El complejo cesó las operaciones en 2006, pero quedó contaminado y debe ser sometido a una limpieza medioambiental, la cual se ha retrasado considerablemente.
Luego de que el incendio afectara el complejo, el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de California aseguró que las instalaciones que "anteriormente empleaban materiales radiactivos y peligrosos no se vieron afectadas". "Los resultados de una ronda inicial de pruebas no mostraron niveles de radiación por encima de los niveles de fondo, y tampoco hay niveles elevados de compuestos peligrosos distintos de los que normalmente se presentan después de un incendio forestal", agregaron.
Sin embargo, residentes locales y activistas ponen en duda estas declaraciones, creyendo que el sitio permanece con radioactividad y contaminado. Así, la activista Melissa Bumstead afirma que el departamento que supervisa la limpieza del lugar "minimiza repetidamente su riesgo" y "ha roto todas las promesas que ha hecho sobre su limpieza".