El mar nunca está solo,
Su fiel acompañante es la gaviota
Que vuela sobre sus aguas,
A veces descansa en ellas.
En ellas encuentra la paz,
Y luego vuelve a volar,
Con sus alas desplegadas,
Y volando, las vigila,
Con su vuelo se desliza
Por encima de esos mares,
A los que tanto quiere y ama.
Las hemos visto muchas veces,
Cuando en la arena tendidos
Boca arriba…,
Admirábamos su vuelo,
Contemplábamos relajados,
Con la paz que el mar nos da
Y mucha felicidad.
Nuestros mares nunca sólo están,
Porque su fiel amiga,
La bonita gaviota,
Las contempla desde arriba,
Desde donde siempre las contempló,
Y sigue contemplando,
Para defender sus aguas puras,
Y así continuará haciéndolo,
Porque no quiere que nadie,
Se haga dueño de sus lares,
Porque los mares son suyos,
Y nos miran con orgullo,
Diciéndonos con su mirada,
Que nunca nos dejarán
Quitarle la soberanía,
Que es suya…,
Porque los mares son su reino
Y nunca dejarán de serlo.