Respuestas políticas y organizativas del pueblo trabajador y sus fuerzas revolucionarias
Por: Departamento de Política Internacional del PCV
Especial para TP
A principios de este año se filtró un documento del Comando Sur de EEUU, bajo el título «Operación Venezuela Freedom-2», firmado por su actual jefe, el almirante Kurt Tidd, fechado 25 de febrero de 2016.
Es un escrito detallado en el que no se contempla, en realidad, ninguna “salida electoral” contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro. La salida, de concretarse, sería violenta.
El Comando Sur, es decir el Pentágono, como brazo armado de las corporaciones imperialistas en la región, debe, después de 17 años de vanos intentos, cumplir la meta trazada, preferiblemente durante la presidencia de Barack Obama. En esa tarea, el Pentágono forma equipo con el Departamento de Estado (Ministerio de Relaciones Exteriores) y la Secretaría del Tesoro (Ministerio de Economía y Finanzas) de EEUU.
Para el imperialismo estadounidense el dilema se hace cada vez más evidente y disminuye la brecha entre el propósito y la realidad, en el intento mediático de ocultar lo que es un plan bien orquestado, que actualmente no sólo se encuentra en desarrollo, sino en plena aceleración.
En tal sentido, el actual jefe del Comando Sur señala que:
«…la derrota en las elecciones y la descomposición interna del régimen populista y anti-norteamericano, recoge el impacto exitoso de nuestras políticas impulsadas con fuerzas aliadas en la región en la fase 1 de esta operación, entre las que destacan:
Poner en evidencia el carácter autoritario y violador de los derechos humanos del gobierno de Maduro.
Empleo del mecanismo de la Orden Ejecutiva como parte de una estrategia que puede justificar el desarrollo de nuestra política, teniendo como justificativo legal la Constitución y las leyes de Estados Unidos de América…
Aislamiento internacional y descalificación como sistema democrático, ya que no respeta la autonomía y la separación de poderes.
Generación de un clima propicio para la aplicación de la Carta Democrática de la OEA.
Colocar en la agenda la premisa de la crisis humanitaria que permita una intervención con apoyo de organismos multilaterales, incluyendo la ONU»
Esto da testimonio de que sí existe una guerra declarada abiertamente.
Para el almirante Tidd, la MUD y sus alrededores han «aprovechado las circunstancias para crecer (…), a pesar de las rivalidades y desunión en sus filas, ya que se mueven en su seno diferentes intereses y puntos de vista».
Pero el almirante también deja claro quién tiene el mando: «nuestra intervención oportuna ha permitido delinear un camino para una salida rápida del régimen». Algo que evidentemente va más allá de la capacidad política de la MUD.
«Si bien se está enarbolando el camino pacífico, legal y electoral, ha crecido la convicción de que es necesario presionar con movilizaciones de calle, buscando fijar y paralizar a importantes contingentes militares que tendrán que ser dedicados a mantener el orden interno y seguridad del gobierno, situación que se hará insostenible en la medida en que se desaten múltiples conflictos y presiones de todo tipo», remata Tidd en su diagnóstico.
Sobre esta base, la nueva dirección del Comando Sur, en voz y firma de su nuevo jefe, examina «un conjunto de recomendaciones, para la segunda fase, efectiva de nuestra intervención en Venezuela».
La operación se crea para ser ejecutada por los Componentes Operacionales del Comando, compuesto por el Comando de Operaciones Especiales, la Fuerza Conjunta Bravo y la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial Sur (inteligencia), «concebida como una operación de amplio espectro, conjunta y combinada dentro del área de responsabilidad, priorizando los conceptos estratégicos: fuerza decisiva, proyección de poder, presencia en ultramar y agilidad estratégica».
Estos últimos conceptos, contemplados generosamente dentro de la Doctrina de Espectro Completo, del Pentágono, recogida en el documento «Joint Vision 2020», elaborado por la Dirección de Políticas y Planes Estratégicos del Ejército de EEUU, en junio de 2000, y que es, en sí mismo, la matriz doctrinaria de todos los manuales y proyectos de Guerra No Convencional desarrollados hasta hoy en día.
En tal sentido, la forma de la guerra contra Venezuela es demostradamente asimétrica, empleando, según el almirante Tidd: «recursos diplomáticos, de información, militares, económicos, financieros, de inteligencia y jurídicos».
No se jerarquizan los ejércitos de tropas regulares, los tanques, los drones y los misiles. Se priorizan los actores no estatales, los derechos humanos militarizados de acuerdo a la agenda de la globalización neoliberal, los cómplices mediáticos, los operadores empresariales y los intermediarios políticos con sus respectivos lobbys y escritorios jurídicos.
Las 12 recomendaciones
La Guerra No Convencional, tutelada por el Pentágono, enmarca las 12 “recomendaciones” de la nueva gestión del Comando Sur, divididas “en acciones específicas”. Ellas son:
«Con los factores políticos de la MUD hemos venido acordando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada». Sostiene el almirante Tidd que «el referéndum o la enmienda» se impulsa en tanto «cobertura» mientras se ampara legitimidad a partir de los artículos 333 y 350 de la Constitución.
«Es indispensable destacar que la responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial (sobre todo en esta fase) de la Operación Venezuela Freedom-2 en los actuales momentos descansa en nuestro Comando, pero el impulso de los conflictos y la generación de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos el costo de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de Maduro».
«Bajo un enfoque de ‘cerco y asfixia’, también hemos acordado con los socios más cercanos de la MUD, utilizar la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir la gobernanza: convocar eventos y movilizaciones, interpelar a los gobernantes, negar créditos, derogar leyes».
«…en el plano político interno hay que insistir en el gobierno de transición y las medidas a tomar después de la caída del régimen, incluyendo la conformación de un gabinete de emergencia, donde puedan incluirse sectores empresariales, jerarquía eclesial, sindicatos, ONGs, universidades».
