América Latina es una región del mundo donde se han mezclado distintas religiones, culturas y etnias. Las creencias de los pueblos originarios se han combinado con las de las potencias que dominaron colonialmente el territorio.
En ese marco, han surgido distintos mitos y supersticiones que dan cuenta de esa mixtura. Aquí compartimos 7 de ellos que llaman particularmente la atención.
1. El lobizón
De origen guaraní, esta leyenda tiene peso sobre todo en Argentina y Paraguay. Sostiene que el séptimo hijo varón (siempre y cuando todos los anteriores también sean varones) se convierte en 'el lobizón'. Se trata de una bestia mitad hombre, mitad lobo que las noches de luna llena los días martes y viernes sale a realizar desmanes. Además de comer excremento de animales de granja y carroña, existe una variante católica que apunta que también devora a los bebés que no están bautizados.
Como esta superstición llevaba a muchos matrimonios a asesinar a su séptimo hijo, desde el siglo XIX ―por ley argentina― este niño es apadrinado por el presidente de la República.
2. Las uvas de la suerte
Si bien se desconoce el origen, se cree que esta práctica proviene de España y se lleva a cabo sobre todo en Ecuador: a las 0 horas del 1 de enero se comen 12 uvas. Quién realiza la ingesta tendrá suerte el año que comienza.
De acuerdo al diario El Comercio, algunas de las teorías sobre el origen de esta superstición sostienen que conseguir esa fruta en esa época del año era muy complicado. De esa forma, quien podía consumirlas marcaba un estatus social diferente.
3. No barrer los pies
También de origen hispánico, existe una superstición que tiene sus variantes en distintos países latinoamericanos pero que siempre remite a evitar un mismo acto: barrer los pies de una persona. Sobre todo si es mujer.
Según este mito popular, a quién le barren los pies le quitan la buena suerte. Esto tiene que ver con asociar las escobas a las brujas. En algunas variantes, si la "víctima" de esto es una mujer, queda condenada a casarse con un hombre viejo o viudo. Incluso existe la versión que sostiene que nunca se casará.
4. No dejar dinero en el suelo
Popularmente se dice que si dejas tu billetera o cualquier bolso con dinero apoyado en el piso, eso hará que pierdas tu fortuna. Esto tiene que ver con la idea de que apoyar algo en el suelo es no darle el valor que se merece o despreciarlo.
Una variante de esta superstición es la que plantea que al regalar una billetera o una cartera, siempre se debe incluir algún billete dentro para asegurar la fortuna de su portador.
5. El chupacabras
Este ser casi mitológico ha sido supuestamente visto en distintos rincones del continente americano, desde EE.UU. hasta Chile y Argentina. El chupacabra ataca por las noches a animales de granja y les succiona toda la sangre.
El antecedente más antiguo que se conoce de este atacante se remonta al libro 'Journey to the Polar Sea' (1823) de Sir John Franklin. "Los melancólicos sonidos que se oyen en las silenciosas noches de verano, y que la ignorancia de los hombres blancos considera como los gritos del chupacabras ('goat-sucker', en inglés), son realmente, según mi informante, los lamentos de estos infelices seres", escribe en relación a los supuestos espíritus de los muertos.
6. El Ekeko
En la tradición andina, principalmente en Bolivia y Perú, la figura del Ekeko tiene un peso significativo. Símbolo de la abundancia, se trata de un muñeco (su tamaño puede variar) de aspecto mestizo al cual se le cuelgan y añaden distintos objetos. Para esto existen infinidad de tiendas en las que se vende todo tipo de miniaturas: desde ropa hasta automóviles y computadoras.
Según la tradición, quien adquiera esos productos y adorne así al Ekeko luego los obtendrá en la vida real. Es que este pequeño ser tiene la capacidad de cumplir los deseos de las personas.
7. No usar ropa negra
Es común en muchas culturas que cuando alguien está de luto por la muerte de una persona cercana se vista de negro. Sin embargo, si alguien elige utilizar ese tipo de ropa en otro momento lo que hace es atraer los malos augurios e incluso la muerte.
Un caso paradigmático de esta superstición tuvo como protagonista al famoso escritor colombiano Gabriel García Márquez. Al recibir el premio nobel de Literatura en 1982 no cumplió con el protocolo que exigía la Academia Sueca de ir vestido de frac negro. Por el contrario, recibió el galardón completamente de blanco, excepto por los zapatos.