Un viejo proverbio o un viejo quién sabe qué advierte que, “un hombre, para ser completo, ha deplantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.” Yo cuando estaba en el colegio planté un frijolito, eventualmente murió, pero lo planté. No he escrito un libro pero tengo un blog con más de cien entradas que algunas cuantas locas, iguales a mi, leen, lo que podría ser algo parecido a un libro. Y bueno, no he tenido un hijo, pero, el blog y mi Twitter para mí son mis hijos.
Pero me pregunto quién fue esta persona tan triste que dijo eso. ¿Cómo algo tan básico puede completar a un ser humano? ¿Quiénes son los personajes que se creen y se reafirman y se sienten completos y realizados al alcanzar estos ‘super’ objetivos. ¿Es real?
Yo alguna vez me enamoré, bueno, dos, es más, me he enamorado dos y media veces. Superé un amor que pensé insuperable. Fui infiel. Una amiga me bajó el novio. Me dejaron por otra. Hice que me dejaran. Rompí algún corazón y luego otro. Destrocé algún alma y la propia. Tuve una historia linda, una asquerosa y otra que nunca fue siendo.
Perdí materias en la universidad. Fui la ladilla de algún profesor. Tuve un jefe que me amaba y una que me odiaba. Me echaron de un trabajo. Besé a un hombre que conocí en una noche. Me peleé irreconciliablemente con una de mis mejores amigas. Hice una maestría y aprendí otro idioma.
Fui a Paris. Bailé tango, sevillanas, merengue y reguetón. Fui a un concierto y a un partido de futbol de grandes clubes. Viajé en tren. Me emborraché hasta la inconciencia. Fumé. Comí chocolates casi casi hasta el coma diabético. Leí García Márquez una y otra vez. Me hice un tatuaje. Le dije a mi mamá que iba a dormir a donde una amiga para no tener que decirle que pasaría la noche con un hombre.
Estuve en la nieve, en el desierto y en la selva. Conocí a un famoso. Cumplí un sueño enorme. Me fui a vivir a otro país. Adquirí y usé y uso un Lelo (mi vibrador). Ayudé a una viejita a cruzar la calle. Di consejos de amor. Nadé con delfines. Perdí un Iphone. Me encontré un billete en los bolsillos del jean. Me monté en una montaña rusa. Hice trampa en Risk. Vi una serie completa. Di un bofetón a quien se lo mereció.
Hice un tweet que tuvo más de 1.500 retweets. Fui portada en una revista. Salí en televisión. Le escribí algo bonito a alguien que no lo valoró. Alguien me escribió algo bonito que no valoré. Canté en un karaoke. Fui a una corrida de toros. Me quité los tacones en una discoteca y seguí bailando. Tomé jugo de zapote. Besé a alguien que no me gustaba. Jugué basket y softball. Tuve un amor prohibido. Me dejó un avión. Hice el ridículo. Comí venado.
La vida no tuvo sentido para mí. Luego sí. Me pinté los labios de rojo y los dejé marcados en la camisa de alguno. Me enamoré de alguien por Internet. Jugué al amigo secreto. Me regalaron flores. Hice reír a alguien que lloraba. Me engordé. Mucho. Fui consciente en el momento que era feliz, que lo era. Salí en pijama a la calle. Me disfracé. Me fui sin querer irme. Me lavé los dientes con el cepillo de mi mejor amiga. Dormí en un hostal en una habitación con gente que ni idea. Lloré de rabia. Fui feliz.
Por lo que creo que he hecho más de lo que la famosa frase sugiere y aun así no me siento completa. Siento que me faltan cosas por hacer. Lugares por descubrir. Sentimientos por conocer. Gente por querer. Vida por vivir.
Así que no se si yo soy inconforme o es que realmente no hay que conformarse con sembrar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Sugiero una reforma y que la frasecita quede así: “Un hombre para ser completo, ha de sembrar un sueño, tener un buen amigo y escribir un bonito pasado”. No suena mejor, pero sí más divertido, ¿no?