En el jarrón hay una flores,
en el corazón un amor sin existir,
en la vida verdades que dañan,
algunas de ellas mejor omitir.
En el silencio, el aire deleita,
en el arte, todo por relucir,
en las palabras, si se desean,
mejor hacerlas dulces sentir.
En la presencia está la esencia,
en la caricia el mejor conseguir,
en el beso puede que el deseo,
pero en el tiempo, su transmitir.
En el reloj se marca el tiempo,
en el tiempo una manera de vivir,
en el momento se elige el acto,
que puede marque el devenir.
En la derrota, se cae y aprende,
que todo no es ganar y recibir,
en el dar está la mejor victoria,
cuando se da para nada percibir.
En la calidez, ternura y hermosura,
en la frialdad, puede que herir,
en la oscuridad está la negrura,
que solo la claridad no puede fingir.
En el deleite está la frescura,
en la rigidez hay solo sustituir,
en la franqueza toda nobleza,
para amistad poder así admitir.
En el ayer quedan los recuerdos,
en el presente un gran revivir,
en el amanecer el gran evento,
de un nuevo día que va a relucir.
En la tormenta el miedo comienza,
en la calma, un nuevo resurgir,
mas no es el caer quien detenga,
el principio de un crecer sin huir.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester