¡Cuántas palabras usadas para el amor y la amistad! ¡Cuánto derroche de falsos sentimientos que, repletos de máscaras, dejan al alma vacía y solitaria!
¡Cuántos desengaños por proteger la verdadera identidad! ¿No es mejor acaso estar solo que en compañía de alguien que no busca el amor sino palabras lejanas al corazón!
No es bueno que se enmascare algo tan importante como la amistad y el amor, el amor en su pleno sentido, puro, llano, en toda su extensión.
El amor tiene que nacer de uno mismo y amarse en primer lugar a uno mismo si se pretende amar a otro.
Lejana meta la de aquel que, sin nada quererse, pretende amar y ser amado.
Quien se quiere a sí mismo está en disposición de querer y de recibir amor; es completamente libre de amar y ser amado.
¡Dichoso todo aquel que puede amar y ser amado!
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester