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General: LA PALABRA DIARIA MES DE DICIEMBRE
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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 01/12/2018 23:01 |
MI MENTE, CUERPO Y ESPÍRITU SON RENOVADOS EN EL SILENCIO DE LA ORACIÓN.
La cofundadora de Unity Myrtle Fillmore una vez sugirió: “Cada día deberías tener un período de quietud para que el alma pueda asirse de poder sostenedor y vida restauradora”. Pasar tiempo en el silencio de la oración es una terapia poderosa de cuidado personal para el cuerpo, la mente y el espíritu. En el silencio, me vinculo con Dios en mí. El latido de mi corazón y mi respiración se sosiegan. Descanso en el momento presente.
Estoy consciente de la actividad divina en mi cuerpo, sabiendo que la vida suprema fluye en cada célula, revitalizándome continuamente. Mi espíritu se renueva con un sentimiento de regocijo. Mis momentos de descanso en el Silencio promueven la creatividad y la cooperación, las cuales me preparan para el resto del día.
Pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas.—Isaías 40:31
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LA FE MANTIENE MI ATENCIÓN CENTRADA. YO SOY GUIADO A CADA PASO DEL CAMINO.
Mi fe es más que un estado pasivo de existencia. Es la energía activa que da poder a mis pensamientos y los trae a manifestación en esta experiencia humana.
Siempre expreso fe en algo —bien sea en la Verdad espiritual o en la ilusión dualista. Doy gracias por la conciencia creciente que me permite reconocer dónde estoy poniendo mi fe, y por poder tomar decisiones creativas y conscientes a lo largo del día.
Si encuentro que pongo mi fe en pensamientos de escasez o limitación, determino dirigir mi enfoque a la sustancia espiritual que puede lograrlo todo por medio de mí. El aceptar con fe esta comprensión crea en mí una conciencia nueva. ¡Tomo decisiones creativas!
Pero tiene que pedir con fe y sin dudar nada, porque el que duda es como las olas del mar, que el viento agita y lleva de un lado a otro.—Santiago 1:6
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EN MÍ SE ENCUENTRA EL REINO DE PAZ, AMOR, SALUD Y PLENITUD.
Pondera: ¿te has dado cuenta de que tienes en ti la fuente de todas las cosas buenas? Cada uno de nosotros tiene el poder para hacer que este reino se manifieste. El cielo no es algo lejos de nosotros, tenemos todo el poder necesario para hacer que el cielo aparezca en nuestras vidas.
Dios en medio de nosotros es la esencia misma del cielo. Al tener presente esta verdad, comenzamos a reconocer las bendiciones que nos rodean —y el cielo es la suma de todo bien que surge. Está formado de paz, amor, salud y plenitud. En el cielo no existe carencia. No puede existir desorden, temor, enfermedad ni escasez porque somos uno con la vida y el amor divinos. El cielo está en medio de nosotros, y nosotros estamos en medio del cielo.
El reino de Dios está entre ustedes.—Lucas 17:21
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ATESORO EL REGALO DE LA VIDA.
Creo mi vida mediante mi perspectiva, mis decisiones, pensamientos, creencias y acciones. Tengo el poder de ser agradecido aun cuando siento desilusión. Puedo ser amoroso incluso ante la ira. Aquello a lo que doy energía determinará el tono de cada día. Mi actitud crea ondas de energía a medida que mi vida resuena a la frecuencia que emito.
Elijo reclamar mi vida como un regalo valioso. Hago listas de aquello por lo cual siento agradecimiento. Digo palabras de amor a mis familiares y amigos. Comparto sonrisas con extraños. Ayudo donde puedo, y atesoro cada momento que tengo.
Vivo y respiro en la plenitud de Dios, y veo que las bendiciones surgen de maneras nuevas y emocionantes cada día.
La muerte y la vida están en poder de la lengua; el que la ama, comerá de sus frutos.—Proverbios 18:21
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YO SOY UNA CREACIÓN DE DIOS, ANCLADA FIRMEMENTE EN MI FE.
Cuando me comprometo a algo: una relación personal, lograr una meta educativa, cuidar de una mascota, puede que enfrente nuevas responsabilidades. Pero cualquier velo de incertidumbre se levanta cuando me dirijo a mi interior, al lugar interno de unidad. Allí es donde me conecto con la Fortaleza y la guía del Espíritu.
Me comprometo a llevar a cabo una práctica espiritual, orando y cuidando de mí. Todas las demás promesas, tareas y sueños son influenciados por este compromiso primario. Y soy una creación de Dios anclada firmemente en mi fe. Con la seguridad de esta herencia divina, sé que puedo dirigirme a mi interior como lo indicó Jesús: “Vengan… ustedes solos, a un lugar apartado, y descansen un poco”.
