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De: Tatisverde (message original) |
Envoyé: 05/04/2018 03:22 |
¡He sido diseñado divinamente para tener éxito!
Veo cómo las aves vuelan con tal facilidad y gracia, sabiendo que fueron creadas con ese propósito. Sus huesos son livianos y, según expanden sus alas, ellas utilizan el viento para remontarse.
Yo también he sido diseñado divinamente para vivir mi propósito y remontarme a nuevas alturas. Como escribió el orador motivacional y autor Zig Ziglar: “Fuiste creado para el logro, diseñado para el éxito y dotado con semillas de grandeza”. Llevo estas palabras a mi corazón durante momentos de oración. Según accedo la mente ilimitada de Dios en mí, la luz y la sabiduría divinas me llevan por senderos nuevos y satisfactorios —alentándome a expresar mi potencial sagrado. Afirmo con gratitud: ¡He sido diseñado divinamente para tener éxito!
Y vio Dios todo lo que había hecho, y todo ello era bueno en gran manera.—Génesis | | | |
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Yo soy una bendición del amor y la luz de Dios.
El poeta James Dillet Freeman escribió: “Hazme una bendición, Señor. Ayúdame a ayudar a quienes necesitan ayuda”. Una bendición es una transmisión de bien espiritual. Ser una bendición es ser un faro que esparce esperanza, fe y sabiduría. Cuando las tormentas surgen en el mundo externo, permito que la luz interna del Espíritu me guíe.
Al actuar partiendo de la iluminación espiritual, ofrezco un mundo de esperanza y ánimo cuando otros enfrentan retos. Tomo acción para ser de servicio a un vecino en necesidad. Escucho con compasión al que se siente solo. En toda situación, invoco el poder creativo de la Palabra. Sin importar las apariencias, afirmo salud, vida, armonía y prosperidad. Yo soy una bendición del amor y la luz de Dios.
Ayudemos a los hermanos necesitados. Practiquemos la hospitalidad.—Romanos 12:13 | | | |
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Jesús llamó a doce para que fueran sus discípulos, sin embargo, fue mentor de muchas personas. Él enseñó no sólo verbalmente y con parábolas, sino también con su ejemplo. Su compasión, su negativa a juzgar a otros, su apoyo constante en la oración, su vínculo con Dios y su exhortación a perdonar demostraron una manera de vida que impactó a aquellos a su alrededor. Jesús nunca se consideró especial, pero enseñó a cada uno a reconocer y utilizar el poder interno.
Cada día tengo la oportunidad de demostrar compasión, de no emitir juicios, de ofrecer ánimo y de ser una presencia de paz. La luz crística resplandece por medio de mí y permite que los demás vean la luz en sí mismos. Demuestro las posibilidades de vivir una vida centrada en la fe.
Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.—Santiago 2:18 | | | |
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Doy gracias por el bien de Dios que se expresa en mi vida.
Elijo enfocar mi atención en todo el bien en mi vida. Comienzo dando gracias a mi fuente divina por mis muchas bendiciones. Siento gratitud por el aliento de vida que me vivifica. Estoy agradecido por mis sentidos, a través de los cuales experimento todo lo bueno de este mundo. Dios me bendice con gozo, amor y paz.
Sintiendo gratitud, centro mi atención y respiro profundamente. Al inhalar y exhalar, traigo mi conciencia al momento presente. Comienzo a hacer mi lista mental de todas las cosas grandes y pequeñas por las cuales siento gratitud. Pensamientos de personas, posesiones, experiencias, conocimiento, abrigo y salud llenan mi mente. Doy gracias por el bien de Dios que se expresa en mi vida.
¡Aclamen al Señor, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna!—1 Crónicas 16:34 | | | |
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Siempre estoy cómodo en medio de las presiones y los retos del día.
A menudo mi vida está llena de horarios y obligaciones que me hacen sentir ansiedad y estrés. Cuando me siento abrumado, tomo tiempo para darme cuenta de que lo que realmente siento es la energía del mundo a mi alrededor. Siempre puedo elegir permanecer cómodo en medio de la presión.
Sé sin duda alguna que existe una Presencia y un Poder activos en el mundo y en mi vida. Cuando me siento desalineado con esa Verdad, centro mi atención en la energía de mi corazón y encuentro la comodidad del Espíritu que siempre está presente. Siento que esa comodidad irradia en cada célula de mi cuerpo y cada pensamiento de mi mente. Soy una expresión perfecta de la Presencia de lo divino.
El Señor va delante de ti. Él estará contigo, y no te dejará ni te desamparará. No temas ni te intimides.—Deuteronomio 31:8 | | | |
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Busco la guía del Espíritu, y avanzo con confianza.
Hay momentos en la vida que avanzo con absoluta confianza. Sin embargo, hay otros en los que no estoy seguro de los pasos que he de dar. Durante esos momentos, confío en la Verdad de que Dios es todo, y yo soy una parte de esa totalidad. Como tal, tengo fe absoluta en que nunca estoy separado de la guía del Espíritu. El simple acto de dirigir mi atención a la Verdad me brinda seguridad y da firmeza a mis decisiones.
Soy un ser humano, mas también soy un ser divino. En el plano humano mis ojos pueden ver separación y escasez, mas cuando miro a través de los ojos del Espíritu, veo la Verdad. Veo posibilidad y unidad, y veo el camino delante de mí con claridad. Sé lo que debo hacer y avanzo con valor y convicción.
Voy a enseñarte el camino que debes seguir, y no voy a quitarte los ojos de encima.—Salmo 32:8 | | | |
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Vivo, me muevo y tengo mi ser en Dios.
Vivo en el espíritu de oración respondida. Si tengo una pregunta en mente o una necesidad que me preocupe, doy gracias porque la vida divina es la respuesta a toda pregunta que pueda tener. A medida que duermo, me despierto y vivo mi día, dejo ir. Libero las preocupaciones sabiendo que la respuesta correcta surgirá en gracia y paz.
Dejar ir requiere que no me aferre al problema con duda ni temor. Al ejercitar este nuevo tipo de fe, suelto cualquier preocupación o inquietud, sabiendo que mis necesidades son satisfechas de manera divina y ordenada.
Mi vida fluye con facilidad. Avanzo con confianza para encontrar la solución perfecta y la respuesta correcta llega a mí con rapidez. Vivo, me muevo y tengo mi ser en Dios.
Ciertamente, tú eres mi roca y mi castillo; guíame; encamíname por causa de tu nombre.—Salmo 31:3 | | | |
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