«Para arribar a esta fase terminal, se contempla impulsar un plan de acción de corto plazo (6 meses con un cierre de la segunda fase hacia julio-agosto de 2016), como señalamos, hemos propuesto en estos momentos aplicar las tenazas para asfixiar y paralizar, impidiendo que las fuerzas chavistas se pueden recomponer y reagruparse». Además, como dice más adelante: «insistir en debilitar doctrinariamente a Maduro, colocando su filiación castrista y comunista (dependencia de los cubanos) como eje propagandístico, opuesta a la libertad y la democracia, contraria a la propiedad privada y al libre mercado. También doctrinariamente, hay que responsabilizar al Estado y su política contralora como causal del estancamiento económico, la inflación y la escasez».
«Mantener la campaña ofensiva en el terreno propagandístico, fomentando un clima de desconfianza, incitando temores, haciendo ingobernable la situación. En esto es importante destacar todo lo que tiene que ver con desgobierno: las fallas administrativas, la afectación con los altos índices de criminalidad y la inseguridad personal». Señala el documento, además, que para el desarrollo de dicha ofensiva propagandística cuentan con los jóvenes que demuestran «una creciente identidad con nuestra forma de vida e ideales». Además, rematando el punto: «Estos avances en los actuales momentos, son el resultado de nuestras campañas propagandísticas, pero no podemos obviar el peso de la crisis como dato empírico que la detona y refuerza».
«Por esto –continúa en el siguiente punto–, particular importancia tiene la explotación de los temas como la escasez de agua, de alimentos y de electricidad, teniendo este último aspecto un carácter grave para el gobierno, ya que la sequía ha generado una amenaza de colapso de los embalses y debemos prepararnos para explotarlo al máximo desde el punto de vista político, reforzando la matriz mediática que ubica la crisis eléctrica como responsabilidad exclusiva de Maduro».
«Especial interés adquiere en las actuales circunstancias, posicionar la matriz de que Venezuela entra en una etapa de CRISIS HUMANITARIA por falta de alimentos, agua y medicamentos, hay que continuar con el manejo del escenario donde Venezuela está ‘cerca del colapso y de implosionar’ demandando de la comunidad internacional una intervención humanitaria para mantener la paz y salvar vidas».
En el plano de la creación de alianzas en lo regional, «hay que insistir en la aplicación de la Carta Democrática, tal y como lo hemos convenido con Luis Almagro Lemes», lo que le reviste de un marco jurídico capaz de mover otros resortes de la intervención de forma indirecta, valiéndose de ex presidentes, gobiernos afines y la Alianza Parlamentaria Democrática de América. Pero la cosa cobra un matiz aún más operativo cuando en el mismo punto se destaca que «se hace relevante la coordinación entre organismos de la Comunidad de Inteligencia y otras agencias como las organizaciones no gubernamentales (ONGs), corporaciones privadas de comunicación como la SIP y diversos medios privados (TV, prensa, redes, circuitos radiales)».
La promoción de secesiones, esto es, de acciones mediante las cuales se separa de una nación una parte de su pueblo y de su territorio, ha sido desde siempre una eficaz herramienta del imperio utilizada para saciar su desmedido afán de expansionismo territorial o con el propósito de incrementar sus áreas de influencia a nivel planetario.
Un ejemplo típico del primero de estos propósitos lo constituye la separación de Méjico del estado de Tejas, que primero se declaró una nación independiente para luego solicitar su incorporación a los Estados Unidos en 1848, hecho que motivó una guerra entre ambos países al final de la cual los gringos se anexaron no sólo el territorio de Tejas, sino también los de Nuevo Méjico, Arizona, California, Nevada, Utah y parte de Colorado. En total, por esta vía pasaron a ser territorios estadounidenses alrededor de dos millones de kilómetros cuadrados, lo que representa un poco más de la cuarta parte de su territorio continental actual y más de dos veces la superficie de Venezuela.
Son también ejemplos claros de promoción del secesionismo con fines expansionistas del imperio norteamericano los casos de: las islas Hawai que originalmente eran un reino independiente en el que después de promover y apoyar con sus infantes de marina un golpe de estado para decretar una supuesta república en 1898, comenzaron a “negociar” unas condiciones de anexión a EEUU que desembocaron 61 años más tarde en la constitución del estado 50° de la Unión; así como el de Puerto Rico, que a su separación de España, también en 1898, se lo anexaron primero como “territorio” y luego como “estado libre asociado”, hasta el momento presente.
Así mismo, como ejemplos de secesiones promovidas por el imperio en Nuestra América con el propósito fundamental de incrementar sus áreas de influencia podríamos citar las siguientes: la separación de la provincia de Cundinamarca de la Gran Colombia, conformada por los departamentos de Cundinamarca, Venezuela y Quito en 1831, para constituir la actual república de Colombia, dando al traste con el proyecto integracionista del Libertador iniciado en 1819; y la separación del departamento de Panamá de Colombia en 1903, con el propósito inicial de desplazar a los franceses como constructores del canal interoceánico, para después de construirlo, como efectivamente lo hicieron, imponer su administración a perpetuidad.
Hasta ahora hemos estado hablando de intentos cesionistas exitosos promovidos por el imperio en Nuestra América, pero también es necesario mencionar algunos intentos fallidos, ocurridos también durante el siglo XIX, tales como: el intento de anexión de Nicaragua a través de cuyo territorio hubiera podido construirse un canal interoceánico más ventajoso para el comercio entre ambas costas de los Estados Unidos que el canal actual, a partir de la invasión de un aventurero de nombre William Walker quien después de invadir el país en 1855, lo tuvo bajo su control hasta 1857; el intento de anexión de Cuba, a su separación de España en 1898, ante cuyo fracaso debieron conformarse con “negociar” la propiedad a perpetuidad de los terrenos sobre los cuales construyeron posteriormente la ignominiosa base naval de bahía de Guantánamo.