Esta esperanza mantiene nuestra alma firme y segura, como un ancla.—Hebreos 6:19
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YO SOY GUIADO POR MI LUZ INTERNA.
Los autores de Unity Richard y Mary- Alice Jafolla escribieron: “Con la comprensión de la presencia activa de Dios en nuestras vidas, el espectro del miedo desaparece en medio de lo irreal —como una bola de nieve que cae en una olla de agua hirviendo”. Reconozco la lucha de aferrarme a la “bola de nieve del temor” aunque conozco la verdad de la presencia de Dios que siempre mora en mí.
Si se me hace difícil mantener mi fe, aumento mi práctica de oración y meditación. Enfoco de nuevo mis pensamientos, lejos del temor y hacia Dios en mí. Visualizo que la bola de nieve desaparece y, en su lugar, veo que la calidez de la luz divina me llena, rodea y va delante de mí. Sé que nada puede separarme del amor divino.
Mi Señor y Dios, tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador! Tú eres mi fuerza y mi escudo.—Salmo 18:2
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INVITO A LA SERENIDAD A MI VIDA.
Si puedo elegir, me siento en una silla cómoda. Si me dan la opción, puede que opte por circunstancias tranquilas. Sin embargo, hay momentos en que las circunstancias de la vida parecen todo menos cómodas debido a condiciones e influencias externas.
¿Dónde encuentro consuelo durante estos momentos? ¿Alivio del dolor, la angustia o la duda? Mi respuesta proviene de mi interior. Me aquieto, aunque sea por un momento. Percibo la presencia del Espíritu. Siento que el amor, la guía y la calidez de Dios me llenan y me rodean.
Recuerdo que dondequiera que esté, Dios está. Cualquier preocupación o intranquilidad desaparece a medida que la serenidad reemplaza toda incomodidad.
Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo.—Salmo 23:4
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YO SOY GUIADO POR LAS IDEAS DIVINAS.
Las ideas divinas me inspiran y alientan. Me guían continuamente hacia mi mayor bien en toda situación. Yo soy guiado hacia mis sueños y apoyado en momentos de reto. La fuente de esta guía y de estas verdades espirituales está enraizada en la fuente de todo ser, Dios. Gracias a la conciencia de la Mente divina puedo abrir mi mente para permitir que los ángeles floten en ella.
Estos ángeles, o ideas divinas, vienen a mí cuando estoy atento a ellos. A veces, los percibo en momentos de meditación silenciosa, y otras, me hablan en medio de mis actividades diarias. La intuición me da un empujoncito guiándome por caminos seguros y llevándome justo adonde necesito estar, ayudándome a ver la luz en todo. Yo soy guiado por las ideas divinas.
El Señor mandará sus ángeles a ti, para que te cuiden en todos tus caminos.—Salmo 91:11
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LA FORTALEZA DIVINA SE EXPRESA POR MEDIO DE MÍ COMO BALANCE Y CONFIANZA.
Charles Fillmore dijo: “Nunca permitas que el pensamiento de debilidad entre en tu conciencia, siempre ignora esa sugerencia y afirma para ti que eres una torre de fortaleza en lo interno y externo”.
Durante momentos de oración y meditación, descanso lejos del mundo externo. A medida que mi atención se dirige a mi interior, me lleno de confianza, poder y luz. Aquí es donde el espíritu de Dios revela la solución para cada desafío, la respuesta correcta para toda necesidad. Sin importar lo que la vida me presente, vivo cada día con balance y confianza, porque Dios es mi ayuda y apoyo, mi fuente siempre presente de fortaleza.
La fortaleza divina se expresa por medio de mí como balance y confianza.
“Tú eres mi esperanza, mi Dios, ¡el castillo en el que pongo mi confianza!”—Salmo 91:2
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YO SOY UN SER ESPIRITUAL, DOTADO DE GRAN PODER.
En este momento afirmo: “Hay una sola Presencia y un solo Poder activos en mi vida, Dios el bien”. El poder que fluye de la única Fuente impregna todas las cosas. Como expresión de Dios, reclamo mi súper poder espiritual. Éste reside en mi habilidad de elegir. En toda situación, elijo ser victorioso.
No existe pensamiento, situación ni circunstancia que pueda detenerme. Yo soy más fuerte que cualquier duda interna o juicio externo. Tengo el poder de superar cualquier pensamiento de autolimitación que pueda impedir mi avance. Alineo mis pensamientos con mi mayor bien, visualizando salud, abundancia, amor y éxito. Afirmo: Yo soy amor; yo soy paz; yo soy fortaleza; yo soy un ser espiritual, dotado de gran poder.
Los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.—Lucas 9:2
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