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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 26/06/2015 15:59 |
Papa Francisco y Evo con los pobres del mundo
Los pobres del mundo - de nuestro único mundo - como sabemos todos son muchos y los miserables son muchos más todavía, los dos grupos mencionados constituyen mayoría universal de aproximadamente el 70% de la humanidad, pero también es cierto que ya existen ciertas soluciones definitivas tecno-socialistas a nivel global para que dejen de serlo y se reduzca a un mínimo o desaparezca totalmente la pobreza y miseria, ya sea usando instrumentos muy conocidos como la vigencia de la democracia plena y la implementación de la justicia social, como otras medidas y realidades no tan conocidas anteriormente por la humanidad, como el empleo de la energética renovable a gran escala, que por añadidura se podría implementar para avanzar a que los pobres de este mundo se vuelvan ellos mismos más pudientes, cultos y productivos.
No se trata de una nueva utopía moderna del siglo XXI, o emergente solamente del socialismo del siglo XXI, sino de una realidad concreta ya palpable en muchos países, posible de ser realizada ya mismo en todo el planeta, pero todo en la cabal medida que los gobiernos y líderes progresistas de este mundo, ahora convocados por Francisco en este Encuentro Mundial de los Movimientos Populares y de Indígenas en el Vaticano, se propongan cambiarla, apelando integral y holísticamente al empleo creciente, en economías locales y de integración continental y/o universal, de la revolución emergente expresada en las fuerzas sociales, productivas, científicas, tecnológicas, espirituales, democráticas y culturales. Existe de hecho actualmente y de forma evidente una revolución de la inteligencia en nuestro planeta y al mismo tiempo de la ciencia al servicio de las masas, con el apoyo y mediante el uso intensivo de las nuevas telecomunicaciones universales vía satélite, las microondas y/o la fibra óptica. Elementos de una revolución inédita que apoya la idea de una integración universal de todos para uno y uno para todos. Como es el programa de acción del grupo G77+China, de ALBA, CAN, MERCOSUR, URUPABOL, UNASUR, CELAC y de los países emergentes BRICS. En cada país hay líderes de mentalidad universal, por tanto existe la revolución de la tecno-inteligencia.
Al Encuentro Mundial convocado por el Papa y el Vaticano, asisten líderes populares y dirigentes indígenas, para tratar inequívocamente el tema propuesto por Francisco de “pan, techo y trabajo, con respeto al medio ambiente” para beneficio de todos y cada uno de los habitantes del planeta tierra, sin exclusiones de ningún tipo.
Todos somos o deberíamos ser susceptibles de ser hijos de Dios según la teoría cristiana, por tanto todos seríamos o deberíamos ser de principio hermanos, pero la realidad mundial histórica y actual se mostraba y se sigue mostrando como que más bien los pobres y miserables - o sea la mayoría de los 7.500 millones de seres humanos existentes en la tierra en 2014 - son de hecho olvidados de Dios.
Y al parecer el Papa Francisco - apelando a su origen tercermundista y cristiano por la liberación - desea debatir pública y universalmente todo lo concerniente para que esta teoría ideal cristiana de hermandad se vuelva realidad en la tierra y no solamente en el cielo, apelando a la discusión sincera y profunda, con los líderes populares de este mundo, acerca de estos temas irresolutos hasta ahora por la historia universal, o sea acerca de la eliminación posible y necesaria de la pobreza extrema.
Discusión pacifista y propositiva que se llevará a cabo con los líderes de 150 organizaciones populares y de indígenas del mundo - planteando de entrada su desacuerdo con las soluciones guerreras que tradicionalmente hasta hora por lo menos, han estado recurriendo por norma o costumbre a la solución mediante las guerras de todo tipo o empleando el genocidio simple con la eliminación de los pobres y miserables - como es la propuesta evidente del llamado sistema capitalista actual, vía armada practicada continuamente en las innumerables guerras donde interviene principalmente las fuerzas guerreras de la NATO-OTAN, como representante del llamado por ellos mismos sistema occidental, rico y supuestamente cristiano de pocos países.
Al parecer se trataría de un paso muy importante de validez universal, que acaba de dar el Papa Francisco, acudiendo en forma concreta con ayuda de los líderes progresistas del mundo, al llamado de los afligidos, pobres, desamparados y miserables, encuentro donde seguramente se concluirá con planteamientos inéditos.
Conclusiones, planteamientos y medidas que no deberían asustar a la misma curia y jerarquía eclesial, ya que como dice Francisco “en alguna prensa se me está ya tipificando - con o sin razón - como comunista, es decir como líder popular que además de apoyar el alimento espiritual de la gente, querría en equipo promover la alimentación integral del cuerpo de las masas populares, y no de una sola persona o grupo social en particular, sino que de principio sirva para todos sin exclusión de nadie, para toda la humanidad.
Con esta convocatoria se evidencia el valor humano personal de Francisco, por una parte, además de la seguridad, histórica, social y política, como adicionalmente y especialmente la seguridad espiritual, que tiene a todas luces el Papa Francisco, expresando este valor y seguridad en la resolución para tratar temas de importancia universal insoslayable sin temor al imperialismo y al orden constituido a su favor por los países ricos de occidente, compartiendo por esto esta resolución y valor combatiente con muchos líderes populares del mundo y especialmente también con el líder indígena y presidente de Bolivia Evo Morales.
