiene la credencial. El artículo 189 bis del Código Penal dice que “será reprimido con prisión de un año a seis años el que entregare un arma de fuego por cualquier título a quien no acreditare su condición de legítimo usuario”. El delito encaja con lo que hizo Lagomarsino: le entregó la pistola a una persona que no tenía condición de legítimo usuario.
A partir de este punto hay un debate entre los juristas consultados por este diario. Algunos sostienen que el expediente debe enviarse a la jueza Fabiana Palmaghini porque ya se identificó un autor (Lagomarsino), pero otros afirman que en este caso no es una imputación por la muerte del fiscal, sino por algo colateral (el préstamo del arma), que debería constituir una denuncia y causa paralela. Más allá de esta polémica que conduce a quién manejará la causa, la fiscal o la jueza, lo cierto es que hasta ayer Fein no había tomado la decisión de mandarle la causa a la jueza y dejó abierta la posibilidad de ampliar la acusación.
Fein todavía no puede definir el fondo del caso. Por lo que ella misma dice, del expediente surge –hasta ahora– que Nisman efectuó el disparo, básicamente por la distancia de menos de un centímetro, porque no hay heridas de defensa y porque no se ven rastros de una pelea en el baño. Pero en la definición jugarán elementos científicos que aún están en marcha:
El análisis toxicológico. Es lo que determina si Nisman consumió o le hicieron consumir algo que lo haya dejado sin sentido. Es que en la hipótesis de la existencia de un asesino, un disparo a un centímetro, sin rasgos de lucha, sólo es posible si hubiera estado inconsciente.
El estudio histopatológico, que supone una mirada microscópica sobre una serie de órganos y sobre el mismo orificio que produjo el proyectil. Es lo que confirma la distancia y el ángulo de disparo.
El análisis de los celulares. Puede haber comunicaciones o mensajes de texto que indiquen que fue presionado o, por el contrario, que tomó una decisión trágica.
El análisis de computadoras. Por la misma razón, textos o comunicaciones que puedan aportar datos sobre el final del fiscal.
Las cámaras de seguridad. Supuestamente mostrarán si entró o no alguien sospechoso en el edificio y si se verifica el relato de los custodios.
Con todos esos elementos en la mano, la fiscal debería estar en condiciones de definir si hubo suicidio u homicidio. Por el momento, todo indica que Nisman se suicidó. En ese caso, la obligación de Fein es investigar si hubo instigación. Algo así como que Lagomarsino le llevó la pistola y le dijo: “Acá está, ya sabés lo que tenés que hacer”. Eso es lo que deja entrever como posibilidad la fiscal cuando habla de que estudiará pruebas y testimonios para decidir si amplía la imputación.
El grave problema de una acusación de esa naturaleza es que es muy difícil de probar, al punto que los memoriosos afirman que nunca en la historia judicial argentina hubo un condenado por instigación al suicidio. Es que requiere una amenaza por escrito, por mail, mensaje de texto, o una amenaza hecha delante de otras personas. Nada de eso es habitual y aun así el delito es de comprobación compleja.
Por ahora, Lagomarsino es un técnico informático que hacía trabajos para Nisman, no concurría a la fiscalía y cobraba una cifra desusadamente alta. O sea que su trabajo encierra un misterio, porque en las fiscalías no se les pagan 40 mil pesos a informáticos que hacen el trabajo que él dice que hizo. La fiscal Fein no sólo investiga qué hacía en realidad Lagomarsino, sino que está observando otros contratos existentes en la Unidad Especial AMIA. Es seguro que ahora entrará en su investigación el dato que dio a conocer anoche la Presidenta: que el informático sacó pasaporte el 14 de enero, o sea justito después de que se presentara la denuncia de Nisman.
Según le dijo a este diario una jueza amiga de la familia de Lagomarsino, Nisman le pidió el arma al informático porque el día anterior (viernes) lo había llamado el ex jefe de Operaciones de la SIDE, Jaime Stiuso, para advertirle que debía desconfiar de su custodia y que tenía que ponerles seguridad a sus hijas. En su declaración ante Fein, Lagomarsino no contó este episodio, es decir que decidió sacar de escena a Stiuso, no se sabe por qué.