Como para no perder la costumbre, durante el siglo XX Estados Unidos promovió y apoyó, sin lograr el éxito, movimientos secesionistas en diversos países de la América Latina, algunos de los cuales persisten en el presente, tales como: el intento de formar la república de Airrecú (amistad en idioma Maleku), en la zona fronteriza entre Nicaragua y Costa Rica, zona ideal para la construcción de un segundo canal interoceánico; intentos independentistas en la región del Soconusco, al sur del estado mejicano de Chiapas con Guatemala; e intentos independentistas en la Amazonía y en las islas Malvinas, en estrategia conjunta con la Gran Bretaña (1). Así mismo, especial mención nos merecen varios intentos separatistas auspiciados por las empresas petroleras norteamericanas en Venezuela, con el propósito de desmembrarle el estado Zulia; de ellos revistió gran importancia uno realizado en 1927, que sólo pudo ser neutralizado por el gobierno central, en el marco de un acuerdo entre británicos y norteamericanos para repartirse los yacimientos y mercados a nivel mundial, con el otorgamiento de concesiones a compañías norteamericanas en el lago de Maracaibo (2).
En este siglo XXI, ante el surgimiento en la América Latina de gobiernos progresistas no dispuestos a aceptar de manera sumisa sus designios, el imperio, cuando no ha podido derrocarlos, ha optado por aupar movimientos separatistas en países como: Ecuador (Manabí y Guayaquil), Bolivia (Santa Cruz de la Sierra) y Venezuela, donde no se trataría ya de separar solamente al estado Zulia, sino a un conjunto de estados fronterizos o cercanos a la frontera con Colombia (Zulia, Táchira, Mérida, Barinas y Apure), que conformarían la llamada “media luna venezolana”, según un proyecto secesionista denunciado por Chávez en mayo del año 2008 (3), que ha sido reivindicado, con algunas variantes, por algunos grupúsculos de la ultra derecha venezolana, como el denominado “Movimiento Autonomista de Derecha Liberal”, que en febrero de 2014 convocó a un proceso secesionista de los estados Táchira, Mérida, Lara, Carabobo, Nueva Esparta y Zulia (4), apoyándose en aquella oleada de acciones terroristas promovida por Leopoldo López, que denominaron “La Salida” y más recientemente, en mayo de 2016, en medio de la larga euforia por haber ganado las elecciones legislativas de 2015, llamó a la secesión de los estados Anzoátegui, Táchira, Nueva Esparta, Zulia, Falcón, Barinas y Trujillo (5), bajo esta absurda consigna: “El secesionismo es la salida para recuperar a Venezuela”.
Entrando ya en materia debo decir que cualquier intento secesionista en Venezuela tiene que tener como fundamento el estado Zulia, no sólo por sus antecedentes separatistas que arrancan incluso desde el propio momento de la declaración de nuestra independencia de España, sino por el hecho de que cuenta con unas reservas de petróleo certificadas de unos 26.000 millones de barriles, una cantidad superior a la suma de las reservas probadas de Méjico, Colombia, Ecuador y Argentina, a las cuales habría que añadir los 543.000 millones de barriles existentes en el Golfo de Venezuela, aún por certificar, más unos 18.000 trillones de pies cúbicos de gas (6); sin desestimar que además cuenta con reservas de carbón de 1.100 TM en la Guajira, las mayores de Suramérica, suficientes para 150 años de explotación, así como con importantes reservas por determinar de otros minerales tales como oro, níquel y uranio.
La adición al Zulia de los otros estados fronterizos con Colombia para conformar la “media luna venezolana” descrita por Chávez en el 2008 obedece a un vetusto plan de la oligarquía colombiana para el cual han logrado ganarse a los intereses del imperio debido a la cuantía de las riquezas naturales que están en juego. El objetivo de dicho plan que para Colombia siempre ha sido más que una obsesión, una verdadera necesidad geopolítica, es poder disponer de una salida al mar Caribe a través del lago de Maracaibo y por ende poder establecer una conexión comercial directa con Europa y la costa oriental de los Estados Unidos, para llevarles con facilidad sus principales productos de exportación, entre ellos las llamadas drogas heroicas de las cuales sigue siendo el mayor exportador mundial y principal suplidor del imperio.
Las continuadas acciones terroristas adelantadas por la contrarrevolución venezolana durante los meses de abril, mayo, junio y julio del presente año, habiendo sido extremadamente cruentas en los estados Zulia, Táchira y Mérida, por haber sido ejecutadas con paramilitares de origen colombiano y nacionales con formación en Colombia, junto a un grupo del lumpen delincuencial nativo, formado en las vesánicas técnicas del paramilitarismo colombiano, han debido encender una intensa alarma naranja en el tablero de control de nuestra integridad territorial. Así mismo, el triunfo obtenido por los candidatos de la contrarrevolución en las recientes elecciones de gobernadores, en los estados Táchira, Mérida y Zulia, tiene por fuerza que haber tornado a rojo esas mismas alarmas, como de alguna forma lo refleja el hecho de que el Presidente Maduro, tan pronto como reconoció los resultados electorales, lanzó la siguiente advertencia a los gobernadores electos con los votos opositores: "Aquel que se pase de la raya (cometiendo actos ilegales) le caerá todo el peso de la justicia.No aceptaré gobernadores “guarimberos"(6).
Si el caso es que los secesionistas intentarán formar una república independiente con el estado Zulia y otros estados fronterizos con Colombia, obviamente bajo el protectorado del imperio; si pretenderán colocarla bajo el protectorado de Colombia, que para estos efectos es casi como si fuera el imperio; o si sumarán a esta pretendida república algunos departamentos del oriente colombiano limítrofes con Venezuela, son todos escenarios probables de esta secesión inducida. La decisión de cuál de ellos se intentará aplicar es obviamente del gobierno imperial, que desde hace muchísimo tiempo tutela a los gobiernos oligárquicos colombianos y dirige y financia a la contrarrevolución en Venezuela.
Que el actual gobierno colombiano estaría dispuesto a promover decididamente cualquiera de estos escenarios secesionistas, tan pronto se lo ordenase el amo imperial, es algo que no necesita demostración si se toma en consideración la actitud abiertamente injerencista y de apoyo a las acciones terroristas y políticas de la contrarrevolución venezolana que ha venido exhibiendo Juan Manuel Santos, sin haber mostrado la menor pudicia ni mucho menos la necesaria prudencia diplomática que aconsejaría su alta investidura.
Es por ello que, a juicio mío, el gobierno revolucionario debe comenzar a tomar medidas extraordinarias urgentes tendientes a preservar la integridad de nuestro territorio; no hacerlo desde ya, sería avalar por omisión aquella nefasta sentencia del ultraconservador político colombiano Laureano Gómez quien fuese presidente de la república entre los años 1950-51, que al igual que en artículos anteriores paso a citar a continuación: "Si un país se presenta en todo momento dispuesto a ceder, listo a entregarse; si no tiene más tesis que la conciliación a todo trance; si no tiene más palabras que la fraternidad, aun cuando haya recibido los mayores agravios, ese país está destinado a desaparecer a espaldas del derecho internacional” (7). Sentencia que considero, como he dicho en ocasiones anteriores, constituye una verdadera doctrina en materia de relaciones exteriores, que nos ha sido aplicada por los sucesivos gobiernos burgueses de Colombia, con independencia de la mayor o menor simpatía que hipócrita y ladinamente hayan podido manifestarnos.
Estimo igualmente que una primera medida a implantar debería ser la de un cierre progresivo de los pasos fronterizos terrestres con Colombia con el rápido despliegue de las operaciones militares asociadas, similar al implantado exitosamente en agosto de 2015, sólo que comenzando en esta oportunidad por el estado Zulia en el cual la negativa del gobernador electo a aceptar la autoridad de la plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente, actitud que ha impedido su juramentación ante el Consejo Legislativo Estadal y en consecuencia la toma efectiva de su cargo hasta el momento de escribir estas notas, no puede augurar otra cosa que el intento de las dirigencias de los partidos de ultraderecha que le apoyan, de comenzar a promover nuevas acciones desestabilizadoras en esa región. Siendo oportuno y necesario recordar que este tipo de medida es la única que ha demostrado ser eficaz para controlar el contrabando de extracción de bienes de todo tipo y hasta de papel moneda que se sigue practicando en esa extensa frontera con el apoyo descarado del gobierno colombiano, en detrimento de la economía de nuestro país.
Debo terminar diciendo que esta nueva intentona secesionista en marcha bajo los auspicios del imperio está condenada desde ya al más absoluto fracaso en virtud de que al igual que las anteriores, no ha sido producto de un sentimiento popular sino de una bastarda aspiración de las oligarquías vendepatria y genocidas de la región, por lo que habría de ser fácil presa de las fuerzas cívico-militares que sustentan esta revolución.
Elecciones presidenciales en Venezuela: el deseo de la oposición que nunca quiso ver cumplido
Publicado: 24 ene 2018 23:11 GMT | Última actualización: 24 ene 2018 23:12 GMT
En el río revuelto opositor, algunos dirigentes han manifestado que se medirán en una primarias que pareciera haberlos tomado por sorpresa, tras los reveses electorales de 2017.
Opositores durante una protesta contra Nicolás Maduro en Caracas, Venezuela, el 9 de febrero de 2017.
Carlos Garcia Rawlins / Reuters
El anhelo tantas veces expresado por la oposición venezolana de: "¡Elecciones presidenciales ya!", finalmente se cumplió. Sin embargo, el anuncio de fijarlas para el primer cuatrimestre de este año, pareciera haber descolocado a sus dirigentes.
Este martes, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) solicitó al Consejo Nacional Electoral (CNE) que estableciera la fecha para las elecciones presidenciales antes del 30 de abril. Tradicionalmente estos comicios se llevaban a cabo el último trimestre del año.
Aunque la dirigencia opositora desde 2016 había exigido y organizado protestas para se adelantaran las presidenciales, este giro tomó por sorpresa a alguno de sus líderes. En medio de la confusión, algunos opositores manifestaron su deseo de medirse en unas primarias y otros afirmaron que solo concurrirán a un proceso "libre y justo", como ya lo ha manifestado Washington con anterioridad.
Por su parte, el presidente venezolano,Nicolás Maduro, calificó la convocatoria de la ANC como "un paso acertado" y expresó que si las fuerzas revolucionarias creen que debe ser el candidato presidencial, asumirá la candidatura.
"La trampa del chavismo"
Los medios han reseñado las opiniones de algunos dirigentes opositores que consideran que el adelanto de votaciones es una "trampa del chavismo", una "patada al reclamo democrático del pueblo venezolano" –según el político prófugo de la justicia de ese país Antonio Ledezma– o una "represalia" ante las sanciones –en palabras del dirigente opositor Henry Ramos Allup–.
Frente a estas afirmaciones, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, en una rueda de prensa con medios internacionales realizada este miércoles, citó el título 'Patas Arriba: El mundo al revés', del escritor uruguayo Eduardo Galeano, al preguntarse cómo pueden catalogarse de "antidemocráticas" unas elecciones.
Por su parte, Beatriz Becerra, vicepresidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, escribió este miércoles en su cuenta de Twitter que "Europa debe exigir elecciones de verdad, limpias y plurales".