Todo avanzará previsiblemente con temas a tratarse no atingentes solamente a las preocupaciones del rebaño propio de católicos y cristianos, grupo importante pero que finalmente se constituye solo como una minoría importante en este planeta, sino además temas de impronta socialista y científica, donde aparentemente Francisco y los líderes populares parece que intentarán o dejarán plantear libre y públicamente soluciones inmediatas y posibles para beneficio de las masas dentro del mundo global actual.
Así, el Papa Francisco propondría debatir y plantear soluciones alcanzables, además de analizar abiertamente y sin tapujos sobre las amenazas y los potenciales enemigos de la puesta en marcha inmediata a escala mundial de estas soluciones populares propuestas, ya que fuerzas reaccionarias y guerreras serían la causa de que las soluciones posibles planteadas en este encuentro no se ejecuten o tengan un retraso innecesario.
Los pobres según Jesucristo y su doctrina tienen preferencia divina por sobre los ricos, y mucho más se supone sobre el imperialismo actual, pero por eso ahora el Papa Francisco desea que tengan los pobres también su oportunidad en la tierra, mediante el reconocimiento de sus derechos universales al pan, techo y trabajo. Y derecho del pueblo a los servicios básicos y el respeto a la Pachamama, criterios que son aporte recurrentemente de Evo Morales en sus intervenciones ante las Naciones Unidas.
No estará presente seguramente Marx en esta discusión pero sí estará el marxismo y las teorías sociales y conquistas alcanzadas por los pueblos mediante la aplicación del socialismo real y/o teórico y las reivindicaciones socialistas de los siglos XIX, XX y XXI.
Además creemos sinceramente que estará presente de alguna manera los planteamientos de la teoría del tecno-socialismo y de la creación posible de Estados PluriCerebrales a escala planetaria, basado resumidamente en cuatro pilares fundamentales, a saber, Tecno-inteligencia popular; Tecno-políticas como política del Estado nacional; Tecnoproducción dentro de una Economía Plural y Mixta; y Energética Renovable y Masiva de Gran Potencia al servicio abundante de la producción y productividad de los pueblos y de todos los agentes productivos sin excepción.
El tecno-socialismo no consiste en eliminar a los ricos sino en luchar desde abajo para erradicar al imperialismo y su riqueza mal habida y mal repartida y sí se plantea crear, con empresas de economía plural y mixta, tanta riqueza popular y estatal como sea necesaria para convertir a pobres y miserables de este mundo en pudientes y dueños de su propio destino. Capitalismo salvaje y el liberalismo extremo es contrario a la planificación necesaria desde abajo con participación sindical y movimientos populares.
Por su parte Evo Morales, asistente a este cónclave o encuentro en su condición de líder indígena y popular, ha manifestado que desea una alianza global de los excluidos en defensa de la vida y la paz. Evo ha ido más lejos todavía y ha planteado que es posible que ahora gobiernen los pobres para cambiar el mundo. Propuso al Papa Francisco reformar el sistema económico mundial y declarar a los servicios básicos de agua, electricidad, caminos, telecomunicaciones, techo, pan, educación y trabajo, como derecho humano. Según Evo Morales, la falta de oportunidades para todos genera guerras internas y externas, y los pobres enfrentan la pobreza material y espiritual, el racismo, la discriminación, el colonialismo, el machismo contra las mujeres y el fascismo contra los países revolucionarios y emergentes del planeta.
A partir de este encuentro se puede decir que existe o puede existir una nueva alianza de los cristianos de verdad con el mundo revolucionario, ellos junto con el Papa Francisco están dando material abundante para escribir popularmente una posible tercera parte de la Biblia, y como para poner de autor al verdadero pueblo elegido que es la humanidad toda y no solamente judíos o cristianos, pero esta vez no elucubrando gratuita y pesimistamente en forma apocalíptica, que es dar la razón a los guerreros y a la guerra del imperialismo, ni tampoco sumamente idealista que es la inacción de las burocracias y jerarquías y expresa también la falta de acción contra la pobreza, sino vinculándose de verdad a la búsqueda de soluciones reales para los pobres y miserables de este mundo, el único planeta que tenemos todos, por ahora. Este es un frente único de la inteligencia.
- Ricardo Ángel Cardona, Ph.D. es ingeniero industrial y energético de planta y escritor tecno-socialista. Político desde la UDP de Hernán Siles Zuazo y de Codepanal. Su último libro se denomina “El Estado PluriCerebral: TecnoSocialismo Energético y Productivo en Acción”. La Paz – Bolivia, 29Oct2014. rancay@gmail.com
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Evangelizar desde el mundo de los pobres, exigencia del papa Francisco
Frei Betto
ÉXODO 122
Éxodo 122 (ener.-febr.) 2014
-Autor: Frei Betto-
LA DISMINUCIÓN DEL NÚMERO DE CATÓLICOS EN EUROPA Y AMÉRICA LATINA
En 1910, en Europa se concentró el 65% de los católicos del mundo. Hoy en día hay sólo un 24%. En Brasil, el porcentaje de católicos era, en 1974 el 74%. Hoy, es el 64,6%.
Hay muchos factores que explican este fenómeno, incluyendo la ola de teología de la prosperidad para los pobres y el uso dinámico de los medios electrónicos por las Iglesias pentecostales y neopentecostales. A esto hay que sumar la pedagogía convincente de las tradiciones islámicas en un mundo que carece de ideologías libertarias, amenazadas por el aumento de la pobreza y la búsqueda de la identidad en la era postcolonial. Conviene recordar que la empresa colonialista, promovida por Occidente en África, Asia y el Medio Oriente, se llevó a cabo bajo el signo de la cruz…
La Iglesia Católica tuvo que enfrentarse a enormes dificultades para adaptarse a la posmodernidad. Las decisiones del Concilio Vaticano II convocado por el Papa Juan XXIII no se han aplicado suficientemente en estos 50 años que nos separan de la inauguración. Los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI mantuvieron bajo sospecha efectivas aplicaciones conciliares y dieron cobertura a retrocesos, como permitir la liturgia tridentina y volver a fomentar la protección de las conferencias episcopales nacionales por las Nunciaturas Apostólicas debilitando lacolegialidad.
