Para poder (querer) cambiar, primero no hay que cambiar; el hecho o pensamiento de querer cambiar solo nos traerá sufrimiento, ya que este es solo un pensamiento, una mera intención de cambiar por cambiar, eso nos lleva a compararnos y medirnos con los demás, con lo que tenemos y con lo que no. Al final terminamos cansados, estresados y deprimidos. Hay que aceptar que todo eso solo proviene de la mente y que por lo tanto no es real. De lo que verdaderamente se trata es de aceptarse tal y como eres, con lo que tienes, con lo que sabes hacer, tus cualidades y defectos debes de empezar a verlos con neutralidad, con amor hacia uno mismo, hacia tu cuerpo y pensamientos.
Aceptación de comprensión.
De comprender quién soy, comprender como pienso y veo las cosas, aceptando mis condicionamientos físicos y mentales para poder superarlos. Aceptarme primero tal cual soy, el camino es el amor, lo que me cambia es el amor, no solo la intención de querer cambiar, sino la voluntad y el compromiso de amor aceptándome y amándome tal cual soy, conmigo mismo, reconociéndome paso a paso, con amor.