El colaborador informático del fallecido fiscal fue imputado por un delito que prevé una pena de hasta seis años de cárcel. La fiscal informó que está a la espera de los estudios de ADN sobre "el material balístico"
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Diego Lagomarsino, el colaborador informático de la Unidad Fiscal Especial AMIA, fue imputado por "haberle facilitado el arma" al fiscal Alberto Nisman. Sería la pistola Bersa calibre 22 que terminó con la vida del funcionario público el pasado domingo 18 de enero y que fue hallada junto a su cadáver.
Lagomarsino fue imputado bajo la figura que contempla el artículo 189 bis, apartado 4, del Código Penal. "Será reprimido con prisión de un año a seis años el que entregare un arma de fuego por cualquier título a quien no acreditare su condición de legítimo usuario", reza el citado artículo.
La fiscal Viviana Fein sospecha que el colaborador de Nisman podría estar vinculado al hecho de una manera mucho más estrecha. Así lo informó a través de un comunicado de prensa en el que adelantó que está evaluando "las pruebas recolectadas y los testimonios para saber hasta dónde podría extenderse la imputación".
Por otro lado, la fiscal que investiga la muerte de Nisman indicó que comenzó el trabajo de "análisis de todos los registros de video de las cámaras de seguridad del complejo Le Parc de Puerto Madero". Luego de haber notado "falencias" en los registros de ingreso y egreso del edificio donde vivía y fue hallado muerto Nisman, Fein ordenó "un análisis profundo de las imágenes".
En las imágenes quedó registrado que Lagomarsino ingresó dos veces a la torre Le Parc donde vivía Nisman pero sólo está grabada una salida.
Al mismo tiempo, la División Apoyo Tecnológico de la Policía Federal asiste a Fein en el "análisis de todo el material incautado", que incluye "celulares y líneas incorporadas a la investigación".
En tanto, Fein aseguró estar a la espera de los resultados de los estudios de ADN ordenados sobre "el material balístico levantado en el departamento" la noche del deceso de Nisman. Todas las pruebas recogidas se "resguardaron en un sitio de máxima seguridad" para mantener su "asepsia".
Diego Lagomarsino, el apuntado por Cristina Kirchner: las sospechas de la muerte de Alberto Nisman y su relación con Clarín
26/01/2015 21:15 hs
El hombre que le entregó el arma al fiscal fue el más criticado por la Presidente en su cadena nacional. La teoría de Cristina Kirchner.
Cristina Fernández de Kirchner apuntó en su cadena nacional contraDiego Lagomarsino, el hombre que le entregó en su domicilio al fiscal Alberto Nisman el arma que produjo su muerte.
"Luego de la muerte del fiscal, se supo que la pistola que produjo la muerte fue entregada por un empleado de su confianza", comenzó la presidente en su discurso.
"La persona que entregó el arma es un fuerte opositor al gobierno, como cualquiera está en su derecho", reconoció. "Es el último que lo vio con vida", afirmó.
"Diego Ángel Lagomarsino es el hermano de un importante ejecutivo del estudio Sáenz Valiente, del Grupo Clarín. Es el jefe de informática del Grupo Clarín", detalló.
"¿Por qué estos datos no salieron a la luz? Ningún periodista de investigación lo buscó en internet", señaló la presidente con ironía. Y a continuación, disparó: "Si Lagomarsino hubiera sido un fervoroso militante del FPV y tuviera un hermano con un cargo del Poder Ejecutivo, ¿qué dirían?".
Para cerrar el tema, Cristina Kirchner dio a conocer un dato: "El 14 de enero, el día que Nisman presentó su denuncia, Diego Lagomarsino inició la renovación del pasaporte. De inmediato se dispuso frenar su salida del país, y por supuesto, no se le entregó el nuevo pasaporte".