La Casa Blanca ya había adelantado el martes que la posibilidad de que Maduro se postulara a la reelección "no era una buena idea". También expresó su rechazo el Grupo de Lima, conformado por doce cancilleres surgidos del seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo secretario general,Luis Almagro, impulsó sin éxito sanciones en contra de Venezuela dentro de ese organismo.
Los candidatos de la oposición
En medio del desconcierto, el primero en manifestar su voluntad de medirse en unas primarias para definir quién será el candidato de la coalición opositora fue el líder de Acción Democrática (AD), Henry Ramos Allup durante una entrevista televisiva en Globovision.
Allup fue tildado de "traidor" por el resto del bloque debido a que los gobernadores electos de su partido se juramentaron ante la Constituyente, a la que la oposición considera "ilegítima".
Debido a que el proceso de revalidación de las agrupaciones políticas que no asistieron a las elecciones municipales, boicoteadas por la dirigencia opositora, termina este sábado, AD anunció que lo hará por separado, sin formar parte de la Mesa de la Unidad (MUD).
Por su parte, Primero Justicia y Voluntad Popular, agrupaciones señaladas por los cuerpos de inteligencia venezolanos como financistas de las protestas violentas que dejaron más de 130 fallecidos, dijo que se plegará a la coalición "como un acto de desprendimiento", según anunció el diputado Tomás Guanipa en rueda de prensa.
Opositores durante una protesta contra Nicolás Maduro Caracas, Venezuela el 9 de febrero de 2017. / Marco Bello / Reuters
Hasta ahora también han dejado ver su aspiraciones el exgobernador del estado Lara, Henry Falcón, quien fundó un partido opositor en 2012 luego de renunciar al chavismo, y Claudio Fermín, del partido AD y exalcalde de Caracas, en el periodo 1989-1993.
Sin embargo, una encuesta hecha por Hinterlaces, divulgada en un programa televisivo venezolano recientemente, arrojó que el 33% de los encuestados se inclinaría por el empresario Lorenzo Mendoza, a quien el gobierno responsabiliza de alentar la guerra económica desde su industria de alimentos, y quien no se ha pronunciado al resprecto.
Le siguen Falcón, con un 18%; María Corina Machado, quien ha boicoteado todo procesos electorales recientes, con un 11%; Ramos Allup, con un 6%; y Juan Pablo Guanipa, exgobernador de Zulia, quien fue removido de su cargo por no juramentarse ante la ANC, con un 3%.
El 4-F
Este domingo 4 de febrero se llevará a cabo el Congreso de la Patria, donde se elegirá al candidato presidencial de las fuerzas revolucionarias y se establecerán las bases del programa de gobierno 2019-2025.
Maduro adelantó que en este congreso participarán "dirigentes, militantes de todos los movimientos políticos, de todas las fuerzas sociales".
En los diálogos que sostienen el gobierno y la oposición, el tema electoral es uno de los más controvertidos.
Interior del edificio del Consejo Nacional Electoral en Caracas.
Marco Bello / Reuters
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, 17 partidospolíticos se encuentran vigentes y están habilitados para participar en las presidenciales de 2018, informó la estatal Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
Tania D'Amelio, una de las rectoras del Poder Electoral, publicó la información en su cuenta Twitter y dijo que los 17 partidos que han cumplido la normativa legal representan "opciones para los electores y electoras (...) en los diversos ámbitos nacional, regional y municipal".
Este conjunto de organizaciones con fines políticos están autorizados a presentar candidatos a la elección para presidente de la república.
Revalidarse
Precisó D'Amelio que solo los partidos opositores Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ), Puente y Voluntad Popular (VP), este último del dirigente Leopoldo López, fueron convocados a un proceso de renovación de sus nóminas de militantes, por no haberse presentado en las elecciones municipales de octubre de 2017.
Con base en la Ley de Partidos Políticos (Artículo 26), el CNE instó a esos partidos a recolectar, en 12 estados del país, firmas equivalentes al 0,5% del Registro Electoral.
¿Castigo o norma?
Luego de esta decisión del organismo electoral, Ramón Guillermo Aveledo, exsecretario general de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), calificó ese proceso como una sanción impuesta por el gobiernoa sus adversarios.
Al no participar en las (elecciones) municipales, dijo Aveledo en el canal Globovision, "la llamada Asamblea Constituyente decidió castigarlos quitándoles la validez, se creó una sanción y contrariamente a lo que son los principios generales del derecho penal: la aplicaron retroactivamente".
Por su parte, la abogada constitucionalista, María Alejandra Díaz explicó que al presentarse en los comicios anteriores, bajo la figura de una tarjeta única, "los partidos políticos de la oposición venezolana, se desdibujaron. Se convirtieron en una corporación de partidos, es decir, en la MUD, y renunciaron a sus siglas y a su militancia".
Opositor porta una bandera en la que se puede leer 'Justicia' durante un acto de la MUD en Caracas. Diciembre de 2015. / Nacho Doce / Reuters
Considera la jurista que "como perdieron su identidad, les toca revalidarse. Eso ocurre en Venezuela y en cualquier parte del mundo".
Recordó que las leyes de esta nación suramericana presentan "una condición 'sui generis'", y es que los ciudadanos pueden reunirse en "grupos de electores –Título V, Reglamento N°1 Ley de Procesos Electorales– para competir en una elección. No se requiere exclusivamente de los partidos. Un grupo de electores tiene personalidad jurídica".
Oferta electoral
Los partidos que participarán en la contienda presidencial son:
Acción Democrática (AD).
Comité de Organización Político Electoral Independiente (Copei).
Independientes por el Progreso (IPP).
Movimiento al Socialismo (MAS).
Movimiento Electoral del Pueblo (MEP).