En su exhortación Alegría del Evangelio, el Papa Francisco dijo explícitamente: “El Concilio Vaticano II afirmó que, a semejanza de las antiguas Iglesias patriarcales, las Conferencias episcopales pueden aportar una contribución múltiple y fecunda, para que el sentimiento colegial llegue a aplicaciones concretas’. Pero este deseo no se realizó plenamente, porque todavía no se elaboró un estatuto de las Conferencias episcoples que las considere como sujetos de atribuciones concretas, incluyendo alguna auténtica autoridad doctrinal.
Una centralización excesiva, en vez de ayudar, complica la vida de la Iglesia y su dinámica misionera“ (N. 32).
La Curia Romana se travistió de institución infalible y la Iglesia como Pueblo de Dios quedo oscurecida por una burocracia compleja, cuyo banco financiero es nido de escándalos y corrupciones. En la vanguardia de este modelo de evangelización bendecido por el Vaticano, sobresalieron sociedades secretas, ricas, nada transparentes, como Opus Dei, Legionarios de Cristo y los Heraldos del Evangelio con sus trajes de mosqueteros y botas de tubos altos.
LA PARROQUIA, UN MODELO ANACRÓNICO
La evangelización católica sigue manteniendo, aún hoy, su eje en el modelo de parroquia. La parroquia, que surgió a finales del siglo IV en Italia y Egipto, es una institución típica de la época medieval. Presupone la proximidad territorial de los fieles reunidos en torno a un templo. Ahora estos vecinos que comparten piso en un mismo edificio ni siquiera se saludan. La proximidad geográfica ya no es el criterio de identidad comunitaria. El espacio se ha desplazado de lo real a lo virtual. Gracias a los medios de comunicación electrónicos, mi mejor amigo, con el que establecer contactos diarios, puede vivir a muchos kilómetros de mí e incluso en otra ciudad o país.
La evangelización pierde su carácter profético al congregar fieles sin identidad comunitaria en torno a una parroquia. En ella predominan el sacramentalismo y la predicación doctrinal y moralista. La crítica es del propio Papa Francisco en su documento de la Alegría del Evangelio: “Por ejemplo, si un sacerdote durante el año litúrgico, habla diez veces de la templanza, y apenas dos o tres veces de la caridad o la justicia, se crea una desproporción pues deja en la penumbra precisamente las virtudes que deberían estar más presentes en la predicación y en la catequesis. Y lo mismo ocurre cuando se habla más de la ley que de la gracia, más de la Iglesia que de Jesucristo, más del Papa que de la Palabra de Dios” (38).
¿Cómo imprimir consistencia profética en una predicación dirigida a una asamblea que reúne a personas de diferentes clases sociales e intereses diversos? La “arqueología del lenguaje“, en palabras de J.B. Libanio, adquiere así un alto nivel de abstracción, pues todos estamos en que ser cristiano es “amar a Dios y al prójimo“. El conflicto se instala cuando se baja un peldaño para aclarar que, en esta región específica, amar al prójimo consiste en acoger a los inmigrantes o evitar el desempleo o defender los derechos humanos de las llamadas minorías.
Como lo criticó el Papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud, en Río, en 2013, la Iglesia dio una vuelta hacia dentro de sí misma. Hubo una inversión de la pedagogía evangelizadora. “Yo quiero agitación en las diócesis, que ustedes salgan a las calles. Quiero que la Iglesia vaya hacia las calles; quiero que nos defendamos de toda acomodación, inmovilismo, clericalismo. Si la Iglesia no sale a las calles, se convierte en una ONG. La Iglesia no puede ser una ONG”.
En nuestra misión pastoral, bajo los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, el anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo, el kerigma, cedió lugar a la sacramentalización, la propuesta del Evangelio al moralismo doctrinario, la misión a la disciplina, la misericordia al pecado. De esta manera, la Iglesia se transformó en una institución en la cual la profesión de fe en los dogmas pasó a tener más importancia que la vivencia de los valores evangélicos, como el amor, el perdón, la lucha por la justicia, etc.
Hubo una inversión de la pedagogía pastoral. La pertenencia a la Iglesia adquirió prioridad a expensas de la proclamación de la palabra (kerygma), la catequesis (katá – ekkhéo = hacer eco) se restringió a los niños; la profundización de la vida de fe (Didascália) quedó congelada en en un doctrinarismo que evita los problemas de hoy, como la política, la sexualidad, los avances científicos, la bioética, la ética económica y la preservación ambiental.
Hoy es urgente reformular el sistema parroquial. No dar prioridad a la división territorial y sí a las parroquias ambientales, que reúnen a grupos afines, unen a los grupos relacionados, como militantes de partidos políticos o católicos recasados. Debemos invertir el proceso: no son los fieles los que deben ir al templo parroquial, sino los agentes pastorales –párrocos, vicarios, religiosos y laicos– los que deben ir allí donde viven los feligreses: edificios de apartamentos, escuelas, lugares de trabajo, hospitales, barrios marginales, etc. En estos lugares se deben crear comunidades eclesiales específicas, favorecidas por la identidad profesional y social de los fieles.
TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
A la luz del Concilio, la Conferencia Episcopal de Medellín en 1968 dio voz y vez a las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) que, en América Latina, congregan en las periferias a fieles empobrecidos que cotejan los hechos de la vida con los hechos de la Biblia, inaugurando una nueva visión de la Palabra de Dios desde la óptica de los oprimidos, y a partir de sus esfuerzos por una vida menos dolorosa, lanzan las semillas de lo que es conocido como teología de la liberación.
La teología de la liberación, como afirma Gustavo Gutiérrez, es acto segundo. No se forjó en las academias teológicas. El acto primero, que le da origen, es la presencia de los cristianos en los movimientos populares comprometidos con la lucha por superar todas las formas de injusticia, actuación profética confirmada hoy por el Papa Francisco en Alegría del Evangelio: “La necesidad de abordar las causas estructurales de la pobreza no puede esperar, y no sólo por una exigencia pragmática de obtener resultados y ordenar la sociedad, sino también para sanarla de una enfermedad que la torna frágil e indigna, y que sólo puede llevarla a nuevas crisis. Los planes de asistencia, que acuden a ciertas urgencias, deberían ser considerados sólo como respuestas pasajeras. Si no se llegan a solucionar radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera, y atacando las causas estructurales de la desigualdad social, no se resolverán los problemas del mundo y, en definitiva, ningún otro problema. La desigualdad es la raíz de los males sociales” (202).
Esta nueva forma de evangelización, que movilizó a los pobres en el empeño por combatir las causas de la injusticia, hizo que la Iglesia reviviera en América Latina durante los años 1960-1980. La escasez de sacerdotes, especialmente en las zonas más pobres, permitió que la CEB se convirtieran, en palabras del cardenal Lorscheider, “en una nueva manera de ser Iglesia y en una nueva manera para la Iglesia de ser”. Los laicos practicaban el ecumenismo, la cooperación entre las religiones, y asumían el papel misionero, animando y dirigiendo las celebraciones, elaborando proyectos pastorales, suscitando movimientos sociales y políticos que, desconfesionalizados e independientes de la estructura eclesiástica, se volvían “herramientas del Reino”, a punto para que los cristianos asumieran un papel de liderazgo en la liberación de Nicaragua (1979) de la dictadura de Somoza.
El pontificado de Juan Pablo II, que comenzó en 1978, representó un paso atrás en la Iglesia que era pobre con los pobres. Archidiócesis dirigidas por arzobispos progresistas, como la de São Paulo, fueron divididas en pequeñas nuevas diócesis y entregadas a los obispos conservadores; obispos, sacerdotes y religiosos comprometidos con las CEB fueron marginados; teólogos como Leonardo Boff y Tissa Balasuriya fueron castigados; y, en contrapartida, movimientos fundamentalistas como el Opus Dei han sido valorizados, así como los que, animados por el entusiasmo carismático, ignoran las causas de la pobreza y asumen un supuesto apoliticismo que, de hecho, fortalece y consagra las fuerzas conservadoras de dominación y opresión.
La orientación del Papa Francisco, en su exhortación, es explícita: “En esta línea, se puede entender la petición de Jesús a sus discípulos: ‘Dadles vosotros de comer’ (Mc 6, 37), que implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza y promover el desarrollo integral de los pobres, como los gestos más simples y cotidianos de solidaridad con las miserias muy concretas que encontramos. Aunque un poco desgastada y a veces hasta mal interpretada, la palabra ‘solidaridad’ significa mucho más que algunos gestos esporádicos de generosidad; supone la creación de una nueva mentalidad que piensa en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de bienes por parte de algunos“ (188).
Los datos son claros: cuanto más se clericalizó la evangelización, centrada en el moralismo y en la observancia doctrinal, favoreciendo la ortofonía (la mera repetición de la ortodoxia oficial), más decreció el número de fieles. Se estableció una verdadera esquizofrenia en la Iglesia: cuanto más la jerarquía insistió en mantener ultramontanos preceptos, desconectados de la realidad actual, como la condenación del uso de los preservativos, tanto más los fieles adoptaban una práctica disonante y discordante.
Fue excesivo para los hombros de Benedicto XVI el peso de esta Iglesia anclada en su “inquebrantable verdad”, sorda a la modernidad y ciega a la posmodernidad, desconfiada frente al ecumenismo y al diálogo interreligioso, angustiada por su óptica pesimista capaz de percibir sólo “relativización de los valores“. En un gesto evangélico de humildad, presentó su renuncia y dio paso a un prelado oriundo de la periferia, del “fin del mundo”: el Papa Francisco.
En sus primeras declaraciones en Roma y, poco después, en la Jornada Mundial de la Juventud, en Río, el actual pontífice se convirtió en el crítico número uno de un modelo de la Iglesia inadecuado a los tiempos en los que vivimos. Francisco, que inició la reforma de la Iglesia por el papado, quiere una instituciónmovimiento, hacia fuera, misionera, capaz de afrontar a las personas –ya sean gays, recasadas, divorciadas– con el aliento de la misericordia y la actitud del diálogo y no con el dedo de la acusación y la arrogancia farisaica de la segregación. Esta explosión inesperada del Espíritu renovador de la Iglesia nos desafía a encontrar nuevas formas de evangelización profética desde las periferias, del modo de promover el bien común y la inclusión social de los pobres.
Se habla mucho de la caída del Muro de Berlín y el fracaso del socialismo europeo. Y casi nada se oye sobre el fracaso del capitalismo en casi dos terceras partes de la humanidad que, según la ONU, viven por debajo del nivel tolerable de pobreza; son cerca de 4.000 millones de personas que tienen un ingreso mensual inferior a los 60 dólares.
