Cristina Pérez -Stadelmann

GUADALAJARA, Jal., abril 30 (EL UNIVERSAL).- Tenía 8 años y un trauma craneoencefálico, ocasionado por un hecho de violencia que la familia y el Hospital Civil de Guadalajara prefieren no revelar. Ese 11 de abril, fueron escasos los minutos que en medio del pesar llevaron a la mamá de la pequeña a abrir el camino para que seis niños más tuvieran otra oportunidad para poder seguir con un órgano donado.

Fueron dos riñones, el hígado, el corazón y las dos córneas lo que la familia de la pequeña determinó preservar como donación. “Eso significó otra vida para mí”, dice Pablito con su sonrisa, a más de dos semanas de haber sido trasplantado por tercera ocasión. Él es una de los mil 893 personas que en este año han recibido un órgano.

Ese 11 de abril, la niña llegó al área de urgencia pediátrica hasta el Hospital Civil de Guadalajara. Ahí permaneció durante varias horas, antes de que los médicos tratantes la diagnosticaran. Mediante un electroencefalograma, se le determinó muerte cerebral a la pequeña; el tallo de su cerebro había dejado de recibir sangre. Fue entonces cuando los doctores notificaron a la familia. Fue hasta ese momento que la unidad coordinadora de órganos y tejidos del Hospital intervino para brindar el apoyo sicológico en el proceso de duelo.

Ellos fueron los que abordaron también la posibilidad de que la familia de la pequeña donara sus órganos a otros niños que están en lista de espera para que éstos pudieran continuar viviendo a través de una donación.

“Buscamos el momento adecuado —aunque nunca lo es— para hablar con la familia y establecer el vínculo de ayuda para poderles ofrecer la posibilidad de donar los órganos de su pequeña hija. En primera instancia fue elaborado un certificado de pérdida de vida por parte del médico tratante. Después abordaron con la familia de la pequeña lo que llaman “la oportunidad de donación”.

Difícil decisión

Llegó el momento de hacer la pregunta más difícil en el momento más difícil. “Nos reunimos con la mamá de la pequeña para explicarle el significado de la muerte encefálica y la posibilidad de una donación para ayudar a otros niños a preservar su vida o mejorar su estado de salud a partir de los órganos de su hija. No fue fácil. Nunca es fácil, pero la mamá después de consultarlo con algunos familiares regresó para decir que estaba dispuesta a donar los dos riñones de su hija, el hígado, el corazón y las dos córneas”, cuenta el doctor Pablo Zamudio Guerra, jefe de la Unidad Coordinadora de Donación de Órganos y Tejidos.

Los médicos tratantes explicaron que estos órganos estaban en condiciones de ser donados a otros menores en lista de espera del Registro Nacional de Trasplantes del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra).

Déficit de trasplantes pediátricos

La cifras muestran que en México existen de 3 a 4 donadores por millón de habitantes al año, mientras la tasa en España es de 40 donadores y en Estados Unidos de 30 donantes por año. “Pero el déficit de órganos es franco cuando se trata de donaciones pediátricas”.

“La persona que entrevistó a la familia manifestó que la señora estuvo muy centrada y que transmitió mucha paz en su decisión”, comentan médicos entrevistados por EL UNIVERSAL.

Se redactaron los documentos administrativos que respaldan el proceso de donación; se notificó al Ministerio Público, pues la muerte de la pequeña se trataba de un caso médico-legal. A las autoridades se les preguntó si tenían alguna objeción para extraer los órganos.

Se convocó al equipo médico de trasplante para que realizaran la extracción de los órganos. Firmó la recepción del órgano que extrajo y los datos del donador y los receptores fueron registrados en el Sistema Informático del Registro Nacional de Trasplantes.

Héroes silentes

El médico responsable de la Unidad de Trasplantes del Hospital Civil de Guadalajara, Marco Antonio Covarrubias, comentó que para él “los niños que fallecen y donan sus órganos son héroes silentes, y siempre, antes de intervenirlos para la extracción de sus órganos, les hago una reverencia, lo mismo que a sus padres al regresarles el cuerpo de su familiar”.

Los dos riñones de la niña fueron compatibles con dos pacientes niños; el hígado y el corazón tuvieron como destino el Hospital Infantil Federico Gómez, en la ciudad de México y las dos córneas para otros dos niños en Guadalajara. En total ella benefició a seis niños con su donación.

Vive gracias a la pequeña

Uno de los niños beneficiados con la donación de la pequeña de ocho años es Pablo, quien recibió un riñón. Él llevaba cuatro años con hemodiálisis y diálisis. Ya no caminaba. Utilizaba una silla de ruedas. Su precaria salud le impidió continuar con sus estudios de primaria, y sólo permanecía en casa y bajo los cuidados de la Asociación Civil “Quiero Vivir”, así como del Hospital Civil de la capital jalisciense.

Uno de sus riñones no eliminaban toxinas, ni regulaba su presión arterial; los líquidos y electrólitos en su cuerpo estaban fuera de control y sus brazos y piernas estaban atrofiados.

Pablito recibió uno de los riñones de la niña donante el pasado 13 de abril, dos días después de la muerte de la pequeña. Hoy, él comenzó a caminar de nuevo.