Movimiento Político Alianza Para el Cambio (MPAPC).
Nueva Visión para mi País (Nuvipa).
Organización Renovadora Auténtica (ORA).
Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Podemos.
Patria Para Todos (PPT).
Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
Movimiento Somos Venezuela (MSV).
Tupamaro.
Un Nuevo Tiempo Contigo (UNTC).
Unidad Popular 89 (UPP 89).
Unidad Popular Venezolana (UPV).
En el caso de Primero Justicia, agrupación que lidera el diputado opositor Julio Borges, falta por concluir su proceso de validación ante el CNE.
Excluidos
Precisó la rectora Tania D'Amelio que en las presidenciales no participarán con tarjeta, en la boleta de votación, los partidos Puente, Voluntad Popular y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Aclaró la funcionaria que "el partido MUD fue excluido por sentencia de la Sala Constitucional", que alegó que permitir su participación iría contra la prohibición de la doble militancia. Mientras que "los partidos Puente y Voluntad Popular se autoexcluyeron del proceso".
Condiciones opositoras
Desde que comenzaron los diálogos entre el Gobierno venezolano y la oposición en República Dominicana (diciembre de 2017), ambas partes acordaron una agenda de seis puntos para discutir y negociar.
Según se informó a los medios los temas son: comisión de la verdad, garantías económicas, reconocimiento de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), equilibrio institucional, situación económica y social, y el que resulta un inamovible para la oposición: garantías políticas y electorales.
Al respecto, la MUD publicó un comunicado, previo a la última ronda de diálogos en el que expresó sus exigencias electorales.
Partidarios del candidato a la ANC William Ojeda durante un acto en Caracas. Noviembre de 2015. / Carlos Garcia Rawlins / Reuters
En el texto enumeran: "un Consejo Nacional Electoral (CNE) equilibrado, observación internacional, condiciones electorales de 2015, derecho a votar para los venezolanos que estén en el exterior, retiro de los Puntos Rojos de los centros de votación, reversión de inhabilitaciones políticas y reglas equitativas para la propaganda".
Al respecto de las exigencias, la abogada y también constituyente María Alejandra Díaz se preguntó: "¿Cuáles de esa condiciones no se están cumpliendo?", y aseguró que "no hay ninguna que está incumplida".
A manera de ejemplo dijo que si se "analiza el tiempo de propaganda que tiene la derecha, en los medios convencionales y no convencionales, descubrirá que arropa por tres veces a la propaganda que pueda estar haciendo cualquier partido aliado al gobierno".
Para Díaz, las condiciones de la oposición esconden otro propósito y es que "ellos quisieran tener el control del Poder Electoral".
Como parte de los puntos de conversaciones en República Dominicana, la oposición planteó mayores garantías electorales, por lo que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro enviará al secretario general de la ONU, António Guterres, una comunicación de invitación para el acompañamiento de las elecciones presidenciales.
En este sentido, el gobierno de Venezuela, en coordinación con el Consejo Nacional Electoral (CNE), activará las misiones de acompañamiento electoral de cara a las elecciones presidenciales fijadas para el 22 de abril próximo.
La decisión surge tras las conversaciones entre el Ejecutivo de ese país y la oposición en República Dominicana, que llegaron a su fin con la firma de un acuerdo definitivo solo por los delegados del Gobierno Bolivariano, y el desconocimiento de la derecha de los puntos discutidos desde septiembre pasado.
Entre las misiones que visitarán Venezuela durante la votación estarán los pertenecientes a República Dominicana y de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Para las #EleccionesPresidenciales2018 existen 18 organizaciones con fines políticos nacionales legalmente vigentes, con posibilidades de postular candidatos y estar presentes en las 15 auditorías previstas para el proceso electoral y que garantizan su transparencia y pulcritud.
En materia de Acompañamiento Internacional y Observación Electoral es un punto que estamos analizando, porque fue parte de los acuerdos de Rep Dominicana, pero lo cierto es que nuestros homólogos de organismos electorales de otros países, como siempre, serán invitados por el CNE.
El ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, destacó que el mandatario venezolano “ha demostrado la absoluta disposición” para cumplir con los acuerdos establecidos en el diálogo con la oposición para la convivencia y paz en el país.
Previo a este proceso comicial, Venezuela ha contado con el acompañamiento de organizaciones electorales de varios países que se despliegan en la nación para participar antes, durante y después de la votación, que dan cuenta de garantías de trasparencia y confiabilidad.
El académico universitario Germán Campos detalla las valoraciones de los venezolanos al momento de ir a una elección.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en la ceremonia de inicio del año judicial. Caracas, 14 de febrero de 2018.
Marco Bello / Reuters
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Las elecciones presidenciales venezolanas, convocadas para el 22 de abril, enfrentan el retiro de una parte de la oposición y las dudas sobre la permanencia del resto de los contrincantes del chavismo.
El partido de gobierno, con Nicolás Maduro como candidato a la reelección, ha señalado –en declaraciones de varios de sus dirigentes nacionales– que llegará al final de la contienda en cualquiera de los escenarios.
A lo interno, este proceso tiene como telón la crisis económica que, según una consultora financiera, presentó un índice inflacionario de 2.735%, al cierre de 2017. La última cifra oficial suministrada por el Banco Central de Venezuela [BCV] data de 2015, cuando ubicó "la variación anualizada [en el índice de precios al consumidor] en 141,5%".
De allí que varios analistas citados por la prensa local aseguren que el debate económico centrará la atención de los electores, pero Germán Campos, doctor en ciencias políticas y docente universitario difiere de ese señalamiento.
"Existe una tendencia a explicar el contexto electoral, como si el peso de lo económico fuese fundamental", declara.