El aumento de la desigualdad entre los más ricos y los más pobres, las crisis del dólar y el euro, y el consiguiente desempleo; la abdicación de las fuerzas políticas en Europa en favor de las fuerzas financieras que hoy instituyen gobiernos, son factores que favorecen el aumento de la pobreza y la miseria y explica los flujos migratorios de los pueblos más pobres hacia las naciones más ricas.
Del mismo modo que Jesús no fue indiferente a la multitud hambrienta (Mc 6, 31-44), aunque los discípulos le pidieron que “los despidiera”, la Iglesia no puede permanecer indiferente a las causas de la exclusión social, so pena de cometer pecado grave de omisión y crimen de lesa humanidad.
Las palabras son del Papa Francisco en su exhortación: “ Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, ha de llegar a todos sin excepción. Pero, ¿a quiénes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se encuentra con una orientación muy clara: no tanto a los amigos y vecinos ricos, sino sobre todo a los pobres y enfermos, que muchas veces son despreciados y olvidados, a ‘aquellos que no tienen con qué retribuirte” (Lc 14, 14). No deben quedar dudas ni explicaciones que debiliten este mensaje clarísimo. Hoy y siempre, ‘los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio‘ y la evangelización dirigida a ellos gratuitamente es señal del Reino que Jesús vino a traer. Hay que señalar sin rodeos que existe un vínculo indisoluble entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos” (48).
En este sentido, nuestros métodos de evangelización deben ser actualizados, comenzando por la actitud de dejarnos evangelizar por los pobres. Nuestra pastoral debe saber articular el mensaje del Evangelio con el contexto social, económico y político en el que vivimos. Como subraya el papa Francisco en su exhortación: “Ya no se puede decir que la religión debería limitarse a la esfera privada y sólo sirve para preparar las almas para el cielo. Sabemos que Dios quiere la felicidad de sus hijos también en esta tierra, aunque estén llamados a la plenitud eterna, porque Él creó todas las cosas ‘para que las disfrutemos‘ (1 Timoteo 6,17), para que todos puedan disfrutarlas. De ahí que la conversión cristiana exija revisión, especialmente en todo lo que pertenece al orden social y a la obtención del bien común” (182).
Nuestras comunidades deben superar el romanticismo ingenuo de las obras asistencialistas, entendidas equivocadamente como “opción por los pobres” y comprometerse efectivamente con los movimientos populares, sociales, ONG, etc, que, como “herramientas del Reino de Dios”, actúan en pro de “otros mundos posibles“.
Fuera de esta perspectiva, la Iglesia Católica estará condenada al colapso como “luz de los pueblos“. Quedará como levadura fuera de la masa y sin efecto en el mundo que clama por sentido, justicia y paz.
Santo Domingo, fundador de la Orden de los Dominicos, a la que pertenezco, dijo: “El trigo amontonado se pudre; desparramado, fructifica”. Es bueno recordar que Benedicto XVI renunció por no soportar el olor de la podredumbre…
Juazeiro del Nore, 8 de enero de 2013, en el la XIII encuentro intereclesial de las Comunidades Eclesiales de Base del Brasil.
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- “En un mundo donde hay tantas riquezas, tantos recursos para dar de comer a todos, es imposible entender qué haya tantos niños que pasan hambre, tantos niños sin educación, tantos pobres. La pobreza hoy es un grito”.
“La vida humana, la persona, no se ve como un valor primario que respetar y cuidar. Esta cultura del descarte nos ha convertido en insensibles también ante el derroche y el despilfarro alimentario. El consumismo nos induce a acostumbrarnos a lo superficial, al derroche cotidiano de la comida a la que a veces, no somos capaces de dar el justo valor que va más allá de los meros parámetros económicos.
¡Recordemos bien que los alimentos que tiramos a la basura son como si se los robáramos al pobre de la mesa, al que pasa hambre!” “No se puede hablar de pobreza sin tener experiencia directa con los pobres”. “No se puede hablar de pobreza abstracta: no existe. La pobreza es la carne de Jesús pobre: en el niño que tiene hambre, en el enfermo, en esas estructuras sociales injustas… Id y ver allí la carne de Jesús”.
Madrid, 9 de junio de 2013 (Por Trastevere con información del VIS).- “La pobreza del mundo es un escándalo. En un mundo donde hay tantas riquezas, tantos recursos para dar de comer a todos, es imposible entender qué haya tantos niños que pasan hambre, tantos niños sin educación, tantos pobres. La pobreza hoy es un grito. Todos tenemos que pensar en volvernos un poco más pobres: todos tendríamos que hacerlo. Habría que preguntarse: ¿Cómo puedo yo hacerme un poco más pobre para parecerme más a Jesús que era el Maestro pobre?… No, en mi caso, no es un problema de virtud personal mía, es que no puedo vivir solo” y el tema del coche depende del hecho de “no tener tantas cosas y volverse un poco más pobre”.
Con estas afirmaciones respondía en el Vaticano el Papa Francisco a las preguntas un grupo de jóvenes de las escuelas Jesuitas de Italia y Albania, a los que recibió el pasado día 7 en un clima de afecto y espontaneidad hasta el punto de que no les leyó el discurso que tenía preparado: “He preparado un text,o -les dijo- pero son cinco páginas y es un poco largo. Vamos a hacer así: Yo se lo doy al Padre Provincial y al Padre Federico Lombardi para que todos lo tengáis escrito y después algunas de vosotros me preguntarán y yo les contestaré; así hablaremos”.
