Para que EEUU no esté entre los perdedores de la lucha por un nuevo orden mundial, Washington debe reconocer que el mundo ya no está en los años 90 y la primera década del siglo XXI.
"El liderazgo global de los Estados Unidos no solo está en retirada, sino se está desintegrando. Y este declive no es cíclico, sino permanente", explican los expertos a Foreign Affairs.
Si bien las predicciones sobre la pérdida del liderazgo de EEUU y el cambio del orden mundial fueron advertidas desde hace mucho tiempo, la diferencia actual es que las fuerzas motrices que hacían posible la hegemonía de EEUU se han vuelto en su contra. Según los expertos, después de un círculo vicioso de eventos favorables que una vez fortalecieron el poder de EEUU, ha comenzado un círculo de eventos que ahora impulsan su disolución.
Actualmente, Moscú y Pekín desafían directamente los aspectos liberales mundiales mediante una variedad de instituciones, organismos y foros, por ejemplo, la Unión Económica Euroasiática, los BRICS y otros en los que tienen una gran influencia y contribuyen a la creación de un orden mundial alternativo.
Los autores consideran que los políticos estadounidenses pueden prepararse para el orden mundial una vez que haya terminado la hegemonía global. No obstante, si ayudan a mantener el núcleo del sistema norteamericano, las autoridades estadounidenses pueden asegurarse de que EEUU lidere la coalición militar y económica mundial para que no esté entre los perdedores de la lucha por un nuevo orden mundial.
Sin embargo, los expertos creen que de una u otra forma Washington deberá acostumbrarse a un orden mundial cada vez más disputado y complejo porque ninguna cantidad de gasto militar puede revertir los procesos que conducen al desentrañamiento de la hegemonía estadounidense.
"El tiempo del poder en un mundo unipolar ha terminado y no volverá", concluyeron los expertos.