Dos décadas
Para el académico existen otras variables en juego, por ello estima que "el proceso venezolano no puede analizarse únicamente como estilan algunos economistas, como una 'ventana de oportunidad'", debido a que eso impide ver lo que realmente pasa, ya que "la política es la resultante de una línea de tiempo y tiene múltiples variables".
Ciudadanos hacen cola en el exterior de un supermercado en Caracas. 6 de febrero de 2018. / Marco Bello / Reuters
Para el también director de la firma 30.11 Consultores, ese tipo de razonamiento economicista "tiende a ser muy lineal y a reducir los eventos de las últimas dos décadas, como si no hubiesen ocurrido".
Hitos históricos como 'el viernes negro' de 1983 [abrupta devaluación de la moneda local], el levantamiento popular conocido como 'El Caracazo', la rebelión militar del 4 de febrero [4-F] de 1992 y el triunfo de Hugo Chávez [1999] abrieron paso a los cambios culturales impulsados por la revolución bolivariana.
La victoria del comandante del 4-F "rompió con la hemegonía cultural" del bipartidismo tradicional y supuso "el surgimiento de unos nuevos valores en la cultura política venezolana", precisa Campos. Desde entonces, los venezolanos "valoran la democracia, el Estado o la economía de forma distinta", expresó.
Un punto de partida
Con esos antecedentes históricos, Germán Campos asegura que la elección presidencial del 22 de abril, aunque representa un nudo crítico, "no significa un punto de llegada, sino de partida", ya que abrirá "otros escenarios" para las fuerzas políticas en pugna.
En el caso de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática [MUD], "habrá una recomposición completa de su liderazgo", y algo similar ocurrirá en el chavismo, donde "existen debates pendientes y la aparición de los liderazgos de base en las fuerzas de izquierda", señaló Germán Campos.
Julio Borges, representante de la MUD, tras la ruptura de negociaciones con el gobierno. Santo Domingo, 7 de febrero de 2018. / Ricardo Rojas / Reuters
Uno de esos debates debe centrarse en el significado de "construir el socialismo en la actualidad", dijo.
Visto así, agrega el académico, el resultado de las presidenciales permitirá una recomposición de las fuerzas políticas "en un marco geopolítico internacional que tiene a Venezuela, la primera reserva petrolífera del planeta, como una pieza importante en el tablero internacional".
¿Elección sin contrincantes?
Campos recordó que retirarse de las elecciones ha sido una "estrategia recurrente de la MUD" y de los actores internacionales que los apoyan.
Si se llegara al 22 de abril sin contrincantes opositores, se presentaría para el gobierno "un escenario mucho más complejo", cree Campos.
Eso "no significa que la elección no pueda legitimarse", explicó, sino que va a ser "mucho más cuesta arriba". "Aun así hay que tener en cuenta que existen sectores que aunque acompañen a la MUD, no les gusta la idea de retirarse de las elecciones", añade.
MUD y las derrotas
Consultado sobre la seguidilla de derrotas electorales de la oposición en 2017, luego de la victoria en las parlamentarias de 2015, el analista apunta a que los partidos que adversan al chavismo "siguen pensando que el ciudadano solo entiende y se moviliza por apoyos concretos: 'si las políticas funcionan te respaldo'".
Ciudadanos hacen cola en el exterior de un supermercado de Caracas, 6 de febrero de 2018. / Marco Bello / Reuters
La propuesta socialista de Hugo Chávez puso sobre la mesa los valores que sustentan esa ideología: "participación, cooperación, solidaridad y eso no estaba presente en la cultura política los años 80 y 90", detalló.
Para la derecha, observa Germán Campos, no es posible que existan ciudadanos "que crean que la solidaridad es más importante que la economía; los niegan".
Lo más importante
El académico venezolano insiste en su teoría. "Para un sector importante de la población lo que está en juego es la confrontación de dos visiones del mundo, la construcción de una identidad política y cultural nueva".
No obstante, se pregunta: "¿Está en juego que la economía mejore?". Y se responde: "Sí, pero también existen los ciudadanos que, evaluando el plano internacional y cómo se sitúa nuestra nación, creen importante definir hacia dónde marcha el país".
Así, considera que lo anterior constituye "un valor muy complejo como para reducirlo simplemente a las finanzas".
Campos concluye que en la actualidad un segmento considerable de la población "comprende que las elecciones no solo se definen en Venezuela" y están conscientes de que la dinámica regional "afecta la construcción de una alternativa política".
La visita del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a Rusia y la reunión que mantuvo con su par ruso, Vladímir Putin, es una demostración más de que Venezuela no está aislada y que cuenta con el apoyo de actores importantes en el sistema internacional, expresó a Sputnik el analista Sergio Rodríguez Gelfenstein.
El experto destacó las declaraciones de Putin, que condenó "cualquier acción de naturaleza terrorista y cualquier intento de cambiar la situación en el país a través del uso de la fuerza". Para Rodríguez Gelfenstein, "son declaraciones basadas en hechos concretos", a la luz de declaraciones del presidente de EEUU, Donald Trump, o del secretario general de la OEA, Luis Almagro sobre una intervención militar en el país caribeño.
"Tendría que ser necesariamente una intervención armada de carácter ilegal, porque no sería aprobada. Si en el Consejo de Seguridad EEUU llegara a plantear una intervención aduciendo carácter humanitario, Rusia y China ejercerían su derecho de veto", indicó el analista.
"De manera que se está hablando sobre una situación públicamente expuesta por el propio presidente de EEUU como una posibilidad, que han secundado además los principales personeros del Gobierno de EEUU", agregó.
En este contexto, resaltó Rodríguez Gelfenstein, es "muy importante esta declaración del presidente Putin, porque deja claramente establecido que Rusia no va a aprobar en ningún caso una acción de este tipo".
