LA
LUNA
La
mayoría de los rituales mágicos tienen muy en cuenta a la Luna, como generadora
ella misma de potentes energías que pueden determinar el resultado de nuestro
trabajo ritual.
Veamos
qué influencia puede tener el satélite en la consecución de nuestros objetivos.
-Luna creciente: es
perfecta si lo que deseamos en emprender un proyecto (estudios, negocio,
relación…) que queremos que siga creciendo y expansionándose. También cuando
tratamos de atraer algo hacia nosotros.
-Luna menguante: es la adecuada
cuando lo que deseamos es que algo en nuestra vida disminuya. Por ejemplo, un
dolor físico o psíquico, la violencia, la influencia de alguien negativo o
cualquier adicción. Se utiliza también cuando lo que queremos es repeler o
alejar algo de nuestras vidas.
-Luna nueva: cuando la Luna
nueva ya se ha hecho presente comienza sutilmente el período creciente. Este
momento simboliza el principio de algo, los primeros pasos. Sin embargo, hay
que evitar realizar cualquier clase de ritual en los tres días anteriores
a la Luna nueva, porque simbolizan la muerte, el final, el letargo total.
-Luna llena: tampoco
es aconsejable realizar rituales durante la Luna llena, porque simboliza
la plenitud, el final de un ciclo de crecimiento, la cúspide,
lo realizado.
Sólo es positiva si lo
que queremos es potenciar nuestras capacidades extrasensoriales.
Si no tenemos a mano un
calendario lunar fiable o si todavía nos cuesta distinguir a simple vista en
qué fase se encuentra la Luna, hay un método casero muy sencillo que se suele
utilizar con los niños.
Dice así: “La Luna es una
mentirosa, porque cuando está Creciendo, en vez de una C nos enseña una D; y
cuando está Decreciendo, nos enseña la C”.
Se refiere a la forma de la
Luna en cada una de sus fases mensuales. Cuando está completa, es Luna llena,
cuando no se ve es Luna nueva, cuando parece una C está menguando y cuando
parece una D, está creciente.