EL CUIDADO DE LAS ALMOHADILLAS DEL PERRO
Las patas, y más concretamente las almohadillas de los perros, son una parte que solemos olvidar cuando se habla y escribe sobre el cuidado de nuestros amigos. Vamos a ver cómo mantenerlas en perfectas condiciones.
¿Cómo son?
Las almohadillas son esa parte blanda de la planta de los pies del perro. Son las suelas de sus zapatos y están en constante contacto y roce con el suelo, soportan el frío suelo en invierno y el ardiente asfalto en verano, pisan piedras, se clavan espigas, escarban y corren. ¡Merecen un cuidado a parte!
Los perros tienen 5 almohadillas en cada pie. Su textura es lisa y suave (puedes comprobarlo en cachorros) y se va volviendo más áspera con la edad, debido al desgaste y la sequedad. Las cuatro almohadillas delanteras pertenecen a cada dedo y tienen un espacio entre ellas, muchas veces ocupado con pelo que lo protege.
Son una zona muy sensible, muchos perros tienen cosquillas si se les toca suavemente. En verano, el asfalto caliente y las alcantarillas (metal ardiendo) pueden herir los pies de nuestros perros, así que hay que tener cuidado de por dónde le sacamos a pasear.
Si se mancha mucho las patas, no hace falta que le bañes entero, puedes usar toallitas húmedas de bebé para limpiarle y luego darle un cepillado para eliminar la suciedad.
Magia!
Revisar las patas frecuentemente
Lo ideal es que cada día revisemos de forma general el pelo y las patas de nuestro perro (por ejemplo cuando le acariciamos mientras vemos la tele), sobre todo el día que hemos ido al campo o ha estado jugando en la hierba.
Debemos estar atentos a:
Presencia de parásitos como las garrapatas, sobre todo entre los dedos.
Presencia de heridas o bultitos, entre los dedos y alrededor de las almohadillas. Pueden indicar que se le ha clavado algún objeto como una espiga.
Grietas o sequedad en las almohadillas.
Humedad. Si habéis estado jugando en el río o con agua, asegúrate de secar bien entre los dedos y las almohadillas.
Calor. Más que revisar las patas después, lo mejor es ser previsor y no sacar al perro a las horas de más calor en verano (si no puedes evitarlo planea una ruta por la sombra).
Con las garrapatas, lo mejor es quitárselas lo antes posible. En esta entrada te explico cómo hacerlo de forma adecuada.
Las espigas son más complicadas. En caso de ver alguna herida o bultito lo mejor es que acudas la veterinario para que se lo extraiga antes de que la espiga "migre" y vaya profundizando cada vez más en la pata de nuestro peludo, pudiendo provocar verdaderos problemas e infecciones graves. Si ves que tiene una espiga muy externa que puedes agarrar bien con unas pinzas, puedes quitársela tú mismo, asegurándote de que ha salido completamente.
La sequedad en las almohadillas la detectaremos porque notaremos la zona áspera en lugar de suave y lisa. Es un problema habitual en perros a medida que se hacen mayores. Podemos ponerle un poco de crema de manos hidratante (de humanos), para preservar las almohadillas en perfecto estado o cuando vemos que comienzan a resecarse (sobre todo en verano). Vigila que tu perro no se lo chupe o no hará efecto.
Las grietas en las almohadillas son un problema un poco más grave, ya que pueden abrirse y provocar heridas. En ese caso lo mejor es acudir al veterinario. Venden cremas especiales para las almohadillas agrietadas y suelen mejorar mucho el problema. Vigila que tu perro no se chupe la crema o no hará efecto.
El calor veraniego es un gran enemigo de las almohadillas del perro. Es mejor evitar sacarlo cuando aprieta más el calor, pero si no nos queda más remedio lo mejor será planear una ruta por la sombra y evitar que pise las alcantarillas. Si tras un paseo vemos que se lame mucho las patas es posible que se haya quemado las almohadillas (aunque no sea grave). Para aliviarle podemos refrescarle las patas con una toallita de bebé y luego ponerle un poco de crema hidratante (¡que no se la chupe!).
¿Le corto el pelo que sale entre las almohadillas?
Yo no lo aconsejo, a menos que sea muy largo y al perro le moleste. Éste pelo protege las almohadillas y los espacios entre ellas, no solo del frío sino también de la humedad, de los parásitos y es una barrera para evitar clavarse cosas.
Si aún así ves que al perro le molesta, se lo muerde o lo tiene demasiado largo, puedes cortarlo con mucho cuidado (si el perro se mueve podrías hacerle una herida en las almohadillas) para dejarlo al ras. Nunca lo cortes por dentro de los espacios entre las almohadillas.
¡Cuidado! Las almohadillas son una zona muy sensible para los perros, y muchos tienen cosquillas. Si estas cortando las uñas o el pelo de las patas, coge con firmeza el pie para no hacerle cosquillas, de lo contrario temblará o moverá el pie.
En próximas entradas hablaremos del corte de uñas y de los callos de apoyo en las patas de nuestros perros. ¡No os lo perdáis!