Decir adiós a una persona, despedirse, dar el último adiós a alguien, sea él un ser humano
cercano y próximo, o sea él o ella alguien que sostiene posiciones y opininiones muy alejadas
de las propias, de las que uno tiene, es siempre, siempre un hecho o un acto de mucha pe-
na y, con frecuencia, también de mucho dolor.