Colombia tuteó a Brasil. Dio la vuelta al marcador y sólo su falta de acierto en algunas contras impidió que sentenciara un choque que acabó empatando ante la todopoderosa Brasil. Lógicamente, la prensa mundial tenía los ojos puestos en Neymar, pero el protagonista del partido, por su fútbol y su rendimiento, fue para mí Muriel.
El nuevo jugador del Atalanta marcó dos goles. El primero un penalti que cometieron sobre él y el segundo, un golazo culminando un gran contragolpe. Su definición con la diestra fue simplemente espectacular.
A sus 28 años, el delantero dejó otra vez muestras de que tiene un talento especial y, por supuesto, tiene sitio en el once titular de Queiroz. Eso sí, debe asentarse en un club. No puede estar cambiando todas las temporadas de equipo y, lo que es más importante, mantener una regularidad que es lo que diferencia a los buenos de los muy buenos.
Muriel dejó constancia de su fútbol ante una de las selecciones más grandes del mundo y lo hizo con personalidad. No se arredró en ningún momento. Aunque, lógicamente, todos hablan hoy del regreso de Neymar, que también marcó, yo me quedo con el gran partido que hizo Muriel.
El talento lo tiene, pero él es el que tiene la llave para dar ese salto y convertirse en todo un crack. Está, sin duda, en la mejor edad, va a jugar la Champions y debe ser una pieza vital para Queiroz. De Muriel depende.