DUCHA
Aunque existen algunos adeptos a
los baños nocturnos, la mayoría de las personas se han acostumbrado a ducharse
nada más levantarse de la cama. ¿Por qué? “Porque me despeja”, suele ser la
respuesta habitual. Un lugar común que no por extendido deja de ser falso.
La realidad es que tomar una ducha caliente, lejos de
activarnos, va a adormecernos, pues al cerrar el grifo la temperatura de
nuestro cuerpo cae de forma acelerada, lo que nos conduce a un estado de ánimo
reposado, que no es el ideal para empezar el día con fuerzas sino para irnos a
la cama. De hecho, tomar un baño caliente antes de ir a dormir es una de las
recomendaciones más extendidas para ayudar a las personas que padecen problemas
de sueño.
UNA DUCHA VERDADERAMENTE ENERGIZANTE
¿Debemos entonces ducharnos por la noche? No hay ningún problema
en ello, pero si por costumbre o comodidad quieres seguir duchándote por la
mañana es mejor que cambies la forma en que lo haces.
Phil Dumontet propone un método para salir de la
ducha con las pilas cargadas. Y sólo tienes que añadir minuto y medio a tu
rutina diaria.
SIGUE ESTOS TRES PASOS:
1. Tras finalizar tu ducha convencional (con el agua a la
temperatura que más te guste) baja la temperatura del agua al mínimo posible y
mantente bajo el chorro helado durante 30 segundos. Igual te entran ganas de
gritar y, si no hay nadie de tu familia durmiendo al que tengas que dar
explicaciones, puedes hacerlo sin problemas.
2. Tras esta ducha fría vuelve a elevar la
temperatura, poniendo el agua tan caliente como puedas aguantarla: esto hará
que se abran tus capilares y se incremente el ritmo sanguíneo.
3. Ahora vuelve a ducharte con agua fría durante otros 30
segundos. Este es el paso más importante. Siempre tienes que acabar con la
ducha fría.
•Reduce
el estrés
En un estudio sobre los radicales libres, diez sujetos sanos
tomaron baños en agua enfriada con hielo y mostraron una mejor adaptación al
estrés oxidativo y un aumento de la tolerancia al estrés.
•Mejora
nuestras defensas
Otro estudio mostró que tomar a diario una ducha fría
incrementa el número de leucocitos en nuestro cuerpo, pues al tratar de
calentarse, el cuerpo activa el sistema inmune.
MEJORA
LA CIRCULACIÓN
Bajo el agua fría nuestras arterias y venas se
contraen y este endurecimiento temporal permite que la sangre fluya a mayor
presión, algo positivo para nuestra salud cardiovascular.
•Nos
ayuda a combatir la depresión
Tomar duchas frías estimula nuestro sistema nervioso
simpático, lo que provoca un aumento de los niveles de beta-endorfinas en la
sangre, que tienen un efecto antidepresivo.