VOCES
Concentrada en mis peregrinas voces
te vi a lo lejos...
No pude imaginar que llegabas a mi
encendido de sueños
con arullos tranquilos, no me neguè
escuchè...
Eras el lejano cielo en brumas... .
con tu sonriente luna anclada
entre estrellas gigantescas viajeras,
irisadas de fraguas.
Mi corazòn latiente en las noches
silenciosas de amor y velos...
eres la tempestad de los deseos,
cierzo entre sepulcros.
Llega el momento de seguir
la senda que te lleva, pero tu
estas alli con tus ojos plenos
de rocìo...
autor; Marìa Elena Sarmiento de Onik
San Salvador, 07/2004