La visita de Maduro a Moscú se enmarca en una serie de encuentros con líderes mundiales en los últimos tiempos: desde el viaje oficial a México con motivo de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador, hasta la visita de Recep Tayyip Erdogan a Caracas hace unos días, pasando por la misión a China que el mandatario venezolano encabezó en septiembre.
"En las relaciones internacionales sigue habiendo una visión eurocéntrica. A veces, cuando se habla de la comunidad internacional se cree que solo es EEUU y Europa y se hace como si el resto de los países del mundo no existiesen", consideró Rodríguez Gelfenstein.
"Si analizamos de una visión eurocéntrica y de la OTAN como centro del mundo, evidentemente se podría decir que Venezuela está aislada. Pero si uno toma una visión más amplia, Venezuela tiene un amplio marco de relaciones con los países de Asia, de África, e incluso en Europa", puntualizó el experto.
Asimismo, consideró que ya sea en el marco del Movimiento de Países no Alineados, en alianzas como la OPEP o en otras instancias de integración con los países emergentes, Caracas ha forjado a lo largo de los años por medio de su diplomacia lazos con países más allá de EEUU y sus "países satélite".
"EEUU difícilmente puede manejar el factor internacional en torno a Venezuela"
En su discurso tras la reunión con Maduro, Putin también manifestó su apoyo en "los esfuerzos enfocados en alcanzar la comprensión mutua en la sociedad", así como todas las acciones emprendidas por el Gobierno venezolano "con el objetivo de mantener relaciones con la oposición".
En ese sentido, Rodríguez Gelfenstein recordó que "han sido innumerables las veces en las que el Gobierno ha intentado negociar con la oposición", como en las conversaciones que mantuvo en República Dominicana a partir de junio de 2016, auspiciadas por la Unasur y mediadas por los exmandatarios José Luis Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana).
"[En esa instancia] se llegó al momento incluso de firmar un acuerdo pero por instrucciones de EEUU, que es el que motoriza a la oposición venezolana, esto no fue posible. A partir de ese momento se inició un proceso acelerado de división dentro de la oposición venezolana", comentó.
"Hay una oposición que sigue apoyando una salida violenta, en los marcos de una intervención armada o de romper el hilo democrático en Venezuela, y una oposición que se la ha jugado en los marcos de la Constitución, de las leyes, y que participó en las elecciones presidenciales", resumió.
El experto mencionó los dichos de Juan Carlos Guanipa, "uno de los principales voceros de la oposición violenta", que ha rechazado participar en los comicios municipales del 9 de diciembre y ha manifestado su apuesta a una "presión" tanto nacional como internacional para derrocar al Gobierno.
"El problema es que la presión es solo internacional, porque la oposición en Venezuela está dividida, y hoy sus dardos apuntan a atacarse entre ellos sin ofrecer una clara opción al país. No tienen ninguna posibilidad y no están ejerciendo ninguna presión nacional al Gobierno", consideró el experto.
Por otra parte, en el plano internacional, la presión "se manifiesta en lo militar, en lo diplomático, en lo político y lo económico, apuntando a debilitar los pilares sobre los cuales se apoya el Gobierno": el apoyo popular, el de las Fuerzas Armadas y el de países en la esfera internacional.
"Hay un sector importante de la población que sigue apoyando al Gobierno. Las Fuerzas Armadas, que son institucionales, han intentado ser quebradas y llevadas a un golpe de Estado. Una y otra vez esa posibilidad se ha rechazado", puntualizó.
"El factor internacional en torno a Venezuela es muy difícil de ser manejado por EEUU, entonces opta por los otros dos factores: restarle apoyo del pueblo y tratar de dividir a las Fuerzas Armadas", opinó.
"En una u otra cosa han fracasado, y por eso se han propuesto debilitar el apoyo popular tratando de matar al pueblo venezolano de hambre, hacer que todas las dificultades que existen se transformen en una crítica al Gobierno y que esas críticas se transformen en acciones concretas buscando un derrocamiento del Gobierno", agregó. Sin embargo, concluyó, en el país "hay una calma absoluta" y las personas, dijo, "se preparan para las fiestas de Navidad, a pesar de todas las dificultades de carácter económico".
MOSCÚ (Sputnik) — El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, declaró confiar en que los aviones de combate rusos puedan seguir usando los aeródromos de Venezuela y los buques de guerra rusos puedan seguir visitando sus puertos.
"Nuestra cooperación se desarrolla bastante bien, intercambiamos especialistas y delegaciones (…) También se trabaja para que los aviones y buques militares rusos puedan seguir utilizando los aeródromos y puertos de Venezuela y confío en que esta práctica continúe", dijo Shoigú.
El ministro hizo estas declaraciones durante el encuentro que sostuvo con su homólogo venezolano, General en Jefe Vladimir Padrino López.
El ministro venezolano, a su vez, declaró que Venezuela está interesada en modernizar el equipamiento terrestre y aéreo suministrado antes por Rusia.
Rusia y Venezuela desarrollan su cooperación técnica y militar a partir del acuerdo intergubernamental firmado en mayo de 2001 durante la visita a Moscú del entonces presidente venezolano Hugo Chávez.
Los primeros contratos militares fueron suscritos en Caracas de 2005: en mayo se cerró un contrato para el suministro de fusiles Kalashnikov (AK-103), que fueron entregados al Ejército venezolano en 2006.
En 2006 los dos países firmaron un contrato para construir un centro de reparación y mantenimiento de helicópteros de fabricación rusa (abierto en 2013) y una planta de fusiles Kalashnikov y munición (empezará a producir en 2019).
En abril de 2018, Padrino López participó en la VII Conferencia de Moscú sobre Seguridad (MCIS-2018) y celebró conversaciones con Serguéi Shoigú.
En julio pasado, los militares venezolanos tomaron parte en los Juegos Militares Internacionales Army 2018.