Obtener
las cantidades necesarias de vitaminas es esencial para mantener el
buen funcionamiento de la memoria. Si crees que tienes dificultad para
recordar, concentrarte, o realizar tareas cognitivas, es posible que tu
cerebro no esté obteniendo los nutrientes necesarios para un desempeño
óptimo.
Aunque
el cerebro requiere de una gran variedad de nutrientes, vitaminas y
minerales para funcionar correctamente, existen algunos tipos que son
más importantes para la memoria que otros. En esta oportunidad
descubrirás cuáles son esos nutrientes que te ayudarán a alimentar el
cerebro y mejorar el rendimiento de la memoria.
Vitamina B
Gracias
a su poderosa capacidad para mejorar el humor, la vitamina B es
conocida como la “vitamina de la felicidad” o “el enemigo del estrés.”
En un importante estudio llevado a cabo en la Universidad de Oxford, los
investigadores descubrieron que el consumo de vitaminas B6, B12 y ácido
fólico (B9) ayuda a reducir el deterioro cerebral, mejorar el
funcionamiento del cerebro, y reducir la contracción de dicho órgano en
las zonas más afectadas por enfermedades neurológicas, como el
Alzheimer.
El
consumo de vitamina B12 es de especial importancia en los adultos
mayores, ya que son los más propensos a desarrollar enfermedades
neuronales y sufrir deterioros en la memoria. Las mejores fuentes de
este nutriente son los vegetales de hoja verde, las legumbres, las
frutas, el pescado, la carne de ave, las zanahorias y las papas.
Vitamina C
Aunque
la vitamina C es conocida por prevenir o aliviar los síntomas de un
resfrío o alergia, pocas personas conocen sus maravillosos en el
cerebro. Al aumentar los niveles de serotonina, el neurotransmisor que
controla la ira, el estrés, el humor, etc., la vitamina C actúa como un
antidepresivo natural. Además, muchos especialistas aseguran que este
nutriente ayuda a mejorar el rendimiento de la memoria y otras funciones
mentales, y protege al organismo contra el deterioro neurológico
asociado a la edad, incluyendo enfermedades como la demencia, el
Alzheimer, el Parkinson o el ACV.
Por
otro lado, la vitamina C actúa como un agente purificador, capaz de
atravesar la barrera hematoencefálica y eliminar metales pesados del
cerebro, como mercurio, plomo y aluminio. Para obtener buenas dosis de
este nutriente, te recomendamos incorporar melones, frutas cítricas,
moras, piñas, ají morrón, tomate, batata y vegetales de hoja verde.
Vitamina D
A
diferencia de otros nutrientes, la vitamina D no se obtiene a partir de
la alimentación sino que es producida por nuestro cuerpo al entrar en
contacto con la luz solar. Esta vitamina produce importantes efectos en
el cerebro durante todas las etapas de nuestra vida, desde la infancia
hasta la vejez. En los adultos mayores, los niveles adecuados de este
nutriente puede ayudar a combatir el deterioro cognitivo, el Alzheimer y
la demencia.
Al
no ser proporcionada por los alimentos, es difícil obtener las
cantidades suficientes de esta vitamina a partir de la exposición al
sol. Por esta razón, a cierta edad, los especialistas recomiendan tomar
suplementos que sirvan de complemento y aporten las cantidades
necesarias de este nutriente.
Vitamina E
Aunque
la vitamina E es conocida por beneficiar al cerebro, existe un dicho
que dice “lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro.” Uno
de los principales efectos de este nutriente sobre el cerebro es la
prevención del deterioro mental asociado al paso del tiempo, un
beneficio que aumenta su efectividad si es combinado con vitamina C. En
diversas ocasiones se ha demostrado una fuerte relación entre dicha
combinación y el mantenimiento de la buena memoria, la prevención del
deterioro mental y la reducción del riesgo de desarrollar Alzheimer y
demencia hasta en un 60%.
Como
si esto fuera poco, la vitamina E puede reducir las probabilidades de
sufrir un accidente cerebrovascular, redirigiendo el suministro de
sangre y previniendo la muerte de células cerebrales. Las mejores
fuentes de este nutriente son las semillas, el aguacate, el aceite de
oliva, los mariscos, y los vegetales de hoja verde.
Vitamina K
Debido
a que la vitamina K no es uno de los nutrientes más populares, muchas
personas se olvidan de incluirla en su alimentación diaria. Sin embargo,
esta vitamina cumple funciones esenciales para nuestro organismo, como
el suministro de calcio, la prevención de coágulos, la protección del
cerebro, y la aceleración de las funciones cerebrales.
Las
mejores fuentes de esta vitamina son los vegetales de hoja verde, el
brócoli, los repollos de Bruselas, el repollo, el perejil y los
espárragos.