¿Tienes problemas con tus hijos? No siempre es fácil comprender a tus hijos, ya que tienen una manera de pensar muy particular, que al contrario de como pensábamos hace no mucho tiempo, no tienen nada que ver con la de un “adulto en miniatura”. Además, para muchos el mundo de la infancia y la adolescencia queda ya lejos y nos hemos olvidado de algunas de las sensaciones que sentíamos entonces y que ahora podrían ser la clave para entenderles un poquito más.
Sin embargo, no hay que olvidar que nuestros pequeños tienen todo el mundo por delante. Nuestros hijos merecen ser felices y crecer en un ambiente de compresión adecuado para formarse como personas. Por eso te ofrecemos a continuación algunas claves interesantes para comprender mejor la infancia.
Claves para comprender a tus hijos: el bebé
Comprender a un bebé es probablemente una de las labores más complejas de toda la infancia. El recién nacido es un desconocedor total del mundo que le rodea, por lo que su dependencia de los padres para comenzar a entender lo que sucede es total y absoluta.
Durante esta etapa, el niño comienza a desarrollarse física y mentalmente. No controla el tiempo ni el espacio, pero sí está sentando las bases de lo que será su vida futura. Para él todo es nuevo, desde los olores hasta los colores. En esta fase de su crecimiento es muy importante estimular adecuadamente al niño, reforzando las conductas deseadas. Dar muestras de cariño en forma de contacto como abrazos y besos también será una labor indispensable.
Además, debemos ofrecerle seguridad, pues de ello dependerá su autoestima. Eso sí, hay que atenderle cuando sea una necesidad. Si nos plegamos a todas las exigencias de nuestro hijo estaremos creando una conducta muy negativa y casi dictatorial en el pequeño.
“No puedo pensar en ninguna necesidad de la infancia tan fuerte como la necesidad de protección de un padre”Compartir
Comprender a tus hijos: el infante
Para comprender a tus hijos en su etapa de infante, que va de los 3 a los 6 años, hay que tener en cuenta que los pequeños se enfrentan a una fase de descubrimiento y crecimiento enorme. Comienza a desarrollar conciencia de todo cuanto le rodea y de sí mismo.
Llega el momento de la imitación, así que es necesario que los padres se conviertan en ejemplo para el niño si deseamos evitar conductas poco adecuadas. Ya practican el juego simbólico, con asignación de roles según lo que observan en los adultos.
Es importante enseñar disciplina de forma razonable y entendible por el pequeño. Los refuerzos positivos en esta edad son especialmente importantes, así como su asunción de pequeñas responsabilidades. Dale muestras de apoyo cuando se las gane y le servirá como guía para saber cómo actuar.
Comprender a tus hijos: primaria
Tu pequeño se está haciendo mayor. Ya se va sintiendo independiente y busca la socialización. Entienden conceptos como la pertenencia y preguntan todo, por lo que necesitan de guía y ejemplo.
Debemos entender que durante la etapa de primaria la aceptación y las opiniones ajenas son muy importantes para el niño. Tal vez no quieran diferenciarse de su grupo social, pero seguirán los valores que le estás inculcando, aunque sus amigos tendrán mucho peso en su forma de actuar.
En primaria hemos de cuidar mucho su autoestima. Debe aprender habilidades sociales, por lo que es necesario responder a sus preguntas con paciencia y naturalidad. La disciplina ha de ser positiva, a base de refuerzos, dejándole autonomía y espacio para que se desarrollen correctamente.
“Todo es ceremonia en el jardín salvaje de la infancia”Compartir
Comprender a tus hijos: la adolescencia
Si crees que el camino hasta ahora ha sido complejo, ármate de paciencia porque llega la etapa más complicada. La preadolescencia y adolescencia son épocas realmente difíciles para las relaciones entre padres e hijos. Van desde los 11 años hasta los 17 o 18.
La aceptación, la opinión del grupo, la socialización, el sentimiento de vergüenza, la rebeldía y los primeros desengaños comienzan en una etapa en la que los cambios son enormes y el niño necesita poder resolver de manera adecuada las contradicciones de las que va a empezar a ser consciente. Los cuentos ya no valen, ya no todo es blanco o negro sino que existen un montón de grises.
En la adolescencia se dan cuenta de que el amor no siempre devuelve amor, de que sus padres tienen defectos igual que ellos, de que es posible cuestionarles como modelos e incluso mejorables en algunos aspectos, que las personas que ellos consideran buenas también tienen sus pecados y tentaciones. En esta etapa entienden que el valiente no es el que no tiene miedo, sino el que decide enfrentarse a él y que deben aprender a tolerar la disonancia que provoca ser alguien y querer en ocasiones ser otro.
No hay que olvidar que los adolescentes viven una época de transición en la que no son niños, pero tampoco adultos. Por tanto, hemos de ser muy comprensivos. Así lograremos mejorar su autoestima, su empatía, su asertividad, su responsabilidad y su autonomía. Ahora sí que llega el momento de ser realmente paciente.
Hay que mostrarles que siguen siendo tan importantes como les hemos dicho, pero que hay lugares como padres a los que no llegamos y otros a los que no queremos llegar porque le corresponde a él o a ella empezar a tomar las últimas decisiones. Los refuerzos y la disciplina deben ser muy positivos para inculcarles valores de respeto, pero no de miedo en la adolescencia.
Recuerda que están buscando su propia identidad. Se dan en ellos grandes cambios físicos y psíquicos. Es normal que cuestionen y se hagan preguntas incómodas. Todo forma parte de un proceso natural, por lo que hemos de ser muy comprensivos y pacientes.
Observarás que comprender a tus hijos es principalmente una labor de paciencia, cariño, comprensión, constancia y ciertos conocimientos que te ayudarán a criar chicos con valores y autoestima capaces de desempeñar su autonomía de forma adecuada.
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