Puede que hayas escuchado esa palabra tan rara en las ofertas de empleo, en la calle, en las relaciones con los demás… Parece haberse puesto de moda porque aparece ahora casi por todas partes. 

Pero, ¿sabes realmente qué significa y, sobre todo, que puede resultarte de gran utilidad?

La asertividad se define como la actitud de autoafirmación y defensa de nuestros derechos personales. Incluye la expresión de nuestros sentimientos, preferencias, necesidades y opiniones de manera adecuada, a la vez que respetamos las de los demás. 

Forma parte de las Habilidades Sociales, un conjunto de formas de comportamiento que nos permiten relacionarnos con otras personas y que, con un buen entrenamiento, todos nosotros podemos desarrollar y mejorar. 

Algunas características de una persona asertiva: 

Se conoce a sí mismo y suele ser consciente y acepta lo que siente y desea en cada momento.

Las personas asertivas no exigen las cosas que quieren, lo que no quiere decir que no le importen. 

Acepta sus limitaciones, pero se esfuerza y lucha por conseguir aquello que quiere. 

Ofrece una imagen de persona auténtica porque expresa lo que siente y quiere.

Es capaz de expresar y defender sus derechos, respetando al mismo tiempo los de los demás.

Puede comunicarse con personas de todos los niveles: amigos, familiares, extraños 

Dentro de sus posibilidades, elige a las personas que le rodean.

De manera amable pero firme, determina quiénes son sus amigos y quiénes no.

Suele expresar adecuadamente sus opiniones, deseos y sentimientos en vez de esperar a que los demás los adivinen. 

¿Por qué es importante en mis Habilidades Sociales desarrollar la asertividad? Para…

-Tener mejor comunicación verbal y no verbal. 

-Hacer y rechazar peticiones. 

-Resolver conflictos interpersonales. 

-Responder y realizar críticas. 

Las conductas opuestas a la asertividad son: Inhibición y Agresividad. 
Las personas que se comportan de manera inhibida se caracterizan por un comportamiento sumiso, pasivo, retraído y con tendencia a adaptarse a las reglas externas o a los deseos de los demás, sin tener en cuenta sus propios intereses, sentimientos, derechos…