Los gatos tienen en su lengua una capa de tejido espinoso que le otorga esa sensación de aspereza e, incluso, nos recuerda al tacto de una lija al lamernos. Dicho tejido no es otra cosa que las llamadas papilas cónicas, formadas por queratina, que es la misma sustancia que compone las uñas y el pelo. Dichas espinas tienen una clara función: actúan a modo de peine. Sí, forman parte de su lengua para fomentar el cuidado del pelo, reitrando el pelaje muerto, limpiando el nuevo en profundidad y cepillándolo. Esta función presenta una clara desventaja, y es que favorece la formación de bolas de pelo. Por ello, es necesario prestar atención al comportamiento del gato, cepillarlo nosotros con asiduidad y acudir al veterinario ante cualquier anomalía.
Otra función a resaltar de las papilas cónicas es la de ayudar al gato a retirar con más facilidad la carne adherida a los huesos de sus presas. El felino es un cazador nato y, como tal, requiere ciertas características que fomenten esta actividad y le faciliten al máximo posible la ingesta de comida. Por supuesto, los gatos domésticos ya no necesitan utilizar la lengua para este fin, a no ser que sigan una dieta BARF o casera, sin embargo, muchos de ellos todavía conservan su instinto cazador y no pierden la oportunidad de cazar pequeños animales como ratones o aves.
A modo de dato curioso, ¿sabías que los gatos no solo tienen espinas en la lengua? ¡Los machos también las presentan en el pene!