Texto: Martín Cagliani
El cerebro es el que regula todo en nuestro cuerpo: si estamos contentos, si estamos tristes, si nos sentimos inseguros, o confiados, pero… puede ser engañado con algunas técnicas. ¿Sabías que podemos hacerle creer que tenemos el control de una situación? ¿O que tenemos confianza en nosotros mismos? Te contamos lo que dice la ciencia al respecto.
Autofirmación, o cómo engañar a tu cerebro
La autoafirmación consiste en una declaración que uno se repite a sí mismo, como por ejemplo, de que nos sentimos bien, felices o confiados, según indica el entrenador en liderazgo Ray Williams en la revista Psychology Today, quien destaca que este método habría ayudado a gran cantidad de personas a sentirse mejor.
Esta técnica permite que nuestra mente se reprograme para creer en el concepto que afirmamos, lo que ocurre porque en esos casos, nuestro cerebro no reconocería la diferencia entre lo que es real y lo que es fantasía, señala el experto.
Por ejemplo, un estudio de 2013 publicado en la revista científica PloS ONE, indica que la autoafirmación podría protegernos de los efectos negativos que el estrés. La investigación, realizada por científicos de la Universidad Carnegie Mellon, halló que los participantes que estaban bajo niveles altos de estrés, se veían impedidos a la hora de resolver problemas.
“La gente en esas condiciones de estrés puede mejorar su capacidad para resolver problemas, simplemente tomándose un momento para pensar en algo que sea importante para ellos”, dijo J. David Creswell, uno de los conductores del estudio, según Psychology Today. “Es una estrategia fácil de usar, que puedes aplicar antes de entrar a una situación en la que sufrirás una presión importante”.
Posturas para engañar al cerebro
Las llamadas “posturas de poder”, te harían sentir más confiado, como si estuvieses al mando de la situación que enfrentas. A muchas personas les salen de forma automática, pero todos podríamos aprender a hacerlas, y engañar así al cerebro, como sugirió un estudio publicado en 2010 en la revista científica Psychological Science.
En dicha investigación, se describe a la “postura de poder” como por ejemplo, estar sentado con los brazos y las piernas relajados, o las manos detrás de la cabeza, o de pie con las manos sobre el escritorio, y los brazos estirados.
En suma, mostrarse confiado a través de poses, podría resultar en que termines sintiéndote seguro de ti. Tras unos pocos minutos en esas posiciones, se generarían algunos cambios en el organismo, como por ejemplo, un incremento en la hormona testosterona, que aumentaría la sensación de confianza en uno mismo. También se daría una disminución en la hormona del estrés, el cortisol, indica el estudio.
Así es que, con algunos trucos descubiertos por la ciencia, podríamos engañar a nuestro organismo para que nos ayude a sentirnos más confiados en nosotros mismos. ¿Tú cómo haces para ganar confianza?