“Yo sabía que sin el riñón moriría, y en dos ocasiones no fui compatible con otros niños que también quisieron donar. Cuando me dijeron del trasplante por tercera vez y que esta vez yo si era compatible, me puse nervioso y a la vez feliz porque, pensé ´va a ser otra vida para mí”, expresó Pablo —nombre ficticio—, quien tiene 11 años de edad.

“Yo sé que uno de mis riñones es de una niña que donó 6 órganos y uno de ellos fue para mí. Ojalá la hubiera conocido. Desde el cielo, donde ella está, le doy muchas gracias; ella se fue pero deja algo aquí, en mí. Antes, cuando me paraba me temblaban los pies y me dolían; ahora cuando me levanto ya nada me tiembla, y si camino ya no me canso. Los doctores me dicen que voy bien con el riñón y que estoy bien, como si nunca me hubiera enfermado”, sonríe.

“Hace poco, una doctora me dijo ‘ya no tendrás que hacerte diálisis como lo hacías 4 veces al día, como lo hiciste durante 4 años’. Tu cuerpo ya no va a tener que ser picado nunca más por hemodiálisis, ya no verás más agujas’. Dos de mis hermanos murieron por insuficiencia renal y yo no quería que me pasara lo mismo”, explicó Pablo con gran madurez a pesar de su corta edad.

Necesidad permanente

Raúl Pérez Gómez, director del Hospital Civil de Guadalajara, explicó la complejidad, el desafío y la necesidad de las donaciones pediátricas en nuestro país.

El déficit de trasplantes renales pediátricos es cada vez mayor, debido al aumento en los diagnósticos de enfermedad renal crónica. Cuando se trata de un niño la situación es particularmente especial, pues la decisión por parte de la familia es muy difícil.

Los padres de familia siempre se sostienen en la esperanza de que algún milagro pueda ocurrir, sobre todo si son niños, a pesar de que su hijo esté en muerte encefálica. A esto hay que sumar los mitos culturales y religiosos alrededor de la donación de órganos.

“En medio de un sufrimiento terrible, como es el de perder a un hijo, se tiene la oportunidad de darle la vida a otras personas que tienen solamente cifrada la esperanza de sobrevivir a partir de la donación de un órgano. Eso lo sabe la mamá de la pequeña de 8 años; y aunque el dolor por la pérdida es indescriptible, ellos ahora saben que su hija trascendió y que vive en otros 6 niños”, agrega Pérez Gómez, no sin antes asegurar que los niños que esperan un órgano tienen el doble reto de que el tamaño de los órganos que requieren es específico, pues difícilmente podrían recibir el órgano de un adulto.

Ahora, Pablo permanece en un cuarto de la Asociación Quiero Vivir, A.C, acondicionado para él, bajo el cuidado de su hermana Mary.

El niño vive en una habitación en la que únicamente hay una televisión, una cama y una silla. Su dieta es restringida y muy vigilada. Sus riñones ya han comenzado a funcionar con regularidad. Por ahora usa tapabocas para evitar cualquier contagio. La silla de ruedas que antes necesitaba para desplazarse, aunque fueran unos cuantos metros, ya no le es necesaria más que para recorrer grandes distancias, fuera de la asociación; por ejemplo, cuando lo trasladan al Hospital Civil de Guadalajara para sus consultas médicas. No obstante, llegará el momento en que prescinda de ella, pues a decir de los médicos, volverá a caminar y sus articulaciones regresarán poco a poco a la normalidad.

Lo que más le gusta hacer es jugar fútbol, pero nunca ha podido hacerlo en su pueblo, en San Pedro Itzican, Jalisco, donde viven sus padres. “Me quedaba en la banca viendo a mis amigos jugar; pero mi doctora me dijo que pronto podré incorporarme al juego con mis amigos”.

Ya no será tampoco necesario que se traslade como antes lo hacía de martes a viernes a Guadalajara, en camión, en un trayecto que duraba tres horas para la hemodiálisis. Ya no tendrá que pasar por un piquete más en su cuerpo, muy lastimado por la misma.

El pequeño ahora hace planes de su vida. “Cuando pasen tres meses de mi trasplante volveré a la escuela”.

Pablo sólo alcanzó a estudiar hasta primero de primaria debido a sus problemas de salud. Cuenta que nunca pensó que lo llegarían a trasplantar, pero sucedió. “Yo tuve la suerte que mi hermana Claudia no tuvo, porque ella murió antes del trasplante que necesitaba. Los médicos me dijeron que tenían que picarme ahora en la pierna, pero ya no quise. Si no hubiera recibido el órgano de la niña de 8 años, quién sabe ahora qué sería de mi”, dice el pequeño Pablo, el de la mirada noble y la esperanza renovada de una vida que vuelve a resurgir.

* Donaciones

Cifras en 2015

Órgano…Requieren…Receptores

Riñón…11,760…766

Córnea…7,185…1,061

Hígado…413…52

Corazón…45…14

Total…19,403…1,893

Fuente: Cenatra, al mes de enero

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    Es un problema mundial la falta de donación de órganos, la gente aún no ha tomado conciencia sobre el tema, hay que difundirlo, para así seguir salvando vidas.-

Besitos,Cris.-

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