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Marta Hernández
Santa Clara, 18 jun (ACN) La Celestina, o sencillamente Celestina es el nombre con el que se popularizó la tragicomedia de Calixto y Melibea, de Fernando de Rojas.
Ese personaje devino con el tiempo sinónimo de casamentera, intermediaria o alcahueta, especializada en unir parejas y proporcionar sutiles y hasta encubiertas citas amorosas.
Hace muchos años los casamientos se “ arreglaban” entre amigos, parientes o socios de negocios, con mediación de celestinas, las que por su buen “ojo clínico” sabían detectar cual era la mejor opción.
Luego la modernización de la vida permitió que los jóvenes asistieran a sitios comunes y así comenzaban los romances, aunque en ocasiones necesitaran la ayuda de alguien para acelerar la cita o crear las condiciones adecuadas para iniciar la relación.
El temor a la soltería y el miedo al fracaso amoroso una y otra vez sostiene en hombres y mujeres creencias que van desde el consejo de “ modernas celestinas” hasta la entrega de dadivas o el cumplimiento de promesas a San Antonio de Padua, deidad casamentera.
Aseguran los devotos que su mediación es efectiva y muchos dan testimonio de los buenos enlaces que lograron con el santo como mediador.
Por eso cada 13 junio los templos católicos reciben a quienes van a rendir honores al San Antonio para que y le beneficie su vida amorosa.
Con la llegada de la internet parecía que las celestinas, San Antonio y otros mediadores desaparecerían, al crearse en la red de redes múltiples sitios para encontrar parejas.
Al inicio eran considerados inmorales, peligrosos y de mala reputación, pero con el tiempo y su generalización esos portales se convirtieron en lugares comunes para personas deseosas de encontrar nuevos amores.
Los cubanos también están inmersos en ese mundo cibernético y algunos afirman que es muy práctico, otros reconocen que por ser tímidos les resulta más fácil comunicarse por esa vía que en persona.
Algunas mujeres comentan que cuando sobrepasan los 40 años les resulta difícil conocer a hombres solteros y no son muy adictas a asistir a bares u otros lugares públicos, sin embargo en la internet hacen amigos sin compromiso y hasta acceden a salir con ellos.
Aunque expertos afirman que es peligroso porque en realidad no se conoce a la otra persona, resultan abundantes los testimonios a favor de esa práctica.
Con todos estas novedades parecía que la tradición moría en el siglo XXI, pero no fue así, y no falta quienes aseguran que la celestina de este tiempo es la misma internet.
Para el santo casamentero también se crearon nuevas opciones, que van desde las cadenas de oraciones publicadas en las redes que vaticinan años de soltería y desgracia si no las compartes, hasta la venta de estampas, y otros artículos con atributos propios de la deidad, para favorecer nuevas uniones.
Así a pesar del tiempo se mantienen añejas tradiciones, y creencias, por eso los 13 de junio, algunos asisten a las iglesias para que el bendito Antonio le facilite una unión amorosa, mientras otros desde la comodidad de sus casas invocarán a la celestina de este tiempo para encontrar a su media naranja.