Han pasado más de 50 años desde su muerte y las causas aún no se esclarecen. Marilyn Monroe, la actriz más popular de su época, dejó de existir a los 36 años supuestamente por un exceso de barbitúricos. Pero hoy nuevas revelaciones podrían echar por tierra esas versiones y aclarar de una vez por todas la verdad tras el aparente suicidio de la que es considerada la mujer más sexy del cine moderno.
Con los años, las hipótesis sobre lo que pasó la noche del 5 de agosto de 1962 son múltiples ¿Asesinato por envidia? ¿Líos amorosos? ¿Confabulación de los Kennedy? Conjeturas a las que se suma la confesión de Norman Hodges, ex agente de la CIA y quien a sus 78 años, aseguró ser el autor material de la muerte de la mítica rubia. El hombre, quien se encuentra moribundo en un hospital de Virginia, admitió desde su lecho de muerte que perteneció a un comando secreto —integrado por sólo cuatro personas— al que le atribuye el asesinato de numerosas figuras del establishment de la época, desde políticos y activistas sindicales, a personajes de los medios de comunicación y que eran considerados un ‘peligro’ para los intereses de su país. Y, de acuerdo a lo declarado por Norman, habría sido la relación amorosa que Marilyn Monroe sostuvo con los hermanos Kennedy –John y Robert– lo que motivó a que la CIA ordenara su asesinato.
Norma Jeane –como la bautizaron sus padres– fue una mujer que vivió las relaciones afectivas de una forma intensa. Se enamoraba profundamente y muchos hombres le rompieron el corazón. Luego de tres matrimonios fallidos, una serie de amoríos la acompañaron en sus noches solitarias. Sin embargo, su relación con el Presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, habría sido en serio.
“Feliz cumpleaños, señor Presidente” fue la canción que Monroe le cantó seductoramente en 1962 al hombre más poderoso del mundo para la celebración de su cumpleaños número 45. Según se dice, la esposa del mandatario, Jackie Kennedy, no acudió al show, pues ya sabía que su marido mantenía un idilio con la actriz. Pero no sólo con él. Los rumores cuentan que la rubia también se involucró sentimentalmente con el hermano de John, Robert Kennedy.
Estos líos de falda, sumados a importantes antecedentes de Estado, habrían sido la razón por la que Monroe se transformó en un peligro para el gobierno de los Estados Unidos. Sabía demasiadas cosas que podían poner en jaque la estabilidad de la gran potencia. “Teníamos pruebas de que Marilyn Monroe no sólo se había acostado con los Kennedy, sino también con Fidel Castro. Mi comandante, Jimmy Hayworth, me dijo que tenía que morir y que debía parecer un suicidio o una sobredosis”, confesó el ex agente de la CIA desde su lecho de muerte, quien supuestamente aún recuerda el momento en que entró en la habitación de la estrella mientras ella dormía y le inyectó una dosis masiva de hidrato de cloral y de Nembutal.
Una teoría que ha causado polémica en los Estados Unidos, provocando opiniones divididas. Algunos creen su veracidad, mientras otros lo consideran el balbuceo típico de un anciano en la antesala de la muerte. Lo que sí está claro, es que el despecho amoroso y la depresión fueron unos compañeros con los que Monroe tuvo que lidiar durante su corta vida. “Socorro, socorro, socorro. Siento que la vida se me acerca cuando lo único que quiero es morir”, escribió en un viejo cuaderno de anotaciones que fue encontrado en su habitación. Un alma triste en un seductor cuerpo, que se ha transformado en la leyenda erótica de los años 50 y cuya muerte sigue siendo un misterio.