Durante el diálogo uno de los estudiantes le pidió palabras de ayuda para poder crecer, a veces en medio de dudas, a lo que el Papa respondió: “Caminar es un arte porque si siempre vamos deprisa nos cansamos y no llegamos al final del camino. Y en cambio, si nos paramos, no andamos y tampoco llegamos a la meta. Caminar es el arte de mirar al horizonte, pensar adonde queremos ir pero aguantar también el cansancio del camino, que a veces es difícil… Hay días oscuros, días de fracaso, también alguna que otra caída.. Uno se cae….Pero pensad siempre esto: “No tengáis miedo de los fracasos, ni de las caídas. En el arte de andar lo que importa no es caer, sino quedarse en el suelo. Hay que levantarse, enseguida, y seguir andando. Esto es hermoso: este trabajar todos los días; esto es caminar de forma humana. Pero caminar solos es desagradable y aburrido. Caminar en comunidad, con los amigos, con los que nos quieren… Eso nos ayuda a llegar al final, adonde queremos llegar”.
Una joven preguntó si seguía viendo a sus amigos. “Yo soy Papa desde hace dos meses y medio -respondió- y mis amigos están a 14 horas de avión; están lejos. Pero tres ya han venido a verme y a saludarme, y yo les escribo, me escriben y les quiero mucho. No se puede vivir sin amigos”.
Otro se interesó por saber si había quería ser Papa. “Pero ¿tu sabes que significa que una persona no se quiera mucho? – contestó Francisco- “Una persona que quiera ser Papa no se quiere mucho. No, yo no he querido ser Papa”.
Renuncia al apartamento pontificio
Después una niña quiso saber por qué había renunciado a vivir en el Palacio apostólico, eligiendo en cambio la Casa de Santa Marta, y a un coche grande. ¿Es una renuncia a la riqueza?. “Creo que no se trate sólo de algo que tenga que ver con la riqueza -respondió- Para mí es un problema de personalidad. Yo necesito vivir en medio de la gente y si viviera solo, aislado, no me sentaría bien. Esta pregunta me la hizo ya un profesor: “¿Por qué no va Usted a vivir allí? Y yo le contesté: “Mire, profesor, por cuestiones psiquiátricas, eh?”… Porque es mi personalidad. También el apartamento, ese no es tan lujoso.. Pero no puedo vivir solo ¿me entiendes? Y además creo que los tiempos nos dicen que hay tanta pobreza en el mundo y esto es un escándalo. La pobreza del mundo es un escándalo. En un mundo donde hay tantas riquezas, tantos recursos para dar de comer a todos, es imposible entender qué haya tantos niños que pasan hambre, tantos niños sin educación, tantos pobres. La pobreza hoy es un grito. Todos tenemos que pensar en volvernos un poco más pobres: todos tendríamos que hacerlo. Habría que preguntarse: ¿Cómo puedo yo hacerme un poco más pobre para parecerme más a Jesús que era el Maestro pobre?… No, en mi caso, no es un problema de virtud personal mía, es que no puedo vivir solo” y el tema del coche depende del hecho de “no tener tantas cosas y volverse un poco más pobre”.
“¿Cómo convivir con la pobreza en el mundo?” fue otra de las preguntas: “Antes de nada quiero deciros, a todos vosotros, los jóvenes: ¡No os dejéis robar la esperanza! Y ¿quien os roba la esperanza? El espíritu del mundo, las riquezas, el espíritu de la vanidad, la soberbia, el orgullo… todo esto te roba la esperanza ¿Donde encuentro la esperanza? En Jesús pobre… Jesús que se hizo pobre por nosotros…. La pobreza nos llama a sembrar esperanza. Parece difícil de entender”. El Paparecordó al respecto la carta que el fallecido Padre Arrupe, Prepósito General de la Compañía de Jesús, escribió a los Centros de investigación social de la Compañía: “Hablaba – ha explicado- de cómo hay que abordar la cuestión social. Y, al final, nos decía: “Mirad, no se puede hablar de pobreza sin tener experiencia directa con los pobres”. “No se puede hablar de pobreza abstracta: no existe. La pobreza es la carne de Jesús pobre: en el niño que tiene hambre, en el enfermo, en esas estructuras sociales injustas… Id y ver allí la carne de Jesús.. Pero no os dejéis que el bienestar, el espíritu del bienestar os robe la esperanza porque al final uno se convierte en nada en la vida. Los jóvenes tienen que apostar por altos ideales: este es el consejo. Pero la esperanza ¿donde la encuentro? En la carne de Jesús que sufre y en la pobreza verdadera”.
Síntesis del discurso
Del discurso que no llegó a leer a los jóvenes, la oficina de prensa del Vaticano ha facilitado la siguiente síntesis:
“La escuela es uno de los ambientes educativos donde se crece para aprender a vivir, para convertirse en hombres y mujeres adultos y maduros…Y siguiendo lo que enseña San Ignacio el elemento principal de la escuela es aprender a ser magnánimo… que significa tener grandeza de alma, tener grandes ideales, el deseo de lograr grandes cosas para responder a lo que Dios nos pide y precisamente para ello, hacer las cosas bien todos los días, las actividades diarias… los encuentros con las personas; hacer las pequeñas cosas de todos los días con un corazón grande abierto a Dios y a los demás”.
“La escuela no amplía solamente vuestra dimensión intelectual, sino también humana Y creo que de forma particular las escuelas de los Jesuitas prestan mucha atención al desarrollo de las virtudes humanas: la lealtad, el respeto, la fidelidad, el compromiso. Me gustaría hacer hincapié en dos valores fundamentales: la libertad y el servicio. Ante todo: ¡Sed personas libres!… Libertad significa saber reflexionar sobre lo que hacemos, saber evaluar…cuáles son los comportamientos que hacen crecer, significa elegir siempre el bien… Tener la libertad de escoger el bien siempre es un reto, pero os convertirá en personas con espina dorsal, que puede enfrentar la vida con coraje y paciencia La segunda palabra es servicio. En vuestras escuelas participáis en diversas actividades que os acostumbran a no encerraros en vosotros mismos, en vuestro propio mundo, sino a abriros a los demás especialmente a los pobres y necesitados, a trabajar para mejorar el mundo en que vivimos”.
“Para ser magnánimos con libertad interior y espíritu de servicio es necesaria la formación espiritual.. Amad Jesucristo. Nuestra vida es una respuesta a su llamada: seréis felices y construiréis bien vuestra vida si sabéis responder a esa llamada. Sentid la presencia del Señor en vuestra vida… En la oración, en el diálogo con Él, leyendo la Biblia, descubriréis que cerca está. Y aprended también a leer los signos de Dios en vuestra vida. Él nos habla siempre, también a través de los acontecimientos de nuestro tiempo y de nuestra existencia cotidiana: somos nosotros los que tenemos que escucharle”.
El Santo Padre, en su discurso, decía a los jesuitas, profesores, trabajadores de los colegios y padres. “No os desaniméis ante la dificultad que conlleva el desafío educativo Educar no es un oficio, sino una actitud, una forma de ser; para educar se necesita salir de uno mismo y estar en medio de los jóvenes, acompañarles en su etapa de crecimiento estando a su lado”.
Asimismo Francisco les pedía dar esperanza y optimismo a sus alumnos enseñándoles a “ver la belleza y la bondad de la creación y del hombre, que conserva siempre la huella del Creador. Pero sobre todo, siendo ejemplo con vuestra vida de lo que comunicáis”.Asimismo les recordaba que un educador transmite “conocimientos, valores con sus palabras, pero repercutirá en los jóvenes si acompaña esas palabras con su ejemplo, con su coherencia de vida. Sin coherencia no es posible educar.” También reiteraba que el colegio además de hacer las funciones de catalizador, lugar de encuentro y convergencia de toda la comunidad educativa, tiene como objetivo el “formar, el ayudar a crecer como personas maduras, simples, competentes y honestas, que sepan amar con fidelidad, que sepan vivir la vida como respuesta a la vocación de Dios, y de la futura profesión como servicio a la sociedad”.
La Jornada del Medio Ambiente
Durante la audiencia del pasado miércoles 5, y coincidiendo con la jornada mundial del Medio Ambiente, el Papa Francisco había abordado ya la cuestión de la riqueza sin ética, del valor de las cosas, de las injusticias, de la indiferencia ante la pobreza de los demás, de la cultura del “descarte” y del peligro que tiene la humanidad por el afán de poseer y dominar.
En esta ocasión, y centrándose especialmente en la defensa de la creación y del medio ambiente, el pontífice señaló: “Cuando hablamos de ambiente, de la creación, pienso en las primeras páginas de la Biblia, en el Libro del Génesis, donde se afirma que Dios puso al hombre y a la mujer en la tierra para que la cultivaran y la cuidaran. Y me pregunto, -ha dicho el Papa a los fieles reunidos esta mañana en la Plaza de San Pedro- ¿Qué significa cultivar y cuidar la tierra?, ¿Estamos realmente cultivando y cuidando la creación?, ¿O la estamos explotando y descuidando?”.
“Cultivar y cuidar la creación -ha explicado el Papa- es una indicación de Dios, dada no sólo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos”.
El Papa ha recordado las muchas veces que Benedicto XVI dijo que “este cometido encomendado por Dios Creador requiere seguir el ritmo y la lógica de la creación. Nosotros sin embargo -ha continuado Francisco- nos dejamos llevar a menudo por la soberbia del dominar, del poseer, del manipular, del explotar; no la “cuidamos”, no la respetamos, no la consideramos como un don gratuito que debemos cuidar. Estamos perdiendo la actitud del asombro, de la contemplación, de la escucha de la creación, y así no conseguimos ver lo que Benedicto XVI llama “el ritmo de la historia de amor de Dios con el hombre”. ¿Por qué sucede esto?, ¿Por qué pensamos y vivimos horizontalmente?, nos hemos alejado de Dios, no vemos sus señales”.
La persona humana está en peligro
“Pero cultivar y cuidar, -ha destacado el Pontífice- no se refiere sólo a la relación entre nosotros y el ambiente, entre el hombre y la creación, afecta también a las relaciones humanas. Estamos viviendo un momento de crisis; lo vemos en el ambiente, pero sobre todo lo vemos en el hombre. La persona humana está en peligro: ¡ He aquí la urgencia de la ecología humana!. El peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, sino profunda: no es sólo una cuestión de economía, sino de ética y antropología…dominan las dinámicas de una economía y una riqueza carentes de ética”.
El Santo Padre, con palabras improvisadas ha dicho: “Lo que manda hoy no es el hombre, es el dinero: ¡el dinero y la riqueza son los que mandan!. Y Dios, nuestro Padre, no ha dado el cometido de cuidar la tierra al dinero, sino a nosotros: a los hombres y las mujeres. ¡Somos nosotros los que tenemos este encargo!. Sin embargo, los hombres y las mujeres son sacrificados a los ídolos de la explotación y del consumo: es la cultura del descarte”.
“Si una noche de invierno -ha continuado-, aquí en la calle Ottaviano por ejemplo, muere una persona, eso no es noticia. Si en muchas partes del mundo hay niños que no tienen nada para comer, eso no es noticia, ¡es una cosa normal!. !Esto no puede continuar así!. Esto se convierte en una cosa normal: que haya personas sin hogar que mueren de frío por la calle, no es noticia, pero que la Bolsa de algunas ciudades baje diez puntos, es una tragedia. Así, las personas son descartadas, como si fuéramos desperdicios”.
“La vida humana, la persona, no se ve como un valor primario que respetar y cuidar. Esta cultura del descarte nos ha convertido en insensibles también ante el derroche y el despilfarro alimentario. El consumismo nos induce a acostumbrarnos a lo superficial, al derroche cotidiano de la comida a la que a veces, no somos capaces de dar el justo valor que va más allá de los meros parámetros económicos. ¡Recordemos bien que los alimentos que tiramos a la basura son como si se los robáramos al pobre de la mesa, al que pasa hambre!”
“Os invito a todos -finalizó- a reflexionar sobre el problema del derroche de los alimentos. Comprometámonos todos seriamente a respetar y cuidar la creación, cuidar de todas las personas, contrarrestar la cultura del derroche y del descarte, para promover una cultura de la solidaridad y del encuentro”.
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Papa Francisco: La iglesia no es comunista cuando habla de pobres
16 de Junio de 2015 10:24 am
El papa Francisco aseguró que es "injusto" acusar a los sacerdotes y obispos de "comunistas cuando hablan de los pobres", una suerte de advertencia ante las reacciones que suscitará su encíclica sobre el medio ambiente.
"Muchas veces se oye decir: 'Este sacerdote habla demasiado de pobreza, este obispo habla de pobreza, este cristiano, esta monja hablan de pobreza ... Son un poco comunistas, ¿no?. Al contrario, la pobreza es el eje del Evangelio", dijo el papa durante la misa matutina en su residencia Santa Marta.
Se trata de una respuesta indirecta a las reacciones que generará la nueva encíclica del papa sobre el medio ambiente, que será presentada oficialmente el jueves en el Vaticano, en la que insta a combatir contra la contaminación y la pobreza y critica el capitalismo salvaje y la grandes multinacionales como "depredadores" de la naturaleza y el ser humano.
Francisco, considerado un progresista en asuntos sociales, ha sido acusado por los neoconservadores estadounidenses de ser marxista por su condena del capitalismo salvaje y el rey dinero.
Una etiqueta que ha desmentido numerosas veces. Poco después de ser elegido papa en 2013, Francisco explicó a la prensa que "tengo muchos amigos marxistas, pero considero que esa ideología es equivocada", dijo.
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Papa Francisco: "Quien habla de los pobres es definido como comunista"
El Mundo
El pontífice dijo que "pobreza es una palabra que siempre pone en aprietos" e insistió en que es un mensaje central del Evangelio; "Cuando la fe no llega a los bolsillos, no es una fe genuina", agregó
El papa Francisco habló de la "teología de la pobreza". Foto: AFP
CIUDAD DEL VATICANO.- "¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!", dijo el papa Francisco en su primer encuentro con la prensa como pontífice, en marzo de 2013. Desde entonces, los cuestionamientos hacia el "papa comunista" llovieron desde los sectores más conservadores de la Iglesia. Jorge Bergoglio aclaró que no lo era una y otra vez. Esta mañana lo hizo de nuevo en su misa matinal en Santa Marta, donde mencionó que "la pobreza es una palabra que siempre pone en aprietos y con frecuencia quien habla de los pobres es definido comunista".
En la homilía, Francisco comentó el pasaje del Nuevo Testamento en el cual San Pablo organiza la colecta en la Iglesia de Corinto para la Iglesia de Jerusalén que vive momentos difíciles de pobreza.
A propósito de la "teología de la pobreza", el Papa observó que hoy como entonces, pobreza es "una palabra que pone en aprietos". Tantas veces, afirmó, se siente decir: "Pero este sacerdote habla demasiado de pobreza, este obispo habla de pobreza, este cristiano, esta monja hablan de pobreza... Pero son un poco comunistas, ¿no?".
"Si quitásemos la pobreza del Evangelio, no se entendería nada del mensaje de Jesús".
En ese sentido, el pontífice reiteró: "La pobreza está en el centro del Evangelio. Si quitásemos la pobreza del Evangelio, no se entendería nada del mensaje de Jesús".
"Si tienes tanta riqueza en el corazón, esta riqueza tan grande, la caridad, la palabra de Dios, el conocimiento de Dios, haz que esta riqueza llegue a los bolsillos. Y esta es una regla de oro", dijo el Papa.
"Cuando la fe no llega a los bolsillos, no es una fe genuina. Es una regla de oro que Pablo aquí dice: «Ustedes son ricos en tantas cosas, ahora, entonces sean amplios en esta obra generosa»", agregó.
"Existe esta contraposición entre riqueza y pobreza. La iglesia de Jerusalén es pobre, está en dificultades económicas, pero es rica, porque tiene el tesoro del anuncio evangélico. Y esta iglesia de Jerusalén, pobre, enriqueció a la iglesia de Corinto con el anuncio evangélico; le dio la riqueza del Evangelio", completó Bergoglio.
Agencia ANSA.
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De: LuchoG |
Enviado: 26/06/2015 18:10 |
Quizás el único Papa verdaderamente que se hace al lado de los menos favorecidos en el